¡Hola! Seiiti Arata. La falta de paciencia está destruyendo tu futuro. La falta de paciencia es un sentimiento de ansiedad. Ésta aparece cuando ves que las cosas no están saliendo según lo previsto. Esperabas otro ritmo, otra velocidad. Por tanto, la falta de paciencia es falta de claridad. Necesitas tener claro cuáles son las situaciones en las que tú tienes el control y cuáles son las que no puedes controlar. Solamente a través de este desarrollo personal podrás aclarar esto.
La paciencia es una virtud. Ésta aparece cuando resistes los momentos difíciles. Es cuando perseveras ante frustraciones y obstáculos, cuando consigues controlar tu ansiedad. Es saber lidiar con las dificultades y el dolor. Ser paciente es conseguir no perder la compostura. Encarar a la vida, en vez de tener una rabieta.
1. La paciencia es importante para perseverar.
La falta de paciencia es una de las cosas que más te va a dificultar seguir tus objetivos. Te hace más difícil tener buenas relaciones. La falta de paciencia te impide progresar en tu desarrollo personal. La falta de paciencia es tener prisa. Y como sabes… la prisa es enemiga de la perfección.
La ansiedad va consumiendo a la persona que no tiene paciencia. Generalmente, esa ansiedad es mayor cuando queremos que las cosas ocurran antes de tiempo. Por eso, perdemos la paciencia y desistimos.
Las expectativas irreales son un gran problema para aquellos con poca paciencia.
2. La racionalización te aleja de la verdad.
Cuidado con la falta de paciencia, la ansiedad y la racionalización. Esas tres debilidades en el carácter pueden impedirte hacer cualquier cosa que merezca la pena.
La ansiedad puede incrementar la falta de paciencia. Pero si entendemos esto y nos enfrentamos a la verdad, está claro lo que tenemos que hacer: tenemos que seguir insistiendo el tiempo que sea necesario.
El problema viene cuando la racionalización también entra en juego. La racionalización me aleja de la verdad. En vez de admitir la verdad, que no tengo paciencia y que tengo ansiedad, me voy a inventar una mentira. La racionalización es esa invención de disculpas, esa creación de justificaciones que me aleja de la verdad.
De esta manera, tengo riesgo de caer en la racionalización diciendo algo como: “Ah, eso no es para mí”, “Eso no era tan importante”, “Lo importante es disfrutar de la vida y dejarse llevar” o cualquier otra mala excusa. La racionalización también hace que yo mismo me convenza de que ése objetivo es imposible, que ya lo he intentado todo y que la única opción lógica es desistir. ¿Has visto nuestro último vídeo sobre la racionalización?
3. No confundas la paciencia con la falta de acción.
Imagina que eres cliente de un banco lleno de burocracias y ofertas milagro, donde no paran de ofrecerte productos que no has pedido y te cobran tarifas sin muchas explicaciones. Tener paciencia no significa tolerar la ineficiencia o la negligencia de ese proveedor de servicios.
Cuando algo te saca de tus casillas, cierras los ojos y cuentas hasta diez en vez de reaccionar gritando: eso tampoco es paciencia. Es una simple técnica para no acabar explotando, pero te puede servir como primer paso para cultivar la verdadera paciencia. Contar hasta diez ayuda a evitar problemas mayores. Evita que el problema crezca o que eches más leña al fuego. Pero todo eso realmente no ayuda a resolver el problema, en realidad lo que estás haciendo es contener toda tu rabia.
Por eso, no hay que confundirse: la paciencia es una virtud relacionada con la sabiduría y la paz interior.
4. No confundas paciencia con debilidad.
Hay personas que aseguran que la paciencia es un tipo de debilidad. Que es cosa de débiles. Generalmente estas personas se golpean el pecho y dicen: “¡No tengo paciencia con este tipo de abusos!”. Lo que estas personas no entienden es que para tener paciencia es necesario tener mucha fuerza interior. Necesitamos coraje, sabiduría, compasión e inteligencia emocional. Necesitamos un desarrollo personal.
5. Descubre las causas de tu falta de paciencia.
Probablemente hayas oído muchas veces lo importante que es tener paciencia, pero ¿cómo conseguirlo? Es más fácil decirlo que hacerlo y nos enfocamos en las soluciones más básicas como contar hasta diez antes de perder la calma.
Necesitamos dar un paso atrás para entender nuestra falta de paciencia. Descubrir y comprender cuáles son los desencadenantes que nos hacen perder la paciencia. ¿Qué es lo que nos saca de nuestras casillas? Si lo descubrimos, podremos hacer elecciones que no alimenten ese detonante.
6. Deseas mantener la calma.
Vamos a observar lo que ocurre cuando se dispara el desencadenante que acaba con nuestra paciencia. Es normal que entres en un estado de rabia. Esa furia va a afectar a tu paz interior. Sin embargo, esa rabia no te va a ayudar a resolver la situación. La rabia tan solo está creando una segunda capa de malestar.
Y lo que es peor: vas a tener que lidiar con esa frustración… y también vas a tener que lidiar con los sentimientos negativos de la rabia. La rabia y la falta de paciencia acaban generando estrés emocional. Nos agotan y nos arrebatan nuestra vitalidad. Es un desperdicio de potencial.
7. Comprende cuál es tu objetivo.
Hay un proverbio antiguo que dice: “Quien planta dátiles no recoge dátiles». ¿Sabes por qué? Dicen que las palmeras datileras tardan entre ochenta y cien años en dar sus primeros frutos. Con las nuevas técnicas de cultivo, ese tiempo se ha reducido, pero el proverbio sigue siendo muy sabio.
Se dice que un señor de edad avanzada plantaba dátiles en el desierto. Un joven se le acercó y le preguntó: “Señor, ¿por qué pierde el tiempo sembrando algo que no va a poder recoger?” El anciano se giró lentamente y le respondió: “Si todo el mundo pensara como tú, nadie recogería dátiles”.
¿Tu objetivo es llegar al destino rápidamente? ¿O prefieres disfrutar del camino? Si quieres comer dátiles, ve al supermercado y cómpralos con tu dinero. Si quieres sembrarlos, aprende a moderar tus expectativas, entendiendo el tiempo del que requiere el árbol para dar sus frutos. O, por otro lado, aprende técnicas más modernas de cultivo y acelera el proceso.
Recuerda: la falta de paciencia es falta de claridad. Solo a través del desarrollo personal podrás tener claro cuáles son las situaciones en las que tienes el control y cuáles no puedes controlar.
Si no estás satisfecho con tu situación actual, sentirás incomodidad, ansiedad y rechazo.
Obviamente, queremos mejorar. Queremos cultivar nuestras virtudes. Todo eso forma parte de un proceso de desarrollo personal.
A su vez, queremos tener serenidad. Esta es la base de la paciencia que consigue superar a la ansiedad. Para aprender a controlar tu ansiedad y cultivar tu paciencia, te invito a realizar nuestro curso rápido de desarrollo personal.