¿Cómo descubrir mi pasión o propósito? ¿Qué hacer con mi vida?

¡Hola! Seiiti Arata. Si estás sufriendo de ansiedad por no saber tu propósito, no saber qué hacer con tu vida, que sepas que no eres la única persona. Por una parte, queremos tomar buenas decisiones para evitar malgastar importantes años de nuestra vida yendo por el camino equivocado. Por otra parte, parece muy difícil encontrar la verdadera pasión, el propósito de vida. Y, ¿sabes cuál es el resultado de no saber cuál es tu propósito de vida?

Fatiga de decisión. Parálisis del análisis. Síndrome de desgaste profesional. Son diferentes nombres para explicar el sufrimiento de la toma de decisiones del día a día. Y ese sufrimiento es aún peor cuando la decisión es sobre algo tan importante como qué hacer con tu vida, descubrir cuál es nuestra pasión, encontrar nuestro propósito.

Decidir cansa. ¿Sabes cuando tienes que tomar una decisión, no sabes qué hacer y al final acabas no haciendo nada? ¿O cuando decides algo… y después te quedas pensando si has tomado la mejor decisión?

Por eso vamos a hablar ahora sobre algunas estrategias para mejorar la toma de decisiones, en especial la decisión más importante de todas: decidir qué hacer con tu vida, cómo encontrar tu pasión y tu propósito.

Decidir sobre tu propósito te tiene que ayudar, no estorbarte

Cada vez somos más conscientes de la importancia de encontrar un propósito de vida. Sobre vivir de acuerdo a tus propios términos, quién sabe si incluso trabajando en lo que realmente te gusta. La idea tras el propósito es muy bonita. ¿Quién no quiere tener una fuerte misión y dedicar todo su tiempo y energía a cumplir esa misión?

Existen varias técnicas que prometen ayudarte a descubrir tu propósito. Pero si estás buscando técnicas para descubrir qué hacer con tu vida o para descubrir tu propósito, es muy probable que te falte claridad sobre tu misión.

Quien piensa demasiado para tomar una decisión y no hace nada, sufre de parálisis del análisis. - Seiiti Arata

Algunas personas ya tienen mucha claridad sobre su misión en la vida. Esta claridad aparece sobre todo cuando se involucran en una causa social, política o educativa. Puede ser alguien con un talento claro para el deporte, un arte o una profesión específica. Puede incluso ser alguien con un hobby tan interesante que se esfuerza para convertir esa afición en un trabajo a tiempo completo.

Pero también hay personas que no tienen esta misión de forma tan clara. Personas que reparten su interés en varios temas. O que les gusta cambiar el centro de interés de vez en cuando. O que todavía quieren experimentar varias opciones antes de decidirse por una gran misión.


Desarrollo Personal - Seiiti Arata, Arata Academy

Por lo tanto, aquí viene la primera gran idea que tenemos que guardar: la decisión sobre tu propósito debe ayudarte, no estorbarte.

Forzar la decisión por un gran propósito de vida puede acabar teniendo el efecto contrario al deseado. En vez de que la persona se sienta motivada y con energía, acaba sintiéndose atrapada y con ansiedad si es forzada a decidir.

Esto se conoce como fatiga de decisión. Un concepto que dice que, con cada decisión que tomamos, perdemos un poco de energía. Cuantas más decisiones tengamos que tomar, menos ánimos tenemos.

La fatiga de decisión puede ocurrir si tienes que tomar varias decisiones al día… y tambíen puede ocurrir si tienes que tomar una gran decisión, como establecerte un propósito.

Entonces, si aún no tienes una misión clara en tu vida, quizá lo mejor que puedes hacer es evitar buscar una decisión ahora. Repito: la decisión sobre tu propósito tiene que ayudarte, no estorbarte.

A veces lo mejor es seguir tu intuición e ir experimentando diversas opciones hasta encontrar aquella con la que más te identificas.

Tener que tomar una decisión cuando no estás preparado te paraliza y causa ansiedad. Esta es la parálisis del análisis.

La parálisis del análisis te impide avanzar

Esta es la segunda gran idea: usa la cabeza, pero no dejes que la cabeza te use. Tus pensamientos y tu capacidad racional tienen que ayudarte a progresar. Evita lo contrario. Evita ser perjudicado por tus pensamientos excesivos.

Te voy a dar un ejemplo de lo que significa pensar en exceso:

Imagina que quieres abrir una pizzería. Abrir una pizzería no es muy difícil. En prácticamente cualquier ciudad, hay varias pizzerías que han abierto personas que no necesariamente son más competentes que tú.

El propósito es algo que sólo encuentras con la práctica, cuando empiezas a actuar. - Seiiti Arata

Sin embargo, cuando piensas demasiado, aparece la parálisis del análisis. Tu cerebro empieza a estropearse si exageras en la planificación y en la imaginación de problemas.

Vas a empezar a tener preguntas como “¿Cómo instalo el horno? ¿Cómo contrato al pizzero? ¿Cómo consigo un equipo que haga las entregas? ¿Cómo compro los ingredientes? ¿Cómo gestiono el stock de los ingredientes? ¿Cómo va a ser el menú?

Son tantas las preguntas que pueden surgirte que, si no tienes cuidado, pueden pasar años y años y no todavía no has hecho absolutamente nada. Sólo has estado pensando, estresado, preocupado, paralizado, intentando analizar todas las posibles variables.

La parálisis del análisis es un riesgo que aparece cuando nos preguntamos cómo hacer algo… y acabamos no haciendo nada por tener tantas opciones.

La parálisis del análisis no ocurre sólo en el ejemplo de abrir una pizzería. Puede ocurrir en cualquier tipo de proyecto, de toma de decisiones, y también a la hora de encontrar tu propósito. En la búsqueda de una misión de vida, la parálisis del análisis ocurre cuando empiezas a entrar en el modo mental de hacer muchas preguntas sobre cómo llegar hasta ese propósito.

 Cultiva presencia y resuelve un problema a la vez

¿Entiendes que es un error exagerar en la cantidad de pensamientos y quedarse paralizado? Sin embargo, recuerda que para superar la parálisis del análisis tenemos que seguir siendo cautelosos. Una buena planificación siempre es útil. Y una buena planificación ocurre en la medida correcta: enfrentarnos a un problema a la vez.

Si crees que hoy todavía no tienes muy claro lo que quieres hacer en la vida, sigue una dirección general. No es necesario que entres en detalles ahora. Es justo así como descubres tu pasión: manteniéndote abierto y atento, cultivando presencia.

Estar totalmente atento y cultivar presencia significa que dejas de estar demasiado preocupado por el futuro y empiezas a prestarle más atención a lo que está ocurriendo en el aquí y ahora.

Al vivir el presente con plenitud, finalmente consigues tener más claro lo que te gusta y lo que no. Este autoconocimiento es lo necesario para que desarrolles tu visión de futuro. La visión de cómo sería tu vida ideal viviendo tu propósito.

Lo opuesto a cultivar presencia es cultivar miedo sobre el futuro incierto. Cuando alimentas el miedo haciendo muchas preguntas y entrando en pánico, inmediatamente cierras las posibilidades de creatividad. Tu cerebro entra en modo de luchar o huir, buscando problemas. Tu creatividad se desperdicia imaginando salidas de emergencia para escenarios catastróficos imaginarios.

Por todo eso, es un error quedarse paralizado y tener demasiada preocupación sobre cómo tratar con cada uno de los pequeños detalles. No intentes resolver problemas que aún no existen. Haz una cosa a la vez. Cultiva presencia. Los problemas futuros los resolverás después. Sigue yendo hacia delante, paso a paso. No esperes a tener un plan perfecto para poder dar el primer paso. 

Ahora voy a compartir contigo una forma sencilla de pensar que te va a ayudar a seguir progresando.

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Primero debes actuar. Después aparecerán las oportunidades. No es al revés.

Hay gente que espera eternamente a que las oportunidades le aparezcan para poder actuar. No funcionan así las grandes oportunidades. Las grandes oportunidades de la vida sólo aparecen DESPUÉS de que hayas decidido actuar.

Para poder actuar y romper la parálisis del análisis, me gusta imaginar que estoy en un laberinto. Sé dónde estoy y tengo una idea de más o menos a dónde quiero llegar.

Delante de mí sólo están las primeras puertas que voy a escoger abrir. Detrás de cada una de las puertas existen varios pasillos con muchas puertas por abrir. Pero estas otras puertas aún no están disponibles para mí y, por lo tanto, no tiene sentido preocuparme por ellas ahora.

Primero voy a abrir las puertas a las que tengo acceso. Entonces seguiré hacia delante por los pasillos que me han abierto esas puertas. Y cuando encuentre las nuevas puertas tomaré más decisiones.

En otras palabras, sólo me preocupo por el problema que tengo entre manos y me encargaré de resolver las demás cuestiones después. Esto me permite actuar y seguir actuando siempre. Y cuanto más actúo, más oportunidades aparecen. Más puertas tendré para abrir.

El error que mucha gente comete es querer la solución perfecta para todas las puertas del laberinto entero… ¡sin moverse! Eso es imposible. Te va a perjudicar. Va a absorber tu energía, llevándote al síndrome de desgaste profesional, que es un agotamiento mental innecesario.

Para encontrar tu pasión, debes abrir las puertas que están disponibles ahora. Es necesario actuar, vivir la vida con plenitud dentro de tus posibilidades. Un poco más adelante te darás cuenta de que necesitas recursos y personas que te apoyen.

Las grandes oportunidades de la vida sólo aparecen cuando tomas una decisión y empiezas a actuar para transformar tu propósito en realidad. - Seiiti Arata

Esa red de contactos y recursos sólo se va a desarrollar cuando ya estés viviendo tu propósito. Y no al contrario. No caigas en el error de creer que primero necesitas la red de contactos y recursos para empezar a actuar.

Si quieres te doy un ejemplo. Imagina un joven recién formado en fisioterapia que quiere descubrir qué hacer con su vida. Este joven fisioterapéuta no consigue identificarse siendo músico, empresario, profesor… y lo único que tiene es el diploma de fisioterapia. Por lo tanto, esta es la primera puerta que decide abrir. Empieza a explicarle a la gente de su alrededor que hoy en día, su misión es la fisioterapia.

Poco a poco, va a encontrar a clientes, ayudantes, compañeros de trabajo. Empezará a conocer clínicas, proveedores de materiales, empresas de administración y contabilidad. Y según vaya abriendo nuevas puertas al hacer su trabajo diariamente, irá madurando. Empieza a descubrir que tiene un mayor interés en encargarse, por ejemplo, de casos de accidentes de tráfico.

Entre los diferentes tipos de accidentes de tráfico, puede ver la necesidad de especializarse aún más. Por ejemplo, puede especializarse en resolver problemas sólo en el hombro.

Quizá hoy en día no tengas claro que quieres ser fisioterapeuta para la recuperación de accidentes de tráfico especializado en la zona del hombro. Quizá lo único que sepas sea que quieres ser fisioterapeuta. Eso está bien. Esa es tu primera puerta en el laberinto.

Después de abrir esa primera puerta y escoger tu área de actuación, debes dar el próximo paso. Debes empezar siendo el profesional más genérico hoy en día y, según vayan pasando los días, aumentará tu claridad.

Cada vez te vas a acercar más al lugar específico que te aporta una gran satisfacción, en la que puedes contribuir de una forma única mejor que nadie en ese área y ofrecer un gran valor y servir a tus clientes. Ahí está tu propósito, descubierto con la práctica.

Sólo la práctica puede revelar si te has decidido por el mejor propósito

Has llegado hasta aquí buscando técnicas para descubrir tu propósito, para saber qué hacer con tu vida. Y aquí tienes la mejor técnica de todas: se llama práctica. Sólo la práctica diaria puede decir si lo que has elegido realmente es tu misión. Sólo el día a día va a conseguir validar tu toma de decisión.

En el ejemplo del fisioterapeuta, quizá después de algunos meses trabajando en el área, quizá se dé cuenta de que no le gusta tener contacto diario con los pacientes. Quizá prefiera aprender programación y desarrollar un software de gestión para clínicas de fisioterapia. Pero sólo con la práctica es como va a descubrir lo que le gusta y lo que no le gusta.

Siempre pregúntate lo que puedes aprender con tu situación actual. Si crees que no estás trabajando con tu propósito y no consigues decidir qué propósito es, por lo menos pregúntate qué puedes aprender con esa dificultad. ¿Qué has descubierto que no te gusta hacer? ¿Cuáles son las nuevas hipótesis de otras cosas que quizá te gusten más hacer?

Por desgracia, muchas veces nos quejamos pero no cambiamos. Repetimos los mismos errores varias veces hasta aprender la lección. En vez de perder el tiempo así, intenta aprender con cada decisión equivocada que tomes. Esto va a fortalecer tu proceso de toma de decisiones y te va a hacer más resistente a la fatiga de decisión.

No decidas sobre tu proposito pensando sólo en dinero

Otro error que muchas personas cometen a la hora de decidir sobre el propósito es mirar únicamente la perspectiva financiera. ¿Conoces a alguien que haya decidido ser médico, abogado o ingeniero sólo porque creía que esas profesiones dan dinero?

¿Es ese tu caso? ¿Estás trabajando hoy en día en alguna actividad que no te gusta, pero que la necesitas para pagar tus facturas? Si te estás dando cuenta de que estás haciendo algo que no te gusta, enhorabuena: eso significa que estás actuando. Estás cultivando presencia suficiente para darte cuenta de que estás haciendo algo que no te gusta. Estás descubriendo que no quieres vivir tu vida para eso.

Volviendo a la analogía del laberinto, esa es como si fuese una de las primeras puertas que has abierto. Ahora debes seguir yendo hacia delante y no paralizarte sólo donde estás ahora.

Aprovecha que ya tienes un trabajo que paga tus facturas para que, al mismo tiempo, sigas pensando en cuáles son las próximas puertas que vas a abrir. Claro que vas a usar el parámetro financiero como una de las partes que van a guiar tu toma de decisiones. Pero el dinero no puede ser el único parámetro.

Cuando consigues trabajar con tu propósito, tienes muchas más oportunidades de volverte un profesional motivado, interesado y extremadamente competente. Este tipo de profesional es raro en el mercado y, por lo tanto, siempre está mejor remunerado.

Haz pequeñas pruebas para decidir cuál es tu propósito

Por todo lo que estamos viendo juntos, en vez de querer descubrir de golpe cuál es tu gran misión de vida, estate abierto a experiencias.

En vez de querer encontrar un gran y definitivo propósito de vida, haz pequeñas pruebas para descubrir con la práctica cuál es tu verdadera gran misión. - Seiiti Arata

Por ejemplo, imagina que tienes la pequeña curiosidad o intuición que quizá sea mejor abandonar la carrera de abogacía para hacerte jardinero.

Recuerda que es importante practicar. Abrir puertas. Por eso, reflexiona y pregúntate sinceramente qué has hecho al respecto. Y hacer es diferente de sólo pensar con una parálisis por análisis.

¿Qué has hecho ya para experimentar la jardinería? ¿Ya has intentado plantar algo en casa? ¿Has hecho algún curso? Debes abrir las puertas haciendo estos pequeños experimentos de forma inofensiva.

No estoy diciendo que debas dejar ahora tu carrera de abogado para de repente meterte en el mundo de la jardinería al 100% (cien por cien). Pero puedes experimentar un poco, probando lo que funciona y lo que no.

Así es como vas a abrir puertas de forma estratégica para descubrir diferentes caminos por delante. Esta técnica que comparto contigo, en realidad, viene del mundo del emprendimiento ágil.

Es muy común que las empresas ágiles hagan múltiples experimentos con variaciones de su producto o servicio priorizando una ejecución rápida a bajo coste. Como la empresa no puede predecir el futuro o cuál es la situación del mercado, quiere crear un modelo simplificado de productos y servicios y ofrecerlos rápidamente al público para probar si tienen interés.

Si realmente existe un interés por parte de los clientes, la empresa desarrolla el producto. En caso contrario, la empresa hace un nuevo test hasta encontrar lo que la gente realmente quiere. Puedes hacer lo mismo que estas empresas en tu toma de decisiones sobre tu futuro, tu carrera, tu propósito. No intentes adivinar cuál será el futuro y poner todas tus fichas en ese camino. En vez de eso, experimenta diferentes opciones.

Observa cómo te sientes al respecto, cómo consigues desempeñar esa actividad, cuánto consigues ofrecer a los demás. Así vas experimentando si eres bueno en esa misión, si los demás necesitan tu ayuda y si esa actividad realmente te motiva,

Al mismo tiempo que vas a hacer varios experimentos, también quieres tener un compromiso. Vas a seguir adelante en el laberinto independientemente de los resultados que tengas.

Este compromiso no te impide cambiar de camino. Nunca olvides tu compromiso mayor que es con tu propósito, con tu misión. Tu percepción del camino que te queda puede cambiar. Pero lo fundamental es que sigas avanzando y no dejes que las frustraciones te paralicen y te impidan seguir explorando el laberinto.

Descubrir tu pasión y decidir sobre tu propósito de vida no es una tarea fácil. Ante tantas opciones, tienes que tener cuidado para no sufrir con la fatiga de decisión, parálisis del análisis y síndrome de desgaste profesional.

Por eso hemos visto varios conceptos que te pueden ayudar a experimentar y a mejorar tu proceso de toma de decisiones.

Pon en práctica lo que has aprendido aquí. Encuentra una actividad que haces de forma tan centrada que ni siquiera te enteras de que pasa el tiempo. Al encontrar esa actividad, estate presente en vez de pensar en otras opciones. El enfoque es importante para el autoconocimiento.

No tengas miedo de experimentar. Las oportunidades van a empezar a aparecer cuando empieces a actuar, no antes. Recuerda que el dinero no debe ser el único parámetro. Algunas veces sólo vas a conseguir rentabilizar una pasión después de empezar a actuar con constancia.

Si tu experimento no funciona, paciencia. Analiza lo que ha salido mal y aprender con los errores para hacer una nueva prueba. Repite el proceso hasta que encuentres cuál es tu verdadera misión.

Una buena noticia es que Arata Academy tiene un nuevo curso llamado Planificando Tu Vida, que ofrece una guía práctica y un paso a paso para que encuentres tu propósito, establezcas tus metas y crees una lista de acciones que puedes llevar a cabo hoy mismo con una gran organización.