¡Hola! Seiiti Arata. Hoy vamos a hablar sobre los prejuicios, específicamente sobre etiquetar a las personas, este fue el tema del episodio 04.
1. Las etiquetas nos alejan del verdadero conocimiento
Etiquetamos a las personas cuando nos formamos una opinión inicial y se nos dificulta hacer que esa opinión evolucione; incluso cuando nos encontramos con situaciones que demuestran que estamos equivocados. La percepción ha sido ensuciada por el prejuicio.
Si por ejemplo, escucho que Adrian es una persona egoísta y avara (esa es la etiqueta) y lo veo trabajando hasta tarde, ese simple hecho de trabajar hasta tarde será interpretado por mi como una confirmación de la imagen de que Adrian es una persona a la que en realidad, le importa más el dinero que cualquier otra cosa, no está interesado en socializar y no le importa su familia.
Y si escucho que Bianca es una persona amable y dedicada (las cuales son etiquetas) y veo que Bianca está trabajando hasta tarde, el mismo hecho de trabajar hasta tarde será interpretado por mi como una confirmación de que es una mujer que está dispuesta a hacer sacrificios personales para darle una vida mejor a las personas que ama y que lucha contra la adversidad.
Incluso puedo llegar a pensar que Adrian no se merece el dinero que gana, dado que el trabajo extra que está realizando le está quitando la oportunidad a alguien más. Por otro lado, Bianca ¡sólo mirá su dedicación! Ella por lo tanto merece una vida mejor. Incluso puedo llegar a pensar que debería ganar más, dado que trabaja más duro que los demás.
Cuando veo que Adrian no se compra un par de zapatos nuevos, eso prueba que es un hombre mezquino y miserable. Cuando Bianca evita comprarse un par de zapatos nuevos, eso prueba que es una persona considerada y humilde que no gasta dinero en cosas superfluas.
Me reuní con Adrian el domingo, llevaba un libro; por supuesto que sí, él es distante, sin vida social, no le importan las personas, está amargado y no tiene amigos. Me reuní con Bianca el domingo, llevaba un libro; aparte de hermosa y amable también es inteligente y siempre esta aprendiendo cosas nuevas y compartiéndolas con los demás.
Entiendes de que hablo ¿verdad?
2.Las etiquetas vienen del prejuicio
Aún juzgando el mismo comportamiento, podemos etiquetar a alguien como ángel o demonio dependiendo de nuestro prejuicio. Y toma en cuenta que todos tenemos prejuicios: prejuicio es la impresión inicial, el pre concepto.
Pero no queremos quedarnos atrapados en nuestro prejuicio, sin ir más allá de las superficie, de los chismes, de la impresión inicial.
Así que lo que necesitamos es desarrollar la habilidad de seguir mejorando nuestra percepción cuando se nos da información nueva, para evitar aferrarnos a nuestras etiquetas, permitirnos a nosotros mismos conocer la verdad y ser curiosos sobre las personas, sabiendo que cambian.
(Consejo extra: todo esto también se aplica a TI y a las etiquetas que te has puesto)
Más importante: no seas esclavo de tus propias etiquetas o más específicamente, no seas un esclavo de las etiquetas que tu prejuicio ha creado.
3. Ten cuidado con la profecía que se cumple sola
Para entender mejor esto, imagina un banco próspero. Aunque próspero, si un pánico irracional y generalizado surgiera y todos los clientes creyeran un rumor que dice que el banco está en quiebra, eso es exactamente lo que puede pasar si todo el mundo empieza a sacar su dinero al mismo tiempo; el banco puede irse a la quiebra.
Esta es la profecía que se cumple sola: es una definición falsa de una situación que estimula un comportamiento dado el cual causa que la definición que antes era falsa se vuelva verdad.
Si empiezo una relación pensando que no va a durar por que mi pareja me va a engañar, esa creencia me convertirá en una persona que sospecha de todo, siempre buscando pistas, violando la privacidad de mi pareja para evitar que me engañe. Y el resultado será precisamente una relación horrible que no durará mucho. Y además diré: “¡Sabía que esto pasaría!”
¿Y qué hay de ti? ¿Eres un esclavo de las etiquetas que tu prejuicio ha creado?
Los resultados que cosechas o no hoy, ¿están limitados por la etiqueta que te has puesto? ¿Tu valor propio está determinado por la forma en la que otros te tratan?
¿Hay un fracaso anterior susurrándote al oído que todo puede volver a fallar así que es mejor no intentarlo otra vez?
¿Tienes dificultades lidiando con algunas personas porque siempre encuentras significados negativos en su comportamiento?
Ahondemos aún más: ¿La forma en la que lidias contigo mismo te hace sentir amargado y resentido? ¿Cómo etiquetarías tu propia historia? ¿No sería más saludable olvidarte de las etiquetas y darte cuenta que detrás de tus comportamientos hay muchas interpretaciones?
Y cuando te culpes a ti mismo por no haber conseguido eso o aquello o por haber sido inmaduro o irresponsable, recuerda: has logrado cosas buenas y hay sueños por los que has luchado, valores que te guiaron en tu camino. La realidad permite muchos puntos de vista, es sólo cuestión de escoger en cuál enfocarse.
Si eres una persona que desea aumentar su conocimiento sobre sí misma y quiere participar en uno de los entrenamientos de la Academia Arata, mi recomendación es empezar visitando este enlace.