¡Hola! Seiiti Arata. ¿Cuál es el verdadero propósito de tu vida? ¿A qué deseas dedicarte realmente?
Quizá no quieras afrontar esta pregunta porque crees que las actividades que constituyen tu propósito de vida no van a darte dinero, no van a pagar tus facturas, no van a garantizar tu futuro. O, puede que pienses que no tienes el tiempo, el talento o los recursos para dedicarte a ese propósito de vida.
Si este fuera tu caso, la buena noticia es que la tecnología está avanzando rápidamente y está provocando grandes cambios en la manera en la que vivimos y trabajamos. Es muy probable que, a lo largo de los próximos años, termines cambiando de profesión.
Tu empleo puede, sencillamente dejar de existir, siendo sustituido por robots o ser subcontratado en otro país con mano de obra más barata. O incluso, puedes sentirte insatisfecho hasta el punto de decidir cambiar de trabajo tú mismo, al darte cuenta que tu empleo actual no representa tu verdadera vocación.
De una forma u otra, cuando encuentras tu propósito de vida y empiezas a trabajar guiado por él, esa insatisfacción con el trabajo desaparece. Empiezas a disfrutar realmente de lo que haces, porque encuentras la verdadera razón por la que ir a trabajar todos los días.
Esto no significa que no vayas a enfrentarte a estrés, problemas y complicaciones. Los problemas siempre van a existir, pero no vas a estar sufriendo por ellos.
Cuando alineas tu trabajo con tu propósito, consigues sentirte satisfecho al ser consciente de la contribución única que haces al mundo.
Muchas personas sueñan con llegar a un punto en el que no tengan que trabajar más. De acumular tanto dinero que sea posible vivir sólo de los ingresos pasivos.

Pero existe un punto de vista aún mejor. Es cuando encuentras un propósito por el que trabajarías incluso gratis. Este es un tipo de libertad muy especial, que es escoger ir a trabajar incluso cuando no necesitas el sueldo. No trabajas porque lo necesitas, trabajas porque quieres. Es una elección consciente.
Sin un propósito no hay decisiones conscientes
Sin metas de vida claras, lo más frecuente es que empieces a hacer cosas sencillamente porque “todo el mundo las hace”. Vas al instituto con el objetivo de sacar buenas notas para poder entrar en una universidad, para poder hacer prácticas, para poder graduarte y encontrar un primer empleo.
Así es como hemos encontrado a nuestra pareja, decidimos tener un hijo, comprar una casa propia. Y así asumimos una hipoteca durante los próximos 30 años y nos quedamos atrapados en nuestros trabajos porque necesitamos el sueldo para seguir pagando las cuotas.
Odiamos el empleo, pero no podemos renunciar a él. Aquí suelo usar la simbología de la jaula de oro, que representa que ahora estamos atrapados debido a compromisos de financiación. Y así nos sentimos desgraciados durante toda la semana, esperando un poquito de alegría los fines de semana y festivos. Soñamos con el día en el que finalmente nos jubilaremos y no necesitemos trabajar más.
Existe una forma de romper este círculo vicioso: Tener claridad en tu propósito y elaborar un plan de vida para conseguirlo. Piensa en tu propósito como una misión. Es algo mucho más importante que simplemente un trabajo.
El trabajo puede ser algo que te dé pereza, que represente sufrimiento. Un trabajo sin propósito es el sufrimiento de creer que vas a tener que hacer esa actividad que odias durante toda tu vida sólo para poder pagar tus facturas.
Puedes, a partir de hoy, decidir hacer un cambio. Decidir de forma consciente cambiar tu estilo de vida para no tener que trabajar más sin un propósito, sólo para pagar las facturas y hacer lo que todo el mundo hace.
Claro que, si tienes deudas que pagar o una familia que sostener, no puedes dejarlo todo inmediatamente, sin un buen plan. Pero lo que sí puedes hacer inmediatamente es decidir que vas a cambiar esa situación, que vas a elaborar un plan de vida y empezar a actuar para transformar ese plan en una realidad, poco a poco.
Pero, para eso, vamos a descubrir cuál es la mejor definición de la palabra propósito.
¿Qué es el propósito de vida?
Antes de seguir, es fundamental que tengamos una definición común de lo que queremos decir con propósito.
Por favor, elimina todas las ideas preconcebidas que tienes sobre este tema. Cuando estamos aquí hablando, debes entender que el uso de la palabra propósito es respecto a algo que todos tenemos. Tú, yo, la tía Matilde. Todos, sin excepción.
Dentro de esta definición, ya tienes un propósito de vida ahora. Todos tenemos un propósito. El problema es que nos olvidamos de él, o no tenemos un nivel de conciencia suficientemente alto para darnos cuenta con claridad de cuál es nuestro propósito.
Si este es tu caso, tengo una buena noticia. El simple hecho de que estés aquí pensando en este asunto indica que estás buscando elevar tu nivel de consciencia. Enhorabuena.

Vamos a seguir desarrollando nuestra definición. ¿Cuál es tu propósito? Tu propósito es algo más que un plan lógico. También es una guía emocional que te guía en la decisión de tus objetivos prioritarios. El propósito hace que tomes decisiones conscientes y alineadas con tus valores personales más elevados. Y eso te ayuda a ti y a las personas de tu alrededor.
En caso de que estés pensando en algo que sólo te beneficie a ti y a nadie más, probablemente ese no sea tu verdadero propósito.
El verdadero propósito aparece cuando eres útil para los demás. Por ejemplo, si eres capaz de hacer dibujos preciosos, pero dejas todo tu arte guardado en un cajón, no estás siendo útil para nadie.
Para estar más seguro sobre este aspecto, pregúntate siempre quién está disfrutando de tu trabajo. Si lo que haces no le sirve a otras personas, no es de utilidad.
Una buena señal de que estás trabajando con propósito es cuando realizas una actividad y sientes alegría sólo por estar allí. Es cuando actúas sólo por el placer de recorrer el camino, sin centrarte tanto en los resultados.
Lo contrario también ocurre. Fíjate que cuando trabajas sin un propósito, difícilmente estarás alegre. Te levantarás temprano para ir a trabajar sólo porque tienes que pagar las facturas y no quieres que te despidan. De lo contrario, escogerías quedarte en casa durmiendo. Sólo estás intercambiando tu tiempo por dinero, y ese dinero lo vas a utilizar para pagar tus facturas. Es obvio que no estarás satisfecho.
Por otro lado, cuando estés cumpliendo tu misión y beneficiando a las personas de tu alrededor, tendrás claro tu propósito. Es una nueva perspectiva de vida.
Adoptando una perspectiva positiva
Vamos a continuar mejorando nuestra definición del propósito. Hasta ahora hemos visto que para que exista un propósito, debemos estar al servicio de otros. ¿Qué significa esto? Significa que aquello que hagamos deberá hacer que la vida de otras personas sea más fácil, más práctica, más interesante, más feliz; más plena.
Estas definiciones son muy importantes. Si es necesario, haz una pausa, reflexiona al respecto y después sigue viendo el vídeo. ¿A quién ayudas? ¿Cómo mejoras la vida de los demás con tu trabajo?
Es importante entender lo útil que eres para los demás.
Imagina, por ejemplo, que quieres abrir una empresa. Una preocupación que te puede surgir es cómo hacer para evitar que tus empleados terminen engañándote y finjan que están trabajando cuando en realidad no están haciendo nada, solo están perdiendo el tiempo.
Puedes ponerte a pensar en cómo hacer para instalar sistemas de seguridad para que tus clientes no roben productos de tu tienda. O qué hacer para aplastar a la competencia e impedir que copien tus ideas.
Otra perspectiva, más positiva, es imaginar cómo puedes ayudar a tu equipo, permitiendo el desarrollo de tus empleados, de modo que estén felices colaborando con la empresa.

O cómo hacer para cautivar a los clientes de forma que sean defensores leales de tu marca y atraigan a más clientes mediante sus recomendaciones.
O incluso, cómo hacer para volverte un líder que inspire a otras personas de tu área de forma que consigas colaborar con otros empresarios que quieran asociarse contigo.
Este es solo un ejemplo simple de un cambio de perspectiva que provoca diferentes decisiones conscientes. Decisiones que pueden transformar radicalmente una misma experiencia.
Es fundamental que dediques un cierto tiempo a entender que tu propósito solamente te será revelado de forma completa cuando tengas claro qué les aportas a los demás en su vida, cómo puedes serles útil . El resultado es una vida que requiere menos esfuerzo.
¿Cómo sería una vida sin esfuerzo?
Un buen indicativo para saber si estás viviendo o no de acuerdo a tu propósito de vida es observar la cantidad de esfuerzo que que tienes que hacer cada día.
Cuando trabajas con algo muy alejado de tu propósito, tus días pueden ser una tortura, ya que estás constantemente haciendo algo que no te gusta. Tienes que despertarte a un horario que no quieres. Tienes que tratar con personas desagradables a las que no quieres ver. Todo lo que quieres es que el tiempo pase rápido para irte a casa.
Cuando estás cumpliendo tu meta de vida, el tiempo pasa volando. Incluso si tienes que despertarte a cierta hora, aunque que tengas que tratar con ciertas personas, todo aquello parece haber exigido de ti un esfuerzo menor, ya que le ves sentido al trabajo que estás haciendo.
El sufrimiento, la ansiedad, la pereza o el esfuerzo exagerado significan que no estás actuando como te gustaría. Estás yendo en contra de lo que realmente quieres. No estás siendo la persona que te gustaría de ser, no estás donde te gustaría estar, no trabajas en lo que te gustaría trabajar.

No es que los problemas sencillamente desaparezcan cuando trabajas según tu propósito de vida. En realidad, lo que cambia es tu perspectiva y tu disposición para lidiar con con esos problemas. Y su impacto puede cambiar completamente tu vida.
Por eso, es fundamental ver con claridad el impacto de tus acciones.
Lo siguiente es un ejemplo clásico: puedes encontrarte a dos albañiles y preguntarles qué están haciendo. Uno de ellos te puede decir que está cargando ladrillos. El otro te dirá que está construyendo una escuela para los niños de esa comunidad.
¿Entiendes la diferencia? Todo puede tratarse únicamente de una cuestión de perspectiva. Dependiendo de la perspectiva que escojas, vas a descubrir un significado muy distinto de lo que tienes delante. Algunas personas se dan cuenta de eso, otras no. Pero es mucho más fácil cambiar tu percepción del mundo que intentar cambiar el mundo entero para que se adapte a tu ideal de vida.
Dicho esto, necesitas comprender una última pieza fundamental para nuestra definición de propósito: el placer del camino.
Cuando identificas tu propósito de vida y haces un plan para vivir en concordancia con él, tienes que estar comprometido también con la acción, no solo con el resultado. Tienes que estar desconectado del resultado final de tu plan, de forma que tu verdadera recompensa sea cumplir tu misión, hacer lo que hay que hacer.
Encuentras placer y felicidad al recorrer el camino, y no solamente al llegar al destino. No necesitas ese destino final para sentir alegría porque ya eres feliz por el simple hecho de participar del proceso, de estar en el camino, de realizar el trabajo que en sí mismo ya genera la satisfacción que tanto buscas.
Volviendo a nuestro ejemplo, fíjate en lo importante que es la perspectiva. Intenta imaginar cómo se siente cada albañil en su interior. Tal vez el albañil que quiere construir la escuela, sea infeliz a diario por no ver la escuela acabada. Y quizá el albañil que sólo carga los ladrillos es feliz en su misión de ayudar a cargarlos, uno a uno.
Descubrir tu propósito es una de las piezas fundamentales para asumir el control de tu propia vida.
Pero existen otras piezas que componen el rompecabezas de un buen plan de vida, de un plan que haga posible transformar tus mayores sueños en realidades. Si quieres saber qué piezas son y cómo encajarlas de manera correcta, mira nuestra clase especial sobre cómo hacer un plan de vida.