Cómo acabar con el estrés

¡Hola! Seiiti Arata. Si estás estresado, hay una solución rápida y efectiva para acabar con el estrés: deja de preocuparte por las cosas pequeñas. Y recuerda que casi todas las cosas son pequeñas.

Puedes pensar que dejar de preocuparte por las cosas pequeñas va a tener un efecto pequeño sobre tu estrés. Pero la verdad es que casi todo en la vida es pequeño. Así que, si dejas de preocuparte por esas pequeñeces, acabas eliminando casi todo el estrés de tu vida.

Ese tipo de estrés causa un gran desequilibrio. Un cúmulo de cosas muy pequeñas, hasta insignificantes, acaba creando mucho estrés en tu vida. Y eso te absorbe la energía y te genera un enorme gasto de tiempo.

La microgestión es un desperdicio de tiempo que no ofrece beneficios proporcionales. 

Microgestionar significa preocuparse por cada pequeño detalle de cada ámbito de tu vida. Es cuando te preocupa haber comido exactamente la cantidad de gramos que te ha prescrito el nutricionista, que tu ropa no tenga ni la más mínima arruguita, si otras personas se están comportando exactamente como esperabas…

El tiempo que tienes al día es limitado y por eso debes dedicarlo a lo que importa. Cuando distribuyes tu tiempo disponible para intentar microgestionar cosas pequeñas de poca importancia, te estresas sin necesidad.

Eso queda muy claro en el mundo de los negocios. Un emprendedor que intenta microgestionarlo todo acaba estresado y no consigue unas ganancias tan grandes como un emprendedor que se enfoca en los aspectos más importantes del negocio.

Pero este problema no se manifiesta sólo en los negocios. En la vida personal, si eres una persona super organizada, puede que te estrese adquirir nuevos compromisos. Llega un momento en el que tienes demasiadas tareas y no puedes con todo. Si te centrases sólo en lo que realmente importa sin intentar controlar cada pequeño detalle, ese tipo de estrés, simplemente, desaparecería.

Ya debes de haber oído hablar del Principio de Pareto, que dice que, en promedio, el ochenta por ciento de tus resultados viene de tan sólo el veinte por ciento de las causas. Cuando te preocupan todas las causas y las microgestionas, lo que estás haciendo es perder un tiempo que podrías estar dedicando a lo que genera resultados de verdad.

La cuestión, entonces, es cómo diferenciar las cosas pequeñas que no merecen tu estrés de las cosas por las que merece la pena preocuparse.

Es fácil distinguir las cosas pequeñas por las que no vale la pena estresarse. Sólo tienes que acordarte de que casi todo en la vida es pequeño.

El peso exacto de tu comida, la ropa perfectamente planchada o la reacción adecuada de las personas a tu alrededor son ejemplos claros de cosas pequeñas. Pero hay muchas otras cosas que aparentemente son importantes, pero que, cuando nos paramos a pensar, en realidad no tienen tanta importancia.

¿De verdad es tan importante tener esa apariencia inalcanzable en las fotos de tus redes sociales? ¿Crees que tienes que seguir todos los sucesos recientes en las noticias? ¿Realmente importa tanto si tu artista favorito tiene novia o si tu político preferido gana las elecciones?

Hay pocas cosas que son realmente importantes en la vida. Salud, familia, amigos, dinero para pagar las necesidades básicas y tener una reserva de seguridad… esas son algunas de las cosas que importan.

Como Decir No - Seiiti Arata, Arata Academy

Aparte de eso, todo lo demás no tiene tanta importancia real. Ni siquiera tu profesión. Solemos estresarnos mucho con pequeños juegos de poder en el trabajo para ver quién gana más dinero, quién alcanza un cargo más prestigioso o incluso quién tiene el mejor despacho de la oficina.

Pero, mientras nos estresamos con esas cosas pequeñas, la vida va pasando. Dejamos de cuidar de nuestra salud, dejamos de pasar tiempo de calidad con amigos y familia, dejamos de centrarnos en llevar a cabo las acciones que podrían traernos mayores ganancias financieras.

Para liberarte de esa trampa, tienes que aprender de una vez por todas a decir que no a la preocupación por las cosas pequeñas.

La mejor manera de dejar de preocuparse por las cosas pequeñas es diciendo que no a todo lo que no está alineado con tus valores personales.

Microgestionar es como decir que sí a casi todo en lo que puedes involucrarte. Piensa en cada pequeña tarea que llevas a cabo como en una especie de invitación que has aceptado. Podrías haberte negado a involucrarte en esa tarea. Pero has aceptado. Esa es la razón por la que le das demasiada importancia a las cosas pequeñas y generas un estrés innecesario en tu vida.

La forma de eliminar ese estrés innecesario es hacer justo lo contrario. Es aprender a decir que no a todo lo que no tiene importancia.

La cosa es que cada uno tiene un conjunto de valores personales que definen lo que es importante y lo que no.

Por ejemplo, vamos a pensar en la familia. Normalmente, la familia se pone como ejemplo de algo que es muy importante, algo por lo que merece la pena esforzarse. ¿Pero siempre tiene que ser así?

Tal vez sea así para Laura, una niña que se crió en una familia amorosa, con padres presentes, familiares a los que siempre les importó su bienestar y a quienes ella quiere.

Pero puede que no sea así para William, un niño que sufrió una serie de abusos durante la infancia por parte de su propia familia. Para William, que consiguió independizarse como adulto, esa familia puede ser algo pequeño que no merece su preocupación.

Esto es sólo un ejemplo de cómo los mismos valores que a veces son pintados como absolutos pueden variar de una persona a otra.

Por eso, antes de definir por qué cosas merece la pena estresarse, el primer paso es que tengas muy claro cuáles son tus mayores valores personales en tu contexto de vida actual.

Para ello, coge lápiz y papel y empieza a hacer una lista de tus valores personales. ¿Qué valores te vienen primero a la cabeza? ¿Familia? ¿Salud? ¿Dinero? ¿Educación? ¿Ocio? ¿Trabajo? ¿Comodidad? ¿Religión? ¿Aventura?

Cuando termines la lista de lo que te parece más importante, intenta colocar esos valores por orden de importancia. Por ejemplo, imagínate que en la lista has puesto Familia y Salud. ¿Cuál de los dos es más importante? ¿Sacrificarías tu propia salud para cuidar de tu familia? Si es así, para ti la familia es más importante que la salud.

Cuando listes por orden de importancia tus mayores valores personales, estarás listo para decir que no a todas las pequeñas cosas que no tengan un impacto positivo en esos valores.

Aunque algo esté entre tus valores personales, puede ser que el estrés no merezca la pena.

Que algo se encuentre entre tus valores personales no significa que automáticamente merezca tu preocupación.

Imagínate que has escrito que la salud es uno de tus más altos valores personales. Entonces estableces algunos objetivos como conseguir una barriga de tableta o tener un porcentaje determinado de grasa. Esos objetivos están relacionados con la salud, pero siguen siendo cosas pequeñas por las que no vale la pena estresarse mucho.

Claro que puedes tener objetivos de ese tipo, pero tienes que salir a buscarlos tranquilamente, con satisfacción, como desafío personal. Nunca debes caer en el error de pensar que esas cosas realmente tienen mucha importancia y que, de alguna manera, van a impactar fuertemente en tu salud.

Dentro de cada valor personal hay sólo unas pocas cosas que son realmente importantes.

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Para quedarnos en el ejemplo de la salud, basta con que te alimentes bien la mayor parte del tiempo, que hagas un poco de ejercicio varios días a la semana y que duermas y descanses bien. Haciendo eso y buscando ayuda médica para prevenir y curar enfermedades, no tienes que hacer más.

Todo lo demás son detalles, cosas de poca importancia por las que no merece la pena estresarse. Todo lo demás son cosas a las que puedes decir que no.

Y puedes llevar esa misma lógica a todos los demás ámbitos de tu vida. Con un poco de reflexión, puedes darte cuenta de que hay muy pocas cosas realmente importantes en la vida. Y es en esas cosas en lo que te tienes que enfocar, dejando de lado el resto, que sólo genera estrés y cuyos beneficios no te compensan.

Para no estresarte, deja de preocuparte por las cosas pequeñas. Y recuerda que casi todo en la vida son cosas pequeñas.

Si haces una lista de tus valores personales y reflexionas un poco, vas a darte cuenta de que hay muy pocas cosas en la vida realmente importantes. Por eso, tienes la libertad de decir que no al estrés que genera todo lo demás.

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