Cómo empezar (bien) tu carrera profesional

¡Hola! Seiiti Arata. Cuando eres joven y vas a empezar tu carrera profesional, estás impaciente por conseguir tu primer trabajo. A causa de esa impaciencia, la mayoría de los jóvenes acaban aceptando la primera oportunidad que encuentran. Esto sucede porque quieren empezar a ganar dinero y experiencia lo más rápido posible. Pero esta elección puede ser un grave error que puede poner en riesgo todo tu futuro profesional.

Tienes que conocerte a ti mismo. Si necesitas desesperadamente un trabajo, tiene todo el sentido que aceptes la primera propuesta que se te presente. Y, una vez que has aprovechado esa oportunidad, debes estar atento por si aparecen nuevas oportunidades mejores.

Pero si tienes el privilegio de poder esperar un poco, celébralo y aprovecha esa ventaja. Eres una de las pocas personas que puede permitirse ser selectiva y usar una estrategia de planificación para optimizar su carrera a largo plazo.

Si tienes la suerte de poder elegir, no aceptes la primera oferta de trabajo que te ofrezcan teniendo en cuenta únicamente el salario, otras prestaciones, o que esté cerca de casa.

Hay otro factor todavía más importante que es el impacto que ese trabajo tendrá en el futuro de tu carrera. Una planificación estratégica tiene en cuenta el potencial de ese trabajo y las consecuencias que tendrá a largo plazo.

Para entenderlo mejor, imagina dos situaciones distintas: en la primera, aceptas tu primer trabajo en una empresa prestigiosa pero con un salario más bajo y lejos de casa. Y, aunque es un trabajo inconveniente porque tienes que desplazarte y además por ahora ganas menos dinero… el hecho de poner esa empresa en tu currículum te ayudará a abrirte puertas en el futuro para ganar mucho más y poder trabajar desde casa si quieres.

En el segundo caso, aceptas tu primer trabajo en una empresa desconocida o incluso de mala reputación, pero que paga mejor y que está al lado de tu casa. Es decir, que en un primer momento ganas más y tu nivel de vida es superior. Pero echa a perder tu currículum y hace que en el futuro te sea más difícil encontrar buenas oportunidades.

Ten en cuenta el efecto dominó. Antes de aceptar tu primer trabajo, piensa en el coste de oportunidad.

Cuando piensas sobre aceptar o no la primera oferta de trabajo que se te presenta, no cometas el error de considerar sólo las variables presentes. Tienes que pensar también en las consecuencias probables que tendrá en el futuro. Esta es la evaluación del coste de oportunidad.

El coste de oportunidad mide cuánto estás dejando de ganar por haber hecho una elección en vez de otra.

En el caso de un primer trabajo, piensa en el coste de oportunidad de aceptar la primera oferta que aparezca. ¿Qué otras posibles ofertas podrías conseguir si siguieras buscando algo mejor?

En cada elección hay un coste de oportunidad. Por ejemplo, imagínate que acabas de aceptar un trabajo en la empresa A. Entonces empiezas a trabajar allí, dejas de buscar trabajo, gastas tiempo y energía trabajando para la empresa A. Durante ese tiempo que has pasado en la empresa A, podrías haber tenido otras oportunidades en las empresas B, C o D. Pero no llegaste a saber de esas oportunidades porque te centraste completamente en tu trabajo en la empresa A.

Y una vez que has aceptado ese primer empleo, es muy fácil que una buena parte de tu carrera dependa de esa decisión. Puede ser que te sientas muy comprometido con esa empresa. Puede ser que adquieras habilidades que te llevan a una especialización. Puede ser que las personas a las que conoces en esa empresa sean las que te recomendarán para tus próximos trabajos.

Puedes pensar en tu primer trabajo como en la primera pieza de una serie de piezas de dominó. Cuando tiras esa primera pieza, las demás van cayendo una tras otra, llevándote por caminos que tal vez no sean los más coherentes con lo que realmente te gustaría.

Para elegir el mejor primer trabajo posible tienes que diseñar tu plan profesional.

Incluso antes de empezar a buscar tu primer trabajo, lo ideal es que hagas un plan sobre tu carrera para tener claro lo que quieres de tu vida profesional.

¿De qué quieres trabajar? ¿En qué tipo de empresa? ¿Cuánto pretendes ganar? ¿Dónde te gustaría vivir? ¿Prefieres echar raíces en un lugar o cambiar de ciudad según el trabajo? ¿Vas a dedicarte exclusivamente a ese trabajo o vas a compaginarlo con los estudios? ¿Vas a hacer carrera trabajando para empresas? ¿Vas a ser autónomo? ¿Vas a ser emprendedor y abrir tu propio negocio? ¿Cómo imaginas que sucederá todo eso de aquí a cinco, diez, veinte años?

Quien se equivoca al planear, está planeando equivocarse. Aunque no tengas claras las respuestas a preguntas como las que te acabo de hacer, sólo el hecho de pararte un momento a reflexionar sobre ellas ya te sitúa en una posición estratégica. Y así puedes hacer que tu plan de vida y tu carrera profesional coincidan.

Planificando Tu Vida- Seiiti Arata, Arata Academy

Es muy difícil que el plan se desarrolle exactamente como lo imaginas, porque es natural que los acontecimientos de la vida vengan acompañados de situaciones inesperadas. Sin embargo, el hecho de tener un plan te ayuda a definir una dirección y a tomar decisiones inteligentes incluso cuando te enfrentas a eventos inesperados. Y lo mejor de todo es que con una buena planificación puedes hacer ajustes a lo largo del camino, mejorando cada vez más. Eso es lo que hacemos juntos en el curso Planificando Tu Vida.

Teniendo claro lo que quieres de tu vida profesional, puedes pensar de manera más estratégica sobre el tipo de ofertas de trabajo que debes rechazar, cuáles puedes considerar aceptar y cuáles debes aceptar sin dudar. De esta manera estás ampliando la cantidad de factores que influyen en tu decisión, yendo mucho más allá del sueldo.

Al principio de la vida profesional, los salarios no suelen ser muy altos. Por eso una diferencia porcentualmente alta sobre un salario bajo no debe definir qué oferta de trabajo aceptes.

Si la opción A paga mil… y la opción B paga mil cien, puedes pensar que la diferencia de un diez por ciento de la empresa B es mejor. Pero tal vez la empresa de la opción A (que paga menos) te ayude a abrirte puertas en el futuro y a que llegues a ganar veinte mil como director. Y la empresa B te llevaría por un camino diferente en el que habrías ganado diez mil como director.

Aceptar el primer trabajo sólo por el salario que ofrece es un error de estrategia que puede costarte mucho más dinero en el futuro. Por eso siempre debes pensar a largo plazo, en lo que va a estar más de acuerdo con tu plan. Busca la opción que tenga la mejor pieza para empezar un efecto dominó que te lleve por el camino que tú mismo has definido en tu plan de carrera.

Si no puedes rechazar un primer trabajo malo, usa ese trabajo sólo para pagar las facturas.

Sería ideal que todas las personas tuvieran la oportunidad de guiar sus propias carreras profesionales según sus preferencias.

Pero todos sabemos que la vida real no siempre funciona así. Muchas veces la gente que empieza su vida profesional se ve prácticamente obligada a aceptar trabajos malos simplemente porque necesitan pagar las facturas.

Si te encuentras en esa situación, intenta enfrentarte a esa limitación también de forma estratégica. Acepta la oportunidad que se te ha presentado. Pero piensa en esa oportunidad sólo como en un trampolín que te ayude a pasar a la siguiente fase. Puedes utilizar ese trabajo, aunque no te guste, como un medio para pagar las facturas, ahorrar un poco y buscar una nueva oportunidad que se acerque más al plan de carrera profesional que has diseñado.

Haz tu trabajo lo mejor posible para cobrar todos los meses y pagar tus facturas. Pero no te conformes con eso. Mientras tanto, busca otras oportunidades, estudia para perfeccionarte, sigue el plan de carrera que has diseñado.

Si tienes claro qué es lo que quieres de ese primer empleo que no te gusta y cuáles son tus objetivos a largo plazo, esa experiencia inicial no dictará cómo va a ser el resto de tu carrera profesional.

Así que no caigas en la trampa de acomodarte en ese primer trabajo que no quieres. Recuerda que sólo es un medio para pagar tus facturas, pero que no es lo que quieres para tu carrera profesional. Sé ambicioso. Sigue buscando lo que escribiste en tu plan profesional.

Si lo haces, actuarás como uno de los poquísimos profesionales que toman el control de su propia vida. Como uno de los pocos que saben adónde quieren llegar y ponen en marcha estrategias pensadas de antemano para llegar a su meta de la mejor forma posible.

Para empezar bien tu carrera profesional tienes que frenar, sentarte y reflexionar sobre lo que quieres para tu futuro profesional. En vez de aceptar la primera oferta de trabajo que se te aparezca por delante, haz antes un plan de vida y un plan profesional que alinee lo que quieres para tu vida personal con lo que quieres para tu vida profesional.

En el curso Planificando Tu Vida, descubrirás cómo crear un plan así paso a paso. Un plan que abarcará no sólo tu carrera profesional, sino también tus valores personales, tus objetivos de vida, los hábitos y las acciones que tendrás que llevar a cabo para convertirte en la persona que quieres ser.
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