¡Aprendizaje Arata! ¿Sabes cuál es uno de los mayores miedos de los estudiantes de todas partes del mundo? Tener que hacer un examen oral. El examen oral asusta mucho, ya sea cuando tienes que responder solo delante del profesor o, peor aún, delante de todos los compañeros de clase.
El miedo a hablar delante de otras personas es algo bastante común. El miedo a hablar en público supera incluso el miedo a la muerte. Ahora imagínate tener que hablar en público y además ser evaluado de esta forma en un examen oral.
Por eso, en esta conversación de hoy vamos a ver algo que puedes hacer para superar el miedo y prepararte mejor al estudiar para un examen oral. Pero antes de empezar, déjame decirte algo. No hay ningún atajo o truco mágico que te permita conseguir un buen resultado sin haberte preparado. Sacar buena nota en cualquier evaluación sin estudiar es prácticamente imposible.
Esta es la primera cosa en la que tienes que fijarte: la única forma de que te salga bien un examen oral es preparándote y estudiando. Lo que vamos a ver aquí es cómo prepararte de la mejor forma. Y el primer paso es entender la importancia de la manera de estudiar.
La forma en la que estudias es casi tan importante como el contenido
Cuando vas a prepararte para un examen oral, hay dos niveles a los que debes prestar atención. Un nivel es el contenido. El otro nivel es la forma.
Cuando tienes que enfrentarte a un examen oral, tienes que pensar y planear antes de abrir la boca para empezar a hablar.
Si has estudiado el contenido, entonces el conocimiento y la información ya están en tu cabeza. Lo que tienes que hacer ahora es transmitir oralmente, verbalmente, ese conocimiento al examinador.
Para ello, tienes que hacer un plan de cómo crearás tu introducción, cómo separarás los diferentes puntos, los diferentes bloques de información en la secuencia correcta, utilizando las palabras y ejemplos adecuados y cómo harás tu conclusión.
Si no planificas la forma en que vas a transmitir el contenido que sabes, es muy probable que no se te entienda correctamente. Quizá comiences a tartamudear. Quizá repitas demasiadas cosas que ya estén claras. Quizá hables de conceptos que están fuera de lugar. Y la secuencia de argumentos es importante para que seas bien comprendido. Quizá te olvides de mencionar aspectos importantes que eran necesarios para llegar a la conclusión.
Lo que vas a querer siempre, en cualquier comunicación, es alcanzar el mayor nivel de claridad posible.
No intentes complicar las cosas. No utilices vocabulario difícil para intentar impresionar. Cuanta mayor claridad tenga tu idea, mayor será el valor de tu comunicación. Quien tiene ideas valiosas para transmitir, no intenta esconderse detrás de palabras complicadas.
Esta claridad también debe estar presente en la forma en que articulas las palabras y usas tu voz. No tienes que hablar deprisa, comiéndote las palabras. Sé claro. Mantén la calma.
En un examen oral, la calma es percibida por los examinadores como un indicador adicional de que realmente sabes de lo que estás hablando. Las apariencias importan a la hora de presentarte. Y cuando hablas más despacio y con calma ya te diferenciarás de los demás estudiantes.
Esta pequeña diferencia puede ser determinante en exámenes orales y entrevistas que seleccionan sólo a los mejores candidatos.
Tu examinador podría estar evaluando decenas, quizá cientos de personas. Probablemente esté cansado. Tu deber es hacer más sencillo el trabajo del examinador.
Entonces, el primer punto es tener mucho cuidado con la forma en la que hablas, con el modo en el que transmites verbalmente tu conocimiento. Cuanta más claridad tengas, mejor.
Y esa claridad se obtiene por medio de la práctica.
Debes practicar hasta que te salga bien
Hay un concepto que explico dentro del curso Cómo Aprender Más Rápido que es el siguiente: una cosa es dominar realmente el contenido. Otra cosa es tener la ilusión de creer que dominamos el contenido. Por desgracia, no tenemos del todo clara la diferencia entre realmente saber o creer que sabemos.
Un buen ejemplo de ello es si alguna vez has intentado cantar una canción en el karaoke. Eliges una canción que te gusta y que has escuchado cientos de veces en tu vida. Quizá incluso hayas intentado cantarla en la ducha. El problema es que cuando estás con el micrófono y tienes que cantar, descubrirás que, en realidad, no te sabes la letra de esa canción y no tienes la menor idea de cómo cantar ciertas partes.
Esta sorpresa revela la diferencia entre saber cantar y creer que sabes cantar. De modo muy parecido, puedes realmente saber cómo responder a un examen oral o tan solo creer que sabes las respuestas correctas.
Para verdaderamente saber cómo responder a un examen oral, tienes que practicar tanto el contenido como la forma. Primero tienes que estudiar el tema, de la misma forma como estudiarías para un examen escrito.
Después, tienes que practicar el habla. Imagínate algunas de las preguntas que podría hacer el examinador y empieza a responder verbalmente. Puedes hacer esto solo o puedes responderle a otra persona, un compañero de clase, un amigo o un familiar.
Una buena sugerencia es que grabes con el móvil ese entrenamiento. Así podrás ver la grabación e identificar los puntos a mejorar.
Cuanto más practiques, mejor. Para que tu exposición de las ideas se te haga fácil, tu entrenamiento tiene que ser difícil.
Con la práctica deliberada descubrirás cuáles son los puntos débiles en tu conocimiento. Es importante ser consciente de cuáles son los puntos que debes seguir mejorando. Y uno de los puntos en los que probablemente puedas mejorar sea en el uso de las palabras correctas.
Utiliza la terminología precisa
Ahora vamos a entrar en más detalles. Cualquier área del conocimiento tiene términos técnicos definidos que son importantes para que los estudiantes y profesionales del área consigan comunicarse.
Durante tu examen oral, las preguntas contendrán la terminología técnica para que puedas elaborar tu respuesta.
Cuando respondas, debes utilizar todos los términos técnicos de forma precisa. Si, por el contrario, intentas evitar el uso de cualquier terminología técnica en tu respuesta, puedes dar la impresión de que no estás muy seguro de lo que dices. Al utilizar la terminología correcta, estás demostrando que realmente entendiste lo que te están preguntando.
Por ejemplo, en un examen oral de Medicina es mucho mejor decir: “la grelina es una hormona peptídica que regula el apetito y es producida por las células del tracto gastrointestinal”.
Esto me dará una nota mucho más alta que si digo cosas como: “dentro del cuerpo tenemos una sustancia que mata el hambre, al decirle al cerebro que ya podemos dejar de comer”.
Quizá pienses que mi segundo ejemplo fue una respuesta más clara. Sí, la respuesta del segundo ejemplo es más clara cuando estoy hablando con personas que no son del área de Medicina. Cualquier persona puede entender mi segundo ejemplo. Sin embargo, la primera respuesta también es clara y mucho más precisa si mi oyente es el profesor de Medicina, en el contexto de un examen oral.
Por lo tanto, debes saber cuál es el público con el que te estás comunicando. En un examen oral en el primer año de la carrera, utilizarás un tipo de vocabulario diferente al de un examen oral en el postgrado.
Peor aún es cuando se utiliza un término técnico de forma incorrecta. Por eso, en tu preparación es fundamental que dediques una parte de tu tiempo a entender cuál es el uso correcto de la terminología técnica.
Para responder con claridad, aclara cuál fue la pregunta
De la misma forma en que debes tener claridad al responder a un examen oral, también tienes que estar seguro de que has entendido claramente la pregunta.
Por lo tanto, no tengas miedo de hacer preguntas a tus examinadores para asegurarte de responder a la pregunta correcta.
Si no estás completamente seguro de la pregunta, di cosas como: “Perdona, respecto a la pregunta sobre BLABLABLA podrías aclarar en qué contexto, A o B, querrías que respondiera?”
Una otra forma bastante genérica y útil es decir: “Me gusta este tema y creo que tengo diferentes argumentos. Para estar seguro de elegir el mejor enfoque, ¿podrías por favor repetirme la pregunta pero con otras palabras?”
También puedes reformular la pregunta por tu cuenta y comprobar si es la misma que has entendido: “Quiero estar seguro de dar una buena respuesta a tu pregunta. ¿Por favor, puedes confirmarme si al preguntarme BLABLABLÁ quieres que responda sobre TATATA?”
Cuando aclaras la pregunta de esta forma, estás realmente poniéndote un poco en lugar del examinador. Y esa es exactamente nuestra última sugerencia.
Ponte en el lugar del examinador y de otros alumnos
Cuando te estés preparando para un examen oral, una de las mejores cosas que puedes hacer es ver otros exámenes orales, prestándole atención a la dinámica de preguntas y respuestas entre los profesores y los alumnos.
Esto te permitirá entender cuáles son las buenas prácticas y qué debes evitar hacer. Puedes hacer esto presencialmente o buscar videos de exámenes orales.
Cuando los encuentres, intenta ponerte en lugar del examinador. ¿Qué esperas obtener de un estudiante? ¿Cómo harías las preguntas? ¿Qué criterios utilizarías para evaluar al estudiante de la forma más justa?
Después intenta ponerte en el lugar del alumno. Imagínate que eres ese estudiante que está contestando la pregunta del examinador. ¿Cómo cumplirías con las expectativas de los examinadores? ¿De qué forma hablarías para transmitir tus ideas con la mayor claridad posible? ¿Qué temas tendrías que estudiar para dominar el contenido abordado?
Cuanto más practiques el ejercicio de ponerte en el lugar de los profesores y de otros alumnos, más fácil será conseguir una buena nota en tu examen oral.
Saber cómo estudiar para el examen oral es algo que pocos estudiantes dominan. No sólo tienes que dominar la materia. También tienes que transmitir verbalmente ese conocimiento de la forma más clara posible.
Para ello, debes hacer una buena preparación y estructurar en tu cabeza cómo vas a responder a las preguntas de la mejor forma. Después, debes practicar hasta que te salga bien. Preferiblemente grabando tus ensayos para identificar los puntos a mejorar, así como el uso de terminología precisa.
El día del examen oral, recuerda aclarar cuál fue exactamente la pregunta que te han hecho. Y ponte en el lugar de los profesores y de otros alumnos para observar las buenas prácticas y lo que debes evitar.
Estos son sólo algunos consejos rápidos sobre cómo aprender a aprender. Si has seguido nuestra conversación hasta ahora, me gustaría hacerte una invitación para que conozcas nuestro curso Cómo Aprender Más Rápido, que enseña técnicas mucho más profundas para que salgas mejor no sólo en exámenes orales, sino también en exámenes escritos, pruebas de acceso a la universidad, e incluso para conseguir mejores empleos y evolucionar en tu carrera profesional.
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