¡Hola! Seiiti Arata. A nadie le gusta perder. Cuando decimos que lo importante es participar, en el fondo estamos buscando una manera de aliviar la decepción y la frustración de la derrota. Cada persona lidia con el fracaso de forma diferente. Y el problema ocurre cuando el miedo de fracasar se vuelve patológico, demasiado grande, hasta el punto de perjudicar tu vida al impedirte actuar.
Si no puedes tolerar el riesgo de perder, puedes quedarte paralizado y no intentarlo nunca. Y cuando ni siquiera lo intentas, la derrota está garantizada. Esto sería equivalente a darte la respuesta a “cómo perder siempre”. Pero hoy vamos a explorar lo contrario, vamos a descubrir la respuesta a “cómo ganar siempre”. Y esa respuesta no pasa por tus resultados, sino por tu empeño, ya que lo único que no depende de nadie es que ganes por haber actuado de acuerdo a tus valores.
Fíjate en que la forma en la que lidias con una derrota es un proceso mental, dentro de tu cabeza. Dentro de tu cabeza también es donde vamos a encontrar una solución sencilla y funcional para que puedas ganar siempre.
No importa cuál sea el desafío. Imagina cómo mejorará tu vida cuando tengas la seguridad de que vas a ganar siempre. Para ello, sólo tienes que cambiar de enfoque. Para ganar siempre, tu enfoque debe estar en la evaluación de la calidad y la cantidad de empeño que le has dedicado a algo. Tienes que ser coherente y actuar acorde a tus valores personales. Eso te permitirá ganar siempre.
El desarrollo personal y la buena planificación no son suficientes para ganar siempre. Siempre habrá factores fuera de tu control.
El desarrollo personal es fundamental para maximizar tus posibilidades de éxito. Necesitas una buena planificación. Tienes que adquirir todas las habilidades necesarias para optimizar tu rendimiento. Tienes que acumular experiencia. Solo así conseguirás actuar bien.
¿Qué es actuar bien? Es hacer lo correcto, siguiendo tus valores personales, porque eso es lo único que no depende de nadie. Actuar bien es hacerlo bien, con un rendimiento alto, usando las habilidades que has adquirido y perfeccionado con el tiempo.
Sin embargo, ten cuidado con un detalle importante: el desarrollo personal es sencillamente desarrollarse, mejorar. Esto es diferente a creer que el resultado final deseado está garantizado. Una cosa es que crezcas para poder hacerlo lo mejor posible. Otra completamente diferente es el resultado final que vas a obtener.
El motivo por el que hacemos esta distinción es que el resultado obtenido también depende de factores que están totalmente fuera de tu control.
Te voy a dar un ejemplo práctico para que lo entiendas. Imagina que a Manolo le gusta Dolores, que trabaja en la misma oficina. Manolo quiere conocer mejor a Dolores, pero tiene miedo de ser rechazado. Manolo sabe que no se le da bien comunicarse, y es consciente de que no es un tipo atractivo.
Por eso, Manolo empieza a prepararse. Empieza a vestir mejor, se pone a dieta y hace ejercicio para ponerse en forma, aprende a comunicarse mejor, empieza a ser más amistoso y amable, desarrolla una vida propia interesante… vamos, que se convierte en su mejor versión posible y finalmente invita a Dolores a salir.
Manolo puede hacer el mejor intento: estar en la mejor forma física, usar la mejor ropa y corte de pelo, hablar lo mejor posible, escoger las palabras correctas, sugerir el paseo adecuado, a la hora correcta… puede hacerlo todo de la mejor forma posible… pero nada de eso garantiza que Dolores vaya a estar interesada en él.
¿Te das cuenta de la limitación que existe en la idea de planificación y desarrollo personal? Puedes hacerlo todo bien, pero eso no garantiza nada. Ten mucho cuidado cuando escuches a los ponentes motivacionales decir que puedes conseguirlo absolutamente todo, porque no es verdad.
Aunque conozcas a alguien que siempre consigue todo lo que quiere, eso no garantiza que los resultados de esa persona vayan a ser siempre buenos. Las personas que ves hoy en día que son felices porque les han salido varias cosas bien pueden acabar sorprendiéndote, ya que algún día les saldrán mal. Tarde o temprano nos pasa a todos. Por lo tanto, no es buena idea condicionar la felicidad al resultado final, creyendo que el éxito es sólo el resultado final. Para ganar siempre, en vez de medir tu victoria por el resultado, mide la victoria por la dedicación, por haber hecho lo que tenías que hacer, respetando tus valores.
La historia de Manolo y Dolores ha sido solo un ejemplo para dejarlo todo claro y que sea sencillo de entender. Repito. Para cualquier objetivo de vida, SIEMPRE habrá un conjunto de elementos fuera de tu control. Existe el azar. Hay otras personas involucradas con opiniones y deseos.
La victoria no depende solo de una acción. Hay que estar atento a todos los pasos del proceso.
Para conseguir el mejor resultado posible en tus objetivos personales, además de entrenar tus habilidades y de dar lo mejor que tienes en la actividad que estás haciendo, necesitas mucho más. También necesitas ser amable, comunicarte bien, estar presente, saber escuchar, adaptar las soluciones a cada situación, usar sistemas probados…
Imagina un vendedor, por ejemplo, que tiene los valores de excelencia, de no tener miedo a los desafíos y de intentar mejorar siempre. La habilidad final que necesita entrenar es la de vender. Pero tan solo las habilidades de venta no lo hacen buen vendedor. Necesita entrenar una serie de habilidades para convencer a sus clientes de que compren lo que está vendiendo.
Y por más que entrene, ese vendedor necesita tener claro que hay muchos factores que están fuera de su control. Están las fuerzas aleatorias, las emociones y decisiones de otras personas.
Incluso siendo un excelente profesional y conociendo muy bien el producto, siendo persuasivo y buen comunicador… Si el cliente potencial tiene un mal día o si acaban de despedirlo, sencillamente no va a comprar el producto. La venta no siempre es posible independientemente de lo bueno que sea el vendedor.
Por eso, incluso cuando te centras en las metas de proceso y das lo mejor que tienes, necesitas tener la humildad de reconocer que siempre existe la posibilidad de que no consigas ningún resultado.
¿Esto significa una derrota? No. Al fin y al cabo, has dado todo lo que tenías y has actuado según tus valores personales. En ese caso, aunque no hayas conseguido el objetivo final, has ganado.
Lo contrario también pasa. Si en una determinada situación haces las cosas mal, y actúas en contra de tus principios, y lo haces con una calidad horrible… y por casualidad al final consigues un resultado final positivo, eso no puede considerarse una verdadera victoria. Ha sido pura suerte, azar, no tiene un mérito real.
Por eso fijarse solo en el resultado final es un error. Sólo tienes que pensar en quien gana un juego haciendo trampas, o en quien sacrifica la salud y la familia para ganar dinero, o en alguien que se hace rico porque ha ganado la lotería. En todos esos casos, el resultado se ha conseguido por casualidad, o por no respetar los valores personales. Por lo tanto, no tiene mérito decir “he ganado”.
La única forma de ganar siempre es haciendo lo correcto de la mejor manera posible.
Es un error determinar si has ganado o perdido únicamente por el resultado final. Como hay factores aleatorios que dependen del azar o de otras personas, fijarse sólo en el resultado final no es un indicador sólido de autoevaluación.
Para la autoevaluación, necesitas un momento de soledad, de introspección, de reflexión. ¿Has hecho lo correcto? ¿Has actuado de forma coherente con tus valores personales? ¿Has hecho lo que creías que tenías que hacer? ¿Te has controlado y abstenido de hacer lo incorrecto? ¿Qué tal tu rendimiento? ¿Lo has hecho de cualquier forma, descuidada, sin prestar mucha atención, con pereza, de mala gana, estando a varias cosas a la vez? ¿O has dado lo mejor de ti, comprometiéndote totalmente?
Vuelve al ejemplo de la historia de Manolo y Dolores. Manolo ha vencido su timidez, ha mejorado su forma de comunicarse, se ha vuelto una persona más atractiva, más comunicativa, más interesante. ESO ES GANAR. Ganar es hacer lo correcto, de la mejor forma posible, aunque el resultado esperado no venga por factores externos. Eso es lo que da tranquilidad y paz mental para que dentro de varios años no acumules arrepentimientos.
Ganar es vivir la vida con la conciencia limpia y con tranquilidad, sabiendo que estás haciendo lo correcto, haciéndolo bien. Actuando así, siempre ganas, independientemente de los resultados finales que obedecen a factores que están fuera de tu control. Al fin y al cabo, lo que más importa es la evaluación que haces de ti mismo cuando te miras en el espejo.
Por eso es esencial tener autoconocimiento, para identificar tus valores y saber lo que realmente importa. En el curso Planificando Tu Vida hacemos un trabajo juntos para obtener ese autoconocimiento, y eso hace toda la diferencia en la calidad de tu plan de vida y, por lo tanto, en las decisiones que tomas cada día.
Por eso, antes incluso de empezar cualquier proceso, necesitas tener claro qué es lo que más valoras en la vida. ¿La salud? ¿La familia? ¿El dinero? ¿El confort? ¿El riesgo? ¿Qué te gusta realmente?
Saber cuáles son tus valores personales y tener una lista dinámica de ellos, en orden de importancia según tu contexto actual de vida, es probablemente el ejercicio más importante de planificación que puedes hacer.
Cuando tengas clara esa lista de valores, se hace mucho más fácil establecer tus metas de progreso y definir cuáles son los casos de victoria. Siempre que actúes según tus valores personales, ganas. Independientemente de los resultados o de cualquier otra cosa que esté fuera de tu control.
Al mismo tiempo, siempre que actúes en desacuerdo a tus valores personales, ya sea por pereza, rabia, ganancia o cualquier otro sentimiento negativo, pierdes. Y no vas a poder culpar a nadie de tu derrota.
Por eso, para vivir en paz, sé que puedo elegir comportarme según mis valores. Puedo enorgullecerme por haber hecho lo que sé que es correcto según mis valores, independientemente de los resultados.
Volvamos al ejemplo del vendedor, para dejarlo claro. Si ha dado lo mejor que tiene y no ha conseguido vender, aún así, ha conseguido una victoria. Ahora, si ni siquiera ha intentado vender por miedo al cliente, por miedo a fracasar, por pereza, por miedo a lo que los demás pensasen, en resumen, si no ha actuado según sus propios valores personales… entonces ha perdido. Y ha perdido por su culpa.
Por esa razón muchas veces somos nuestro peor enemigo. Ponemos una barrera entre quienes somos y quienes nos gustaría ser. La mayoría de veces esto ocurre por falta de claridad sobre lo que realmente valoramos. Decimos que queremos una cosa pero, en realidad, valoramos otra. Y eso nos hace tener un conflicto interno que nos hace sentir que hemos fracasado.
Ahora ya sabes cómo cambiar eso. Primero, ten claro lo que realmente valoras. Después, crea metas de proceso centrándote sólo en lo que puedes controlar. Luego, siempre que actúes para seguir ese proceso respetando tus valores personales, habrás ganado. Este es el secreto para ganar siempre.
Fíjate en que es diferente a fingir que no queremos el resultado. Seguimos prefiriendo el resultado final, claro, pero comprendemos que hay un límite en los factores que están más allá de nuestro control. Por eso nuestro enfoque está en el éxito de haber actuado con integridad, respetando el proceso.
En otras palabras: cuando tienes metas de proceso, tu victoria depende sólo de las cosas que están bajo tu control. Así puedes establecer condiciones para poder ganar siempre.
Condicionar tus victorias a factores que están fuera de tu control es la receta correcta para sentir que siempre pierdes. En vez de eso, céntrate sólo en lo que puedes controlar y mide tus victorias sólo por estar siguiendo tus valores personales. Recuerda: lo único que no depende de nadie es que ganes por haber actuado acorde a tus valores.
Esta técnica sólo sale bien si tienes muy claro lo que realmente valoras en tu vida en cada momento.
Por eso el modelo de plan de vida que enseñamos en el curso Planificando Tu Vida empieza siempre por lo que más valoras en la vida. Puedes ver una clase especial del curso Planificando Tu Vida sobre valores personales ahora mismo accediendo a https://arata.se/valorespersonales