¡Hola! Seiiti Arata. ¿Sientes ansiedad? ¿Piensas constantemente en tu futuro? ¿Preguntándote si vas a perder tu trabajo, si tu relación va a salir bien o si el precio de tus acciones subirá o caerá?
La ansiedad siempre ha sido un problema. Pero ahora tenemos una sobrecarga de información, por eso hoy en día afecta a tanta gente que algunos la tachan de enfermedad del siglo. Esto es porque la ansiedad reduce tu nivel de felicidad, acabando con tu capacidad de actuar. Así, pierdes el control de tu propia mente.
La ansiedad se puede entender como un enfoque puesto equivocadamente en un futuro que no puede existir.
La ansiedad es una emoción. Y nuestras emociones duran mucho tiempo si las alimentamos.
Por ejemplo, si algo te enfada, la sensación de rabia va a continuar si sigues rumiando, o dándole vueltas a esa situación. Rumiar viene del latín rumen, que es el primer estómago de la vaca. El animal traga el pasto, que va al rumen, donde se rompe la celulosa y, básicamente, vomita y lo vuelve a mandar a la boca, para masticarlo y tragarlo de nuevo. Es decir, rumiar es un proceso que se repite: masticar, tragar, vomitar, masticar, tragar otra vez. Es desagradable, ¿no?
De forma muy parecida, cuando estás rumiando pensamientos, piensas constantemente en las mismas cosas que te molestan. Esta elección de pensamientos repetitivos sólo le está echando más leña al fuego.
Si no las alimentas, las emociones pueden salir de nuestra mente tan rápido como aparecen. El hecho que te provocó ansiedad sólo ha existido un breve instante. Cuanto más te aferres al pensamiento que te provoca ansiedad, más combustible le echarás para mantener viva la ansiedad en tu mente.
Por otro lado, cuanto menos te aferres al acto de rumiar, a lo que te provoca la ansiedad, más rápido desaparecerá.
Esto es fácil de entender, pero muy difícil de poner en práctica. Tenemos mucho menos control sobre nuestros pensamientos de lo que nos gustaría. Y el motivo principal es que no estamos acostumbrados a entrenar la mente para que se centre en lo que queremos pensar.
En el día a día, ni siquiera nos damos cuenta de que estamos pensando en lo que nos provoca ansiedad, echando leña al fuego. Por eso, el primer paso para lidiar mejor con la ansiedad es ser más conscientes de nuestros pensamientos. El simple hecho de darte cuenta activamente de lo que estás pensando ya es algo muy poderoso.
Para hacerlo, puedes utilizar prácticas de atención plena como la que comentamos en los episodios 160 y 162 de la serie ¡Hola! Seiiti Arata. Puedes practicar la meditación de atención focalizada como enseñamos en el episodio 192 de la misma serie, o utilizar técnicas específicas de enfoque, como Zanshin, que enseñamos en el episodio 243.
Todas estas técnicas buscan rescatar tu mente de un futuro que puede no existir. El objetivo es traer la mente de vuelta al presente. Cuando eso ocurre, es como si acabases con el combustible de la ansiedad. Sin combustible, la ansiedad desaparece de tu mente tan rápido como apareció.
Para ver que la ansiedad no tiene sentido, pon tus problemas en perspectiva.
Mark Twain decía que se enfrentó a grandes problemas en su vida, la mayoría de los cuales nunca ocurrió. Esta frase demuestra cómo la ansiedad no tiene sentido práctico. Sufrimos pensando en un futuro que puede no ocurrir. Y, aunque ocurra, no podemos hacer mucho al respecto.
Por eso, pon tus problemas en perspectiva. Esta es una técnica para tener claridad sobre la desproporción que la ansiedad nos causa en la mente.
Piensa en cualquier problema que te provoque ansiedad. Ahora intenta comparar ese problema con situaciones que te parezcan aún más severas: guerras, enfermedades terminales, hambre, pobreza. Este ejercicio puede ayudarte a sobrellevar mejor la situación en la que te encuentras.
Aunque un problema te parezca enorme, haz un esfuerzo para ver el mundo desde el punto de vista de los demás. En algún lugar del mundo hay personas que viven su vida de forma normal, sin preocupaciones. Otras están incluso creciendo, riéndose, viviendo bien. Por lo tanto, por más caóticas que te parezcan las cosas en este momento, recuerda que existe la posibilidad de una vida diferente.
Por lo tanto, para reducir la ansiedad, acostúmbrate a abandonar el control. Acepta que las cosas pueden salir mal, y fíjate en que tus problemas no son tan grandes o serios como tu mente los hace parecer.
Imagina lo malo que podría ocurrir si no consigueses resolver ese problema. En la mayoría de los casos, los impactos prácticos en tu vida no van a ser tan desastrosos como tu mente imagina.
Cuanto más terribles te imagines las consecuencias, más vas a ver lo improbable que es que ese escenario se haga realidad.
Usa la ansiedad a tu favor para entrar en acción, específicamente sobre lo que puedes hacer hoy.
La palabra HOY es una palabra clave para lidiar mejor con la ansiedad. La ansiedad es un desplazamiento indebido de tu atención hacia un futuro que puede que ni siquiera ocurra. Por eso, traer tu pensamiento al presente, al HOY, es esencial.
Ahora bien, si no consigues dejar de pensar en el hecho que te provoca ansiedad, ve a una segunda opción: entra en acción específicamente sobre lo que puedes hacer ahora. Y olvida todo lo que no puedas hacer hoy.
La ansiedad apareció durante el proceso evolutivo para protegernos. Si un antepasado nuestro iba a entrar en una cueva oscura, sentía ansiedad por los animales que podía haber allí dentro. Así, su atención era mayor y tomaba medidas preventivas para protegerse de ese posible peligro cuando decidiese entrar en la cueva.
Por eso, si no consigues quitarte la ansiedad de la cabeza, céntrate en las acciones que puedes hacer HOY para eliminar o reducir ese problema.
Por ejemplo, ¿sufres porque crees que puedes perder dinero con tus inversiones en acciones? ¿Qué puedes hacer HOY para evitar o reducir sus efectos?
Puedes mejorar tu distribución de inversiones en tu portfolio. Si no estás seguro, puedes decir que no has estudiado lo suficiente sobre las bases de tus inversiones y, por lo tanto, no eres un verdadero inversor a largo plazo. O, si sólo quieres especular a corto plazo y crees que los próximos meses sufriremos una crisis económica, deberías tener posiciones en short, con ventas en corto y beneficiarte entonces de la caída de precios. En resumen, siempre hay formas de mejorar tu vida y tu estado emocional cuando te preparas y perfeccionas tus habilidades.
Cada vez que actúes para evitar o reducir el problema que te provoca ansiedad, tu mente sale del futuro imaginado y se empieza a centrar en el momento presente.
Las emociones y pensamientos son reales, pero no siempre son correctos.
Decir que la ansiedad solo está en la cabeza no resuelve el problema. Las emociones y los pensamientos son reales, porque causan daños reales.
Sin embargo, ser real no significa ser correcto, preciso o acertado. Recuerda que, por la ansiedad, puedes estar sufriendo por un futuro que nunca va a ocurrir.
Volviendo a nuestro ejemplo: imagina que vives con miedo a perder dinero con las acciones de esas empresas que creías que eran prometedoras, pero que ahora están siendo negociadas a un precio de mercado por debajo de lo que pagaste. Esto ocurre porque el escenario macroeconómico ha cambiado y TODAS las acciones se han desplomado, incluyendo las de la empresa que creías que tenía un gran potencial.
Date cuenta que la empresa sigue siendo buena. Pero, aún así, sufres con ello y estás ansioso por si el precio cae aún más.
Pero pasan los años y el escenario macroeconómico mejora, todas las acciones suben de precio… y tu empresa sube más que la media, porque al fin y al cabo es una buena empresa.
En estas situaciones, has sufrido durante años por algo que nunca se hizo realidad. Y esto ocurre en la mayor parte de los problemas que nos causan ansiedad.
Por eso, siempre que tengas ansiedad por malos pensamientos sobre el futuro, piensa: ¿Y si eso no pasa así?
Pero, si concluyes que es un pensamiento con muchas posibilidades de hacerse realidad, cambia tu enfoque. Empieza a pensar en cómo resolver ese problema de la mejor forma posible, haciendo lo que puedas HOY.
Haciendo esto, dejas de ser un agente pasivo de la ansiedad. Vas a notar inmediatamente una mejora en los efectos que la ansiedad tiene sobre tu vida. Esto no significa que ya nunca más vayas a sentirla. Eso es irreal. No tienes que liberarte completamente de la ansiedad, sólo tienes que aprender a lidiar mejor con ella para demostrarle a tu mente quién manda.
La ansiedad aparece cuando tu mente se centra en un futuro que puede no ocurrir. Siempre que piensas en ese futuro, le echas combustible a la ansiedad y, así, crece en tu mente.
Para lidiar mejor con la ansiedad, tienes que traer tu mente y tus acciones al hoy, haciendo lo que puedas hacer y dejando de pensar en lo que no puedes hacer.
Para evitar que la ansiedad perjudique tu nivel de felicidad, también puedes utilizar otras técnicas de psicología positiva para convertirte en una persona más feliz y con menos ansiedad. Por eso te invito a conocer ahora mismo el curso Felicidad, accediendo al enlace https://arata.se/felicidad