¡Hola! Seiiti Arata. Despertarse, mirar el móvil, pillar tráfico, trabajar, pillar tráfico, mirar el móvil, dormir, despertarse, hacer todo de nuevo, de modo distraído, como si estuvieses en piloto automático. Cuando estás en el piloto automático, estás realizando acciones con bajo nivel de consciencia. En el piloto automático, puedes tomar decisiones de baja calidad y más tarde arrepentirte.
La solución para salir del piloto automático es el mindfulness, es la atención plena. Estar completamente atento significa que tienes la habilidad de saber lo que está ocurriendo en tu cabeza en un determinado momento sin dejar que tus pensamientos automáticos te controlen.
Piloto automático es estar en un bajo nivel de consciencia. Eso hace que nos distraigamos de lo importante.
El problema del bajo nivel de consciencia es que no nos damos cuenta de que estamos tomando malas decisiones. Vivir de forma inconsciente es no darse cuenta, es estar desatento a algo importante. Vamos a ver tres ejemplos para ilustrarlo.
El primer ejemplo es cuando estás viendo tu serie favorita hasta muy tarde y de repente notas que se ha pasado tu hora de ir a dormir. Tú estabas inconsciente al respecto de tu horario. Estabas viendo tu serie en piloto automático, un episodio después de otro y dejaste de estar atento a algo importante: qué hora era.
Segundo ejemplo: si estás jugando con tus hijos, pero estás pensando en un problema del trabajo, tú estás en piloto automático. No estás totalmente presente. Y ese piloto automático hace que dejes de prestar atención a tus propios hijos, dejas de vivir totalmente el momento.
Sin darte cuenta, tu hijo habrá crecido y tú te lamentarás de que su infancia pasó tan rápido que ni te diste cuenta. En ese caso, ese algo importante es la convivencia con tus hijos, que dejaste escapar por estar en el piloto automático.
El piloto automático elimina la consciencia necesaria entre estímulo y reacción.
El tercer ejemplo demuestra que vivir en el piloto automático significa reaccionar sin pensar. Y eso aumenta nuestro sufrimiento y estrés.
Imagina que recibes una llamada indeseada de una empresa realizando telemarketing. En cuanto notas que se trata de una empresa ofreciendo un producto o servicio que no te interesa, intentas colgar, pero la persona al otro lado continúa insistiendo.
En este momento, ante este ESTÍMULO, tendrás un pensamiento de que esta situación te pone de los nervios. Y tu piloto automático va entonces a iniciar una REACCIÓN, va a conducirte a un estado emocional realmente de nervios. Y si sigues con el piloto automático, puedes también cambiar tu tono de voz, colgar y permanecer estresado durante algunos minutos.
Tal vez hasta seas borde con algún colega o amigo a tu alrededor que no tiene nada que ver con esa historia. Y después vas a necesitar disculparte diciendo que estabas cabreado por haber recibido esa llamada de telemarketing. En este caso, el piloto automático perjudicó algo importante, que es tu bienestar emocional y también te causó un estrés en tu relación con otras personas.
Si vives en piloto automático, tienes menos libertad pues vas a reaccionar inmediatamente a los estímulos externos. Cuando cultivas la atención plena, todo a tu alrededor parece más controlable. La vida parece un río por el cual se puede navegar.
Lleva la vida con atención plena para reducir el automatismo y el sufrimiento.
Piensa en la vida como un río con una fuerte corriente. Si te caes al río, necesitas primeramente entender cuál es la verdadera fuerza de la corriente. Tal vez tengas la fuerza suficiente para ir contra la corriente débil y salir del río por el mismo lugar donde te caíste. Pero no puedes intentar nadar contra la corriente si es más fuerte.
Intentar nadar contra la corriente sólo va a hacerte desperdiciar tu aliento y tus fuerzas. Hay momentos en los que necesitas saber nadar junto a la corriente, con paciencia y sabiendo identificar cual es el próximo lugar en aquel río donde vas agarrarte a una rama de árbol próxima, vas a pedir ayudar a alguna persona que está nadando cerca, vas a salvarte en alguna islita temporalmente para recuperar tus fuerzas.
Algunos le llaman compostura, otros mindfulness, otros simplemente atención plena. Puedes estar más libre mentalmente todos los días, llevando la vida con menos roce y menos sufrimiento posible.
La atención plena es un método para ayudarnos a eliminar el sufrimiento creado por los automatismos y el condicionamiento de la mente humana.
Eso es importante pues existe una fuerte conexión entre nuestra mente y nuestra salud. Una gran parte de las enfermedades que estamos enfrentando hoy en día es iniciada o agravada por el estrés. Y el estrés es algo evitable, es opcional. Puedes escoger vivir con menos estrés, usando las herramientas de la atención plena para superar el sufrimiento mental.
Cómo tener más atención en el día a día.
Cuando hablamos de mindfulness y de total atención, mucha gente enseguida piensa en meditación, en personas zen con las piernas cruzadas y la columna recta en un silencio absoluto o haciendo OHMMMMM. Pero eso es sólo parte de una práctica específica. Claro que es muy importante, pero eso es sólo el entrenamiento. El juego de verdad es mantenerse en ese estado de atención en el día a día.
Para mantener ese estado de atención plena, primero tenemos que darnos cuenta. Si estoy físicamente en un lugar, pero mi atención está en otro, estoy dividido. No estoy consiguiendo hacer correctamente lo que debería. Lo que estoy haciendo pierde calidad porque yo simplemente no estoy prestando atención en la actividad realizada.
Estoy lavando los platos y pensando en el trabajo. Estoy yendo al trabajo e imaginando que estoy echándole la bronca a mi jefe. Y así nunca estoy realmente atento al momento presente.
La meditación es un entrenamiento de la atención.
La meditación tiene varios efectos beneficiosos para hacernos salir del piloto automático. Cuando estamos meditando, estamos entrenando nuestra mente para prestar atención al momento presente. Nos sentamos en una posición confortable y en un ambiente tranquilo y comenzamos a prestar atención en un punto específico, generalmente en nuestra propia respiración.
Pocos segundos después, nuestra mente ya está pensando en otra cosa. Cuando nos damos cuenta de eso, amablemente traemos la mente de vuelta a aquel punto específico. Y el ciclo se va repitiendo, pues la mente es como un monito inquieto que siempre está saltando de rama en rama.
Con práctica y paciencia, conseguimos cada vez más mantener esa atención enfocada durante más tiempo. Y conseguimos llevar eso al mundo real. Prestamos más atención en lo que estamos haciendo, en lo que los otros nos dicen, y en nuestros propios sentimientos. O sea, salimos del piloto automático.
La atención plena es la salida de ese piloto automático. Es activar tu atención sin emitir juicios, sin emitir comentarios mentales, sin sufrir porque estamos en un lugar y nuestra mente esté en otro.
Observa más y juzga menos. Practica observando un objeto sin juzgar.
Observa un objeto. Por ejemplo, una flor. Puedes simplemente observar la flor, puedes hasta notar los detalles, de cómo los pétalos están más abiertos o más cerrados, como algunas hojas pueden ser lisas y otras tienen marcas de mordidas de algún insecto. Observa, pero no juzgues. Juzgar es decir que la flor es fea, está muriendo, que los insectos han estropeado la flor que podría ser perfecta. Eso es juzgar.
Cuando estoy observando, no quiero hacer juicios. Solamente observar es una actividad de inmenso valor para tu paz mental.
Puedes observar la flor sin necesidad de decir “¡que flor tan bonita! Creo que necesito echarle más agua a la flor. Jope, qué pena que el insecto se comió parte de sus hojas. Que triste que la flor se esté muriendo”. Todos eso son juicios, que no vamos a hacer en este ejercicio de atención plena. Puedes hacer ese tipo de juicios, conscientemente, en otro momento, pero primero estamos entrenando simplemente el observar. ¿Lo vas a conseguir?
No te quedes pasivamente viéndome hablar. Haz ahora una pausa. Escoge un objeto y sólo obsérvalo. Vas a ver cómo es observar sin comentar. Dependiendo de la cantidad e intensidad del flujo de pensamientos que tengas, tal vez esta sea la primera vez, después de mucho tiempo, en la que tu mente solo observa sin juzgar, sin comentar.
¿Te ha gustado la actividad? Puedes hacer este ejercicio de observación sin juicios con cualquier cosa: un objeto, una persona, un evento y, sobre todo, con un pensamiento o emoción tuya. Siempre que notes que estés juzgando, evaluando, no necesitas enfadarte. Simplemente date cuenta de que estabas juzgando. Y vuelve a observar, a darte cuenta. Y eso hace que los juicios se vayan.
Después de practicar a observar los objetos sin juzgar, ahora observa tu vida, sin juzgar.
Observa tu vida. Terminaste tus estudios en tal año. Comenzaste a trabajar en tal empresa. Conociste a tal persona. Hoy te levantas en tal horario, generalmente comes tales alimentos, haces actividad física tales días por semana. Eso es sólamente observar.
Cuando aparece un pensamiento del tipo “estoy gordo, debería dejar de comer pasteles”, entiende que este es un juicio y en esta actividad vamos solo a observar, pero sin juzgar, Con el tiempo, veremos que gran parte de estos pensamientos no llegan a ningún lugar, son simplemente voces de fondo, como tener siempre la radio puesta. Deja los juicios. Solo observa.
Observe por un momento ese movimiento en tu cabeza, sin juzgar, sin decir si lo que estás pensando es bueno o malo. Es simplemente notar. Esa puede ser la definición más clara y práctica de la atención plena: un momento en el que observo aquel río de pensamiento automático en mi cabeza y en el cual, al observar, me alejo del río.
Eso no es ser apático o ser sumiso a aquello que nos gusta. Claro que puedes hacer planes para mejorar tu alimentación. Puedes y debes reaccionar buscando tus objetivos. En esta actividad de observación y presencia plena, vamos a aprender a no ser controlados por los pensamientos del piloto automático con juicios. Por favor, haz una pausa y prueba a realizar ahora la actividad.
¡Felicidades! Estamos en un proceso de aprendizaje, trabajando una habilidad que es que consigas observar sin hacer comentarios, haciendo que tu mente se tranquilice. Viviendo en mayor armonía con tus propios pensamientos, sin dejar que tus pensamientos te dominen o te causen ansiedad.
Tan solo lava los platos
Existe un antiguo texto oriental que dice que, mientras lavas los platos, debes solamente lavar los platos. Al principio puede parecer una chorrada: ¿Por qué darle tanta importancia a una cosa tan simple?
El problema es que si, al lavar los platos, estamos pensando en la taza de café que vamos a tomarnos después, la tarea de lavar los platos se vuelve un peso. Vamos a intentar automáticamente lavar los platos rápido para librarnos de esa molestia.
Además de eso, no estaremos vivos durante ese tiempo que estemos limpiando los platos. Seremos incapaces de reconocer el milagro de la vida mientras estamos al lado de la pila de la cocina.
Y si no somos capaces de lavar los platos tan sólo por lavarlos, es poco probable que seamos capaces de saborear totalmente la taza de café de a continuación. Pues al tomar el café, estaremos pensando en otras cosas, inconscientes del hecho de que tenemos una taza de café en las manos. De esa forma estaremos siendo absorbidos hacia fuera de la realidad presente, e incapaces de vivir totalmente en siquiera un minuto, siempre pensando en lo que vamos a hacer después.
Vivir el momento presente es la forma más práctica, rápida y fácil de salir del piloto automático y así sufrir menos y ser más felices.
Ese puede ser nuestro primer ejercicio: basta observar, ver, percibir que nuestra cabeza está el día entero como una radio que no deja de sonar y, por más que cambiemos de canal, siempre se escucha alguna voz que lleva nuestra mente a un lugar que no es el momento presente.
No estamos buscando que ocurra nada especial, no estamos queriendo parar los pensamientos, no estamos ni siquiera queriendo ser más felices. Estamos simplemente observando, tal vez por la primera vez, sintiendo que existe un río de pensamientos que no para y que podemos, por un momento, observarlos como lo que son.
Puedes ser más feliz cuando aprendes a salir de ese río de pensamientos fuera de control. Para eso te invito a visitar este link.