¡Hola! Seiiti Arata. Nuestros pensamientos pueden centrarse ya sea en el pasado, en el momento presente o en el futuro. Vamos a examinar lo que ocurre con cada una de estas opciones.
Vivir anclados en el pasado
Siempre nos enfadamos por cosas que ocurrieron en el pasado. Estamos molestos por algo que acaba de suceder hace un momento…o incluso hace unos años. Nos creamos películas mentales vívidas sobre situaciones vergonzosas, podemos vivir una y otra vez ciertas situaciones e interacciones injustas del pasado. Pero también podemos pasarnos horas pensando en los buenos recuerdos del pasado.
Hay un problema al quedarte en tu cama y preocuparte. Hay una gran cantidad de residuos de preocupación cuando conducimos para ir al trabajo. ¿Debo hacer esto o aquello?
Parece algo productivo, porque estamos pensando en algo importante, ¿no? Pero si pudiéramos anotar todos estos pensamientos, muchas veces son ideas repetitivas que dan vueltas en círculos, llenas de preocupaciones y temores que no son exactos.
Son ilusiones, juegos mentales con nosotros mismos.
La ansiedad por el futuro
Solemos preocuparnos por cosas que pueden suceder en el futuro, y tenemos miedo de lo que nos pueda pasar.
Nos pasamos horas pensando en las cosas que tenemos que hacer y nos ponemos ansiosos. También podemos soñar y esperar cosas asombrosas, reproducir películas mentales de nuestra ilusión.
Vivir el momento presente
O podemos centrar nuestra atención y consciencia en el momento presente.
Estar en el presente mejora nuestro rendimiento y aumenta nuestra consciencia.
Cuando nos concentramos en el presente no juzgamos, sólo sentimos, escuchamos, vemos las cosas como son. No añadimos capas adicionales de interpretaciones o juicios. No estamos clasificando, no estamos etiquetando a nada ni a nadie.
Aceptar las cosas sin etiquetas
Las etiquetas son atajos que utilizamos para evitar el proceso cognitivo mediante una fina rebanada, que significa tomar decisiones muy rápidas, con una cantidad mínima de información.
¿Cómo podemos tener las cosas ya pre rebanadas para nosotros? Pues basándonos en la experiencia pasada.
Buscamos en nuestra base de datos de prejuicios y así podemos etiquetar a las personas. Juzgamos compulsivamente: tan solo vemos a alguien nuevo unos segundos y ya seleccionamos una de nuestras etiquetas de nuestro arsenal y se la ponemos. Esto es lo que es esa persona, eso es lo que este grupo representa.
Esta etiqueta los deshumaniza, no podemos ver lo que vive en ellos: lo único que podemos ver es un concepto.
John es un agricultor. Pete es tímido. Lucy es feminista. Este taxista es imprudente. Este vendedor es un manipulador. Julia es una buena esposa.
Para cada una de estas etiquetas creamos un conjunto de expectativas. Hay cosas que suelen hacer. Hay cosas que no suelen hacer. E incluso sin preguntar, a pesar de que no estoy en el momento presente para experimentar lo que está vivo en ellos, ya puedo suponer lo que hacen, lo que piensan, lo que dicen, según estos prejuicios.
Esta es una razón más para centrarnos en el momento presente. Podemos tomar las cosas como son, experimentar la vida tal como es.
Entender nuestras necesidades
Pero, ¿qué podemos hacer? He conocido a personas en busca de técnicas de consciencia mental, entrenamientos para vivir en el presente.
¿Significa eso que es incorrecto pensar en el pasado? ¿Es malo planificar el futuro? ¿Es peligroso clasificar a las personas?
Todo depende de lo que queramos. Por lo tanto, vamos a preguntarnos: ¿Cuáles son nuestras necesidades?
¿Necesitamos reexaminar un comportamiento pasado para aprender algo útil y cambiar las opciones actuales?
En ese caso, centrarse en el pasado puede ser útil durante un tiempo.
Hicimos estos ejercicios juntos cuando hablamos de cómo cambian las personas. Si prefiero relajarme y dejar de preocuparme, tal vez me doy cuenta de que mi mente me está torturando. En este caso, puede ser útil preguntarme:
¿Hay alguna acción que pueda tomar basada en estos pensamientos? ¿O estos pensamientos ya están empezando a causarme dolor y ansiedad? ¿Mi cuerpo se siente tenso? Si no hay ninguna acción que pueda tomar ahora, ¿sería más saludable olvidarlo y seguir adelante? En este caso, centrarme en el futuro no es nada útil.
¿Acaso disfrutaría más conectarme a esta persona en el momento presente y ver como está? ¿O tengo que etiquetarlos porque debo tomar una decisión rápida? ¿Sería la vida más maravillosa si yo no juzgara a esta persona?
Necesitamos practicar
Con el tiempo me doy cuenta de que las habilidades más valiosas para la vida requieren práctica. Estar en el momento presente requiere práctica.
Es fácil estar a la deriva hacia el pasado o hacia el futuro. Y esta simple pregunta ayuda mucho:
¿cuáles son mis necesidades?
Una vez que encuentre mis necesidades, podré ver la forma de dejar de pensar y empezar a vivir.
¡Practica!
Aquí os dejo una idea extra para practicar el estar en el momento presente: Tomar conciencia de tus pensamientos.
Cada vez que te des cuenta de que estás pensando demasiado, ¿qué tipo de pensamientos son? ¿Son preocupaciones? ¿Miedo? ¿Ira? ¿Ansiedad? ¿Cuál es el propósito de estos pensamientos? ¿Cuál es la necesidad subyacente?
En este momento no te culpes por pensar. Simplemente trata de entender más sobre la naturaleza de esos pensamientos. Esto aumentará tu consciencia.
Puedes compartir con nosotros en los comentarios las percepciones que tengas de esto.
La capacidad de estar en el presente es parte del proceso de desarrollo personal. Por eso es uno de los temas que aprenderás en el curso de Desarrollo Personal – visita https://arata.se/desarrollopersonal para empezar.