¡Hola! Seiiti Arata. ¿Sabrías decir cuál es la habilidad principal que diferencia a los estudiantes que están por encima de la media? La principal habilidad de un gran estudiante no es pasarse horas estudiando, no es conocer una técnica de estudio secreta, no es comer superalimentos o tomar suplementos que prometen aumentar la capacidad cerebral.
Lo que realmente diferencia a un gran estudiante de los demás alumnos es su capacidad de retención. Es la capacidad de guardar en la memoria todo lo que has estudiado… y conseguir recuperar esa información cuando estés haciendo un examen, hablando en público o aplicándola en tu trabajo.
Piénsalo. Cuanto más seas capaz de retener información, menos tiempo tendrás que pasar estudiando. ¡Eso se llama eficiencia! Y es justo lo que vamos a aprender ahora.
Estudiar durante mucho tiempo es inútil si no consigues retener lo que estudias. No sirve de nada intentar llenar un cubo roto.
Aprender algo nuevo es inútil si no eres capaz de retener ese conocimiento. Ya lo sabes. Estudiar y empezar a olvidar las cosas enseguida es lo peor del mundo, ¿a que sí?
Olvidarse de las cosas es horrible. Y por la incomodidad que causa el olvido, la industria de suplementos alimenticios está ganando mucho dinero vendiendo falsas promesas como el uso del aceite de pescado para mejorar la memoria (puede que tú lo llames suplemento de omega tres, DHA, o incluso la pastilla de la memoria).
La verdad es que no vas a poder aumentar el potencial de tu cerebro tomando la pastilla de la memoria ni probando ningún truco pseudocientífico.
Para mejorar tu capacidad de retención de información, solo tienes que adoptar algunas estrategias activas para que el conocimiento no se escape de tu mente como si fuese agua en un cubo roto.
El primer paso es que entiendas por qué te olvidas de lo que estudias. Ese fenómeno se conoce como curva del olvido y fue estudiado por primera vez por Hermann Ebbinghaus en 1885.
La curva del olvido muestra que todos tenemos una tendencia a olvidar rápidamente lo que estudiamos. Se produce una caída exponencial de nuestro conocimiento, sobre todo al principio. Después, esa pérdida de conocimiento disminuye con el tiempo.
Ebbinghaus incluso llegó a formular ecuaciones matemáticas para calcular cuánto tiempo tenemos que repasar un tema antes de olvidar lo que estudiamos. Pero su tesis no fue totalmente comprobada y por eso hoy hay tres teorías para intentar explicar esa curva del olvido: la teoría de la decadencia, la teoría de la interferencia y la teoría de las pistas olvidadas.
Tres teorías intentan explicar por qué olvidamos lo que estudiamos: la teoría de la decadencia, la teoría de la interferencia y la teoría de las pistas olvidadas.
La teoría de la decadencia dice que nuestro conocimiento se deteriora con el tiempo. Por eso eres capaz de recordar lo que estudiaste el día anterior a un examen, pero no consigues acordarte de lo que estudiaste al principio del semestre.
La teoría de la decadencia es controvertida. Al fin y al cabo, podemos recordar acontecimientos del pasado, como nuestra infancia. Y, además, podemos no recordar eventos recientes, por ejemplo, lo que comimos ayer. Así que el tiempo no puede ser señalado como el único factor del olvido.
Por otro lado, la teoría de la interferencia defiende que los nuevos conocimientos terminan ocupando el lugar de antiguos conocimientos. Es como si nuestra memoria fuera un ordenador con límite de capacidad. Tenemos que borrar información antigua para poner en su lugar nueva información. Así, las cosas nuevas que aprendes acaban interfiriendo en tu aprendizaje anterior.
Esa analogía del cerebro como ordenador no está bien vista en la comunidad científica. Nuestra mente es mucho más compleja que un sistema que se llena o se vacía como la memoria de un ordenador.
Por último, la teoría de las pistas olvidadas dice que nuestro cerebro es como una serie de cajones cerrados. Y no tenemos la llave de todos esos cajones. Según esta teoría, no olvidamos lo que aprendemos. El conocimiento está ahí en algún lugar de nuestro cerebro. Lo que pasa es que no podemos acceder a ese conocimiento cuando queremos.
Las tres teorías parecen estar de acuerdo en que el patrón de nuestro cerebro es olvidar. Por eso necesitas tener una estrategia activa para retener lo que estudias.
Utiliza el sistema de repetición espaciada para no olvidarte de lo que estudias. Hay programas que pueden calcular exactamente qué y cuándo tienes que estudiar.
Una de las estrategias más efectivas para aumentar tu capacidad de retener información es el sistema de repetición espaciada. En este sistema, tienes que repasar el tema estudiado de vez en cuando para que tu cerebro no se olvide de lo que ha estudiado.
Hay programas que calculan exactamente qué y cuándo debes repasar cada tema estudiado. El más conocido es Anki, que es gratuito y puede usarlo cualquier persona.
Solo quiero avisarte para que entiendas que hace falta tener un sistema completo de aprendizaje. La razón por la que no insisto solo en el sistema de repetición espaciada en nuestro curso Cómo Aprender Más Rápido es que solo es una de muchas herramientas. El sistema de repetición espaciada es muy útil para aprender hechos, vocabulario y definiciones. Pero no funciona tan bien para otras áreas del conocimiento más complejas, que requieren asociaciones y entrenamiento práctico. Para esas áreas del conocimiento, tienes que practicar de otra manera, creando procedimientos, prácticas deliberadas y rutinas específicas.
Transforma lo que has estudiado en procedimientos específicos. Los conocimientos procedimentales son más difíciles de olvidar.
Transformar el aprendizaje en procedimientos específicos es una buena estrategia para retener conocimientos más avanzados que no son adecuados para el sistema de repetición espaciada.
Hay pruebas científicas de que las habilidades más procedimentales (o sea, las que consisten en procedimientos, en acciones secuenciales), como teclear en el ordenador o montar en bicicleta, se almacenan en el cerebro de manera diferente a las habilidades relacionadas con conocimientos más factuales.
Una prueba de eso es que sigues sabiendo teclear o montar en bicicleta aunque pases mucho tiempo sin practicar.
Por eso, si consigues transformar lo que estás estudiando en procedimientos prácticos específicos, las probabilidades de que retengas el conocimiento a lo largo del tiempo aumentan.
Por ejemplo, digamos que estás aprendiendo programación. En vez de solo leer sobre el tema y hacer ejercicios, intenta transformar ese aprendizaje en un procedimiento.
Crea una lista con una rutina de los pasos que tienes que dar cada vez que vayas a empezar un proyecto de programación. Pon en marcha esa rutina varias veces para adquirir la habilidad de realizar ese procedimiento. De esa manera, aunque pases mucho tiempo sin contacto con ese procedimiento, probablemente todavía te acuerdes de él cuando lo necesites.
Usa la estrategia del sobreaprendizaje para transformar el aprendizaje necesario en conocimiento básico. Cuanto más avances, más difícil será que te olvides de lo básico.
No todo el conocimiento está basado en datos, ni todo conocimiento puede ser transformado en un procedimiento. Por eso, otra estrategia que puedes adoptar para aumentar tu capacidad de aprendizaje es el sobreaprendizaje.
La estrategia del sobreaprendizaje se basa en la lógica de que, si has llegado a un nivel avanzado… significa que has conseguido dominar el nivel básico.
Por ejemplo, imagínate que tocas la guitarra muy bien. Es muy probable que los conocimientos básicos como la formación de acordes ya estén tan enraizados en tu cerebro y no vayas a olvidarlos nunca más.
El sobreaprendizaje busca emular esa situación haciendo que estudies más de lo necesario. Así, pasas al nivel avanzado en algún tema y dominas completamente los conocimientos básicos.
Por eso, en la estrategia del sobreaprendizaje, tienes que estudiar mucho más de lo que sería necesario. El objetivo es buscar conocimientos avanzados y, así, inevitablemente adquirir conocimiento más básico.
Vamos a imaginar que estás estudiando para un examen de matemáticas de segundo curso. Estudias el tema obligatorio para el segundo año y, además de eso, vas más allá. Aprendiendo más de la cuenta, avanzas para aprender también lo que se enseña en el tercer año. Cuando vayas a hacer el examen, los conocimientos exigidos para el segundo año serán básicos para ti. Así, no te va a resultar difícil responder a todo y sacar una buena nota.
La mnemotecnia ayuda a retener información, pero no debe ser tu principal estrategia de aprendizaje.
Para completar nuestra estrategia para combatir la curva del olvido, tenemos que hablar de la mnemotecnia. La mnemotecnia es un conjunto de técnicas que te ayuda a memorizar algo. Para eso, diseñamos esquemas, gráficos, símbolos, palabras o frases relacionadas con el tema que estamos estudiando. Cuanto más rara sea la relación, más difícil será que la olvidemos.
Un ejemplo de regla mnemotécnica muy conocida es la que dice que nuestras mentes deben ser SMART. Las cinco letras de esa palabra en inglés son las letras iniciales de las características deseadas para toda buena meta: specific/específica, measurable/medible, achievable/alcanzable, relevant/relevante y time-bound/con un plazo.
Las reglas mnemotécnicas como esa son muy útiles para memorizar conocimientos que serán aplicados en exámenes del colegio, en la universidad o en otros exámenes académicos. Pero no deben ser tu principal estrategia de aprendizaje.
Memorizar cosas sin entenderlas nunca es una buena forma de aprender. Además, la mnemotecnia no es tan útil en proyectos prácticos de nuestro día a día. Pueden llegar a servir para sacar una buena nota en un examen, pero en la práctica de tu carrera profesional no sirven de casi nada.
Cuanto mejor sea tu retención, menos tiempo tendrás que estudiar. Usa estrategias activas y sé un estudiante por encima de la media.
Hemos visto algunas estrategias activas para aumentar tu capacidad de retención.
Ahora imagina cómo sería tu vida de estudiante o incluso tu carrera profesional si fueses capaz de acordarte de todo lo que estudias, de todos los libros que lees y de todas las clases a las que asistes.
¿Cómo serían tus notas? ¿Cómo sería tu relación con profesores y colegas? ¿Cómo sería tu desempeño en el trabajo?
Aunque nadie normal sea capaz de acordarse de absolutamente todo lo que estudia, puedes aumentar mucho tu capacidad para retener información si utilizas activamente las estrategias que hemos visto aquí.
Usa el sistema de repetición espaciada para conocimientos más factuales. Transforma en procedimientos los conocimientos que pueden ser ordenados como una secuencia de acciones. Y utiliza el sobreaprendizaje para ir más allá y dominar los conocimientos básicos. Si, después de todo eso, todavía necesitas aprenderte de memoria algún dato, usa el poder de la mnemotecnia.
Haciendo eso con diligencia, en poco tiempo vas a conseguir aumentar tu capacidad de retener información y vas a tener que pasar menos tiempo estudiando.
Tu capacidad de aprender puede ser desarrollada y mejorada. Tu inteligencia no es algo fijo, que haya sido determinado genéticamente cuando naciste y que va a ser así por el resto de tu vida.
No importa si nunca has sido un buen alumno. No importan las malas notas que hayas sacado en el pasado. Ni siquiera importa la capacidad que tengas hoy para retener información.
Si te dedicas a mejorar tu forma de estudiar, poco a poco vas a conseguir aprender lo que quieras para destacar en tu vida estudiantil y profesional.
Si quieres aumentar tu inteligencia de manera eficiente con base en la ciencia, te invito a ver ahora mismo una clase especial del curso Cómo Aprender Más Rápido.