¿La felicidad es algo genético?

¡Hola! Seiiti Arata. Imagina a un adulto de un metro setenta de altura, pelo moreno y ojos marrones. Ahora, imagina que esta persona quiere ser más alta, ser pelirroja y tener los ojos azules, pero sin operarse, sin teñirse el pelo y sin ponerse lentillas.

Por muy buenas que sean las técnicas que esa persona intente usar, no va a conseguir sus objetivos. La altura, el color de pelo y de los ojos están, básicamente, definidos por la genética y no hay nada que podamos hacer para cambiarlos sin herramientas externas.

Eso ya lo sabemos. Y por eso somos capaces de aceptar algunas limitaciones cuando estamos ante características definidas por la genética. Es decir, sabemos que no es eficaz buscar técnicas para cambiar lo que no puede cambiarse.

Sin embargo, en relación a la felicidad, existe una diferencia muy importante que tienes que entender. Con frecuencia buscamos técnicas psicológicas, cambios de mentalidad y hasta ejercicios de enfoque para ver si conseguimos aumentar nuestros niveles de felicidad.

Pero… ¿y si la felicidad también fuese algo genético? ¿Y si nuestro nivel estándar de felicidad estuviese determinado en gran parte por nuestros genes? ¿Qué podríamos hacer al respecto?

La ciencia demuestra que gran parte de nuestra felicidad se define genéticamente y no puede cambiarse.

En 2016, por primera vez en la historia, un grupo de científicos consiguió aislar partes del genoma humano que pueden explicar las diferentes formas en que las personas vivencian la felicidad.

Después de analizar más de trescientas mil muestras de ADN, los científicos determinaron que un cierto nivel de felicidad está vinculado a tu genética. Y es imposible modificar estos genes para mejorar tu nivel de felicidad. 

Este argumento se refuerza con una investigación sobre gemelos con genes idénticos que habían sido separados al nacer. El estudio observó que, aunque crecieron en ambientes diferentes, varios de estos gemelos tenían niveles de bienestar muy parecidos.

Es como si cada persona tuviese una base de felicidad, un nivel mínimo de satisfacción de vida que está determinado por la genética y se mantiene constante a lo largo del tiempo. 

Aunque la ingeniería genética llegue al grado de sofisticación más alto, existen millones de variables en los genes que influyen en la felicidad de una persona. Por tanto, probablemente cambiar tu nivel estándar de felicidad alterando tu ADN no sea una alternativa. 

Y entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Tenemos que conformarnos con la felicidad que nos da la lotería de la genética o podemos explorar otras formas de ser más felices?

La genética no define toda tu felicidad. Tus actitudes influyen tanto como tus genes. 

Existe un vínculo entre tus genes y tu nivel de felicidad. Sin embargo, los factores externos pueden influenciar la manifestación de tu genética. 

Dependiendo de cómo sea tu mentalidad, de cómo sean tus actitudes o incluso de dónde vivas, tu nivel estándar de felicidad puede cambiar. La genética puede determinar una franja, un espectro de felicidad que es natural para ti. Pero puedes actuar en el punto exacto que quieras de esa franja de felicidad. 

Felicidad - Seiiti Arata, Arata Academy

Vamos a hacer una comparación. Imagina a una persona que tiene una tendencia genética a ser obesa. Estos genes determinan que esta persona difícilmente será delgada de forma natural. Pero, aún así, esta persona mantiene la mentalidad de cuidar de su salud, vigila su alimentación, practica ejercicio físico y descansa. 

Por lo tanto, aunque esté por encima del peso que la sociedad considera estándar, esta persona consigue no ser obesa a través de sus propias actitudes. Dentro de la franja que fue determinada por la genética, consiguió mantenerse en la parte más favorable.

Con la felicidad puedes hacer lo mismo. Aunque genéticamente no tengas predisposición para vivir feliz todo el tiempo, puedes tener pensamientos y acciones que mejoren tu nivel estándar de bienestar. 

La psicología positiva es el camino más seguro para aumentar tu felicidad con el apoyo de la ciencia. 

El psicólogo Tal Ben-Shahar ha pasado su vida estudiando lo que hace a las personas felices. Afirma que la mitad de tu felicidad está determinada por la genética, el cuarenta por ciento está determinada por tus decisiones personales y el diez por ciento está determinada por el ambiente donde vives. Esto significa que puedes influenciar la mitad de tu nivel estándar de felicidad. 

El problema es que existen millones de supuestas técnicas para ser más feliz. Haz una búsqueda en Internet, visita una librería o pregunta a cualquier persona. Vas encontrar por todas partes técnicas, consejos o trucos para aumentar tu felicidad. 

¿Todo eso funciona o solo es una especulación sin base científica? Es difícil de decir. Por lo tanto, el mejor camino para elevar tu nivel estándar de felicidad, es buscar medios científicamente probados para aumentar tu bienestar.

Gran parte de estas técnicas son estudiadas por la rama de la psicología conocida como psicología positiva. La psicología positiva estudia lo que hace que la vida valga la pena. La psicología positiva nos enseña técnicas que nos ayudan a desarrollar un estado mental positivo, viviendo vidas más gratificantes y más felices. 

Hoy en día, podemos decir, sin lugar a dudas, que la psicología positiva es tan importante como el enfoque tradicional de la psicología en lo que se refiere a reparar debilidades y curar patologías. Cuando intentas vivir de forma positiva, con una mentalidad alegre y concentrado en la felicidad, previenes el deterioro de tu salud mental y, al mismo tiempo, evitas problemas como el burnout, el pánico y la depresión. 

Toda la psicología de la última mitad del siglo XX se ha concentrado en el estudio de enfermedades, síndromes y en el lado negativo de la vida. Pero todo esto ha comenzado a cambiar en las últimas décadas y puedes aprovechar este movimiento para mejorar tu bienestar.

No tienes que ser un rehén de la genética. Usa todos los recursos que están a tu alcance para ser más feliz. 

Volvamos al ejemplo del comienzo. El ejemplo de un adulto con un metro setenta de altura, pelo moreno y ojos marrones. Esta persona quiere ser más alta, tener el pelo pelirrojo y los ojos azules, pero no consigue cambiar todo esto de forma natural porque todo fue determinado por la genética.

¿Qué puede hacer? Puede cambiar sus expectativas. O puede usar recursos externos para cambiar lo que desea. Esta persona puede usar tacones para sentirse más alta. Puede teñirse el pelo de pelirrojo. Puede ponerse lentillas de color azul.

Del mismo modo, puedes usar todos los recursos que están a tu alcance para superar los límites de la genética y aumentar tu nivel estándar de felicidad.

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Existen decenas de técnicas para sentirte más feliz. Algunas usan un cambio de mentalidad completa y otras usan factores externos para cambiar tu estado de espíritu y hacerte sentir mejor. 

Merece la pena intentar todo lo que ya ha sido probado por la ciencia. Aprovechando lo que afecta a tu felicidad y descartando lo que no, vas a conseguir impactar en hasta el cincuenta por ciento de tu nivel estándar de felicidad. 

Gran parte de tu felicidad está definida por la genética y no hay mucho que puedas hacer. 

Al mismo tiempo, otra gran parte de tu nivel estándar de felicidad está determinado por tus decisiones personales y por el ambiente en el que vives.

Si eres capaz de intervenir en la mitad de tus niveles de felicidad usando técnicas probadas científicamente, no tienes por qué quedarte quieto, como si fueras un rehén de la genética.
Para ti, que quieres entrar en acción ahora mismo y conocer las mejores técnicas de la psicología positiva, te invito a conocer el proyecto Felicidad de Arata Academy, entrando en https://arata.se/felicidad