La información NO es poder

¡Hola! Seiiti Arata. ¿Has oído decir alguna vez que “la información es poder”? Pues ya no es verdad. La información NO es poder. El mundo ha cambiado. Todos tenemos acceso a prácticamente toda la información del mundo en la palma de la mano, en nuestros teléfonos. Pero, con tanta información, ¿cómo es posible que aún no hayas alcanzado tus objetivos financieros?

En primer lugar, porque a veces el exceso de información estorba más que ayuda. Hace que te quedes atrapado en el ciclo infinito de buscar más y más información, queriendo saber siempre un poco más.

Y, en segundo lugar, porque no basta con tener acceso a la información. Tienes que ponerla en práctica rápidamente, eliminar bloqueos de aprendizaje y dejar de procrastinar.

Hay un fragmento de sabiduría popular que es tan antigua que ha sido transmitida en latín: “scientia potentia est”, que significa que la información, que el conocimiento, es poder. Era una frase que venía repitiéndose desde el siglo primero hasta hace unos quince años, cuando el lanzamiento del iPhone aceleró la era de los teléfonos inteligentes.

Sin embargo, hoy en día la información es una comodidad, un producto básico, algo que puede estar incluso estorbándote en tu proceso de enriquecimiento.

Tienes ahí en el bolsillo acceso a todos los tipos de información que puedas desear. Con apenas unos toques en la pantalla del teléfono, tienes más información que la que tuvieron los grandes líderes de la humanidad, los reyes más poderosos de todos los tiempos y las personas más ricas del mundo hasta finales del siglo veinte.

Si hablamos específicamente de finanzas, puedes tener acceso rápidamente a la información de todas las empresas que cotizan en bolsa. Puedes filtrar datos, generar gráficos, comparar números. Puedes aclarar dudas sobre los términos que no entiendes. Puedes ver gratis vídeos explicativos sobre prácticamente cualquier operación financiera. Pero no basta con tener acceso a la información. También hay que usarla correctamente.

Para ganar más dinero, la información es una condición necesaria, pero no suficiente.

Hasta la popularización del internet, conseguir información para tomar buenas decisiones financieras era caro y llevaba tiempo y esfuerzo.

Para ver el balance de las empresas que cotizan en bolsa, por ejemplo, tenías que esperar a que lo publicasen en el periódico, comprar el periódico, mirarlo y anotar los números, y después compararlos con los balances de otras empresas e ir haciendo cuentas para decidir en qué acción invertir.

Una vez que lo habías decidido, tenías que llamar por teléfono al operador, que anotaba tu oferta, iba a la bolsa a intentar comprar tu acción gritando y, si lo conseguía, te devolvía la llamada.

Puede parecer que hace mucho tiempo de eso, pero estamos hablando de hace poco más de veinte años. En ese tiempo relativamente corto, internet se ha popularizado, los teléfonos inteligentes han llegado a los bolsillos de millones de personas y la información financiera se ha vuelto barata, rápida y fácil de conseguir.

Como resultado, todos somos millonarios, ¿no? Claro que no. Primero, porque la información financiera tiene que competir con fotos de Instagram, bailecitos de TikTok y juegos adictivos.

Merece la pena volver a recordar que la información no es poder. Sólo hay poder en una información organizada y filtrada que se implementa.

Ante un mundo de información, tienes que separar lo que es realmente útil y de calidad.

Si la escasez de información era un problema hasta hace muy poco tiempo, hoy el problema es justo el contrario: el exceso de información puede confundirte, paralizarte y llevarte a tomar decisiones equivocadas.

Por eso, el primer paso para transformar información en riqueza es saber filtrar lo que es útil y de calidad.

Para alcanzar tus objetivos financieros tienes que bloquear la información de poco valor y centrarte en consumir información de alta calidad y enfocada específicamente a tus objetivos financieros.

Riqueza Verdadera - Seiiti Arata, Arata Academy

En internet, todo el mundo publica lo que quiere. Entonces, haciendo búsquedas, puedes encontrar desde información financiera de altísima calidad hasta contenido peligroso. Vas a encontrar a personas que quieren timarte, vender estafas piramidales o, simplemente, conseguir clicks con información de baja calidad pero con el potencial de hacerse viral.

Cuando encuentres una buena fuente de información, guárdala en favoritos, registra tu email, síguela en las redes sociales. Pero incluso entre las fuentes de calidad, ten cuidado para no exagerar en cantidad.

¿Cuántos vídeos tienes que ver sobre el mismo tema? ¿A cuántos autores que dicen lo mismo tienes que seguir? ¿Añadir otra fuente de calidad te está acercando a tu objetivo o está quitándote un tiempo que podrías estar usando para poder poner en práctica lo que ya sabes?

Esa última pregunta es esencial. Una vez que hayas seleccionado fuentes de información de calidad en la cantidad ideal para tu caso, es hora de dejar de consumir información y pasar a la acción.

La información de calidad puede acelerar tu proceso de enriquecimiento, siempre y cuando la pongas en práctica.

No basta con tener acceso a información financiera de alta calidad; también tienes que implementar esa información. Y no puedes ponerla en práctica de cualquier manera. La implementación también tiene que ser de calidad.

El elemento que diferencia los resultados que vas a recoger es el tipo de acción que llevas a cabo según la información de que dispones.

Al fin y al cabo, no sirve de nada tener acceso a información de calidad si no pones nada en práctica o si lo haces de forma inadecuada.

Nuestros resultados dependen directamente de nuestras acciones. Igual que ningún canal sobre surf puede enseñarte a surfear si nunca vas a la playa, ningún canal sobre inversiones puede multiplicar tu dinero si no pasas a la acción y pones tu dinero en juego.

Si sólo vemos resultados cuando implementamos correctamente información de calidad, ¿por qué la mayor parte de la gente que sigue canales de YouTube, redes sociales y páginas web sobre finanzas no consigue enriquecer como le gustaría?

Esa pregunta tiene tres respuestas: por el hábito de no poner la información en práctica rápidamente, por bloqueos de aprendizaje y por procrastinación. Vamos a ver cada una de ellas.

La velocidad importa. El hábito de no poner en práctica rápidamente la información de calidad te hace perder dinero.

Aquí sigues el contenido de Arata Academy. Nuestro lema es “siempre mejorando”. Y esa mejora se da en todas las áreas: comunicarse mejor, concentrarse y organizarse mejor, aprender más rápido, conseguir tener mejores relaciones, sentirse más realizado y feliz, tener éxito financiero… Por eso el contenido de Arata Academy es tan variado, porque todos esos conceptos están relacionados. Es decir, que formas parte de un grupo especial de personas que está constantemente buscando maneras de perfeccionar su calidad de vida.

Por desgracia, en esa búsqueda puedes entrar en una espiral de constante búsqueda de información. Ves una publicación con buenos consejos en una red social, haces click en “me gusta” y enseguida el algoritmo te muestra publicaciones parecidas. Ves un vídeo de calidad y, en cuanto termina, empieza otro. Compras y descargas un libro electrónico y, antes de habértelo terminado, ya estás buscando otro.

Cuando esto pasa, tu proceso de implementación se ralentiza. Tardas en poner en práctica lo que has aprendido porque estás preso en el hábito de querer siempre más y más información.

Lo que tenemos que entender es que ese hábito se forma en parte por tu deseo de aprender más y más y en parte por los algoritmos que quieren que pases cada vez más tiempo en internet.

Igual que encender un cigarrillo después de comer es un hábito que caracteriza al fumador, el hecho de no fumar en ninguna circunstancia también es un hábito, que caracteriza al no fumador. Cuanto más fuerte sea un hábito, menor es la influencia de factores externos.

Quien tiene el hábito de practicar deporte bien arraigado va a seguir ejercitándose aun en los días de frío y lluvia. Por otro lado, el novato que todavía no ha abrazado ese hábito, va a necesitar un día especial en el que todas las condiciones sean favorables.

Una de las formas de alcanzar la constancia deseada en un hábito es la práctica consciente, entendiendo los resultados que podemos recoger a largo plazo. En el curso Riqueza Verdadera, por ejemplo, una de las actividades que llevamos a cabo es entender qué tipo de resultados probables podemos obtener sin cambiar de hábitos. 

Después, establecemos cuáles son los resultados deseados y descubrimos cuáles son los hábitos positivos que pueden facilitar y acelerar el proceso.

Cuando resuelves el problema de acelerar la buena implementación de información de calidad, el siguiente paso es eliminar tus bloqueos de aprendizaje.

No sirve de nada tener acceso a la mejor información financiera del mundo si no eres capaz de aprender de ella.

El bloqueo en el aprendizaje es una traba que te impide aprender adecuadamente el conocimiento que debería darte la información a la que tienes acceso.

Uno de los mayores obstáculos cognitivos para el proceso de maestría es dominar los conceptos introductorios de cualquier tema. Cuando más conocimiento tienes, más tiendes a encontrar nueva información y a encajar esa nueva información dentro de tu repertorio.

Eso es lo que pasa cuando estamos viendo un vídeo o leyendo un libro y pensamos: “¡Ah, si eso yo ya lo sabía!”

Cuando activamos ese tipo de percepción, reducimos nuestra atención y, por lo tanto, nos negamos a implementar ese concepto. Para muchos, implementar un concepto conocido es como tener que admitir que se trata de un concepto nuevo. Pero como el concepto ya se conocía, la mejor manera de ser coherente es evitar poner la idea en práctica.

Por eso, si has accedido a alguna información y has identificado que algunas de tus inversiones actuales no interesan porque no son muy rentables o porque tienen altas tasas administrativas o altos impuestos, la invitación a reflexionar consiste en poner en práctica lo que sea posible hoy, independientemente de si ya te habían dado ese consejo antes.

En nuestro proceso de educación financiera, lo que realmente importa es ver que nuestros ahorros e inversiones están creciendo y que están aumentando nuestra calidad de vida.

No estamos compitiendo para premiar a quien sea más original en conceptos financieros. Así que, si te encuentras con ideas que ya conoces, ¡genial! Es una gran oportunidad para hacer una prueba en la vida real. Usa esta oportunidad para ser una persona honesta. Recuerda que la información no es poder. No necesitas encontrar nueva información. Lo que tienes que hacer es verificar, sinceramente, si estás poniendo en práctica todo lo que sabes.

Y una vez que elimines esos bloqueos y aprendas de verdad, debes evitar la tendencia a dejarlo todo para después.

La procrastinación hace que pierdas buenas oportunidades de enriquecer. Nunca dejes para implementar mañana lo que puedes poner en práctica hoy.

En el mundo de las finanzas, el timing es esencial. Una acción puede estar muy barata esta semana, pero subir la semana siguiente. El bitcoin puede haber caído un diez por ciento y estar de promoción hoy pero mañana no. Puede que se te presente una buena oportunidad de negocio, pero que el plazo para aceptar la propuesta sea corto.

Por eso, si procrastinas y lo dejas para más tarde, puedes acabar perdiendo oportunidades para enriquecer. No es que ninguna de esas oportunidades solas fuera a hacerte rico, pero si vas procrastinando y dejando pasar todas las pequeñas oportunidades, a largo plazo eso puede tener un gran impacto en tus resultados financieros.

Hay dos justificaciones muy buenas para no poner en práctica ciertas estrategias de inversión ahora. Puede ser que, para tener acceso a ciertos productos, tengas que abrir primero una cuenta en un exchange. Para comprar bitcoin y guardar tus claves, tienes que instalarte un monedero. Puede que tengas otras prioridades.

Una de las razones por las que mucha gente no pone en práctica buenas estrategias de inversión es pensar que todavía no tiene suficiente dinero. Quienes no tienen mucho dinero, tienden a hacer el cálculo de los intereses y considerar que las ganancias esperadas no compensan. 

En ese proceso de toma de decisión, pensamos que primero tenemos que ahorrar más. O esperar a un aumento de sueldo. Y sólo entonces, por fin, invertir más en serio.

Lo que ignora ese proceso es que lo que más valor tiene es implementar el hábito rápidamente. La rentabilidad absoluta puede ser baja, pero la experiencia de ahorrar un dinero que no se va a ir en gastos y dedicarlo a una aplicación a largo plazo es algo que tiene muchísimo valor. Sobre todo si somos capaces de transformarlo en un hábito y mantenerlo durante años.

Si eliminas tus bloqueos de aprendizaje y adquieres el hábito de poner la información en práctica rápidamente reduciendo la procrastinación, puedes beneficiarte del acceso a la información que tienes hoy y transformar información de calidad en dinero en tu bolsillo.

Hoy tienes en el bolsillo acceso a prácticamente cualquier información financiera que quieras. Con unos toques de pantalla puedes acceder gratuitamente a un conocimiento que las personas más poderosas del mundo no han tenido hasta hace muy poco tiempo.

Para hacer buen uso de ese acceso a la información, tienes que consumir sólo información de calidad, en una cantidad adecuada y, sobre todo, poner en práctica el conocimiento que vas adquiriendo. Para ello, necesitas crear el hábito de actuar rápidamente, eliminando los bloqueos de aprendizaje y reduciendo la procrastinación.
Si estás interesado en transformar información en dinero para tu bolsillo, te invito a que veas una clase especial de nuestro curso de enriquecimiento financiero Riqueza Verdadera accediendo ahora mismo a https://arata.se/riquezaverdadera