¡Hola! Seiiti Arata. El método Ivy Lee es un método de productividad que fue creado hace más de cien años. Aunque se inventó en una época en la que sólo existía papel y pluma, este método lo utilizan algunas de las personas más exitosas del mundo.
Como ya sabes, existen muchos métodos de productividad. Si haces una búsqueda en internet sobre métodos de productividad, vas a encontrar un montón de sistemas completos, con automatizaciones, listas, proyectos… Todos prometen tener el recurso extra que te faltaba para poder producir más en menos tiempo.
Hay personas que, de hecho, son capaces de poner en práctica estos complejos sistemas de productividad. Son personas capaces de llevar a cabo todas las tareas que tienen que hacer durante el día, el mes o el año, tal y como lo han planeado.
Pero también hay personas que no son capaces de seguir programas o métodos complicados. O, simplemente, no quieren seguir un método difícil. ¿Es este tu caso? En lugar de buscar el programa más moderno, ¿no sería mejor utilizar algo que ha sido probado y verificado desde hace más de cien años?
Por eso el método Ivy Lee de productividad es lo que estabas buscando. Hoy en día sigue sirviendo para quien quiere organizar y llevar a cabo sus tareas de manera simple y eficiente.
El Método Ivy Lee se centra en lo que hay que hacer ahora.
En 1918 uno de los hombres más ricos del mundo, Charles Schwab, contrató al consultor Ivy Lee para aumentar la eficiencia y la productividad de su equipo. Ivy Lee pidió tan sólo quince minutos con cada uno de los principales ejecutivos y dijo que no iba a cobrar nada hasta que su método tuviese efecto.
En las reuniones con los ejecutivos, Ivy Lee enseñó su método de seis pasos para alcanzar la máxima productividad. Apunta estos seis pasos:
1. Define tus valores y objetivos de vida, tanto en el campo personal como en el profesional.
2. Después de cada día de trabajo, deja quince minutos para escribir las seis cosas más importantes que tienes que hacer mañana para cumplir esos objetivos. Nunca escribas más de seis tareas y escribe esa lista siempre la noche anterior. De esa manera, podrás empezar el día siguiente sabiendo lo que tienes que hacer, eliminando así el esfuerzo de decidir.
3. Coloca esas seis tareas por orden de importancia. Haz siempre lo más importante primero.
4. Cuando empieces a trabajar por la mañana, céntrate sólo en la primera tarea de la lista. Olvida las demás tareas hasta que no termines la primera.
5. Pasa a la tarea siguiente sólo cuando hayas terminado la anterior. Si llegas al final del día sin haber completado las seis tareas, pasa las que te falten a la lista del día siguiente.
6. Repite el proceso todos los días, dejando quince minutos para escribir las seis tareas más importantes del día siguiente, por orden de importancia.
El método Ivy Lee de productividad se resume en saber lo que quieres en la vida. Por lo que anota todas las noches por orden de importancia seis tareas que puedes hacer al día siguiente.
Al día siguiente, vas a hacer todas las tareas una por una, en el orden en el que aparecen en la lista, hasta el final del día.
Si terminas todas las tareas, creas una nueva lista de seis tareas para el día siguiente.
Si no las has terminado todas, simplemente pasas las que han quedado por hacer a la lista del día siguiente hasta terminar las seis tareas. Y eso es todo.
Aunque pensaron que esto era demasiado sencillo, los ejecutivos decidieron confiar en Ivy Lee y probar el método durante tres meses. Al final del período de prueba, Charles Schwab estaba tan satisfecho con el aumento de la productividad de su empresa que le extendió a Ivy Lee un cheque que hoy valdría más de cuatrocientos mil dólares.
El secreto del método de productividad de Ivy Lee está en gestionar las prioridades de manera simple y con enfoque.
Fíjate en que el método Ivy Lee es mucho más simple que otros igual de famosos, como, por ejemplo, el Getting Things Done, o GTD, que ya explicamos en el episodio 11 de Resumen Arata Academy.
Si comparas el método de Ivy Lee con algún método más moderno de productividad, puedes pensar que hacer una lista de seis tareas es una técnica pasada de moda e insuficiente para lidiar con toda la complejidad de la vida moderna.
Pero es una impresión equivocada. Al hacerte elegir seis (y sólo seis) tareas para hacer MAÑANA, el método de productividad Ivy Lee te obliga a tomar decisiones difíciles. El límite de seis tareas hace que tengas que dejar de hacer intencionadamente muchas otras cosas que tal vez también querrías hacer mañana.
Los que siguen este método aprenden a priorizar lo más importante. Aprendes a decir que no a lo que no es necesario o a lo que no se puede hacer ahora. Y así consigues dedicar toda tu atención a las tareas en las que puedes avanzar.
Además, el método hace que centres tu atención en el ahora. En lugar de crear listas y más listas con proyectos futuros que todavía dependen de muchas variables, el método de Ivy Lee devuelve tu atención a lo que puedes hacer ahora. Mira el Resumen Arata Academy número 09 sobre el libro Lo Único. Céntrandote sólamente en el ahora es como puedes hacer una única cosa para conseguir tus objetivos personales y profesionales.
Otra ventaja es su simplicidad. El método de productividad Ivy Lee elimina las dificultades de querer crear un sistema de productividad completo que pretende registrar todas las tareas de tu vida. Puedes pensar en este método como si fuese una productividad minimalista.
Este minimalismo también está relacionado con las herramientas que necesitas tener para poner en práctica el método de Ivy Lee. No vas a necesitar un gestor para las tareas de automatización, de calendarios integrados, ni de recordatorios programados o avisos en tu smartwatch. Sólo necesitas papel y boli o una aplicación de notas para listar las seis tareas más importantes del día siguiente.
Prueba el método de Ivy Lee durante 90 días y analiza el impacto que ha tenido en tu productividad.
Sólo necesitas saber esto sobre el método de Ivy Lee. A lo mejor, como sólo lo has escuchado, piensas que es demasiado simple como para que pueda producir resultados significativos.
Si piensas así, recuerda la famosa frase que dice que “la simplicidad es la máxima expresión de sofisticación” y pruébalo para ver por ti mismo si este método se adapta bien a tus objetivos.
Siempre me gusta recordar que no hay un único método de productividad que le sirva a todos los tipos de personas. Hay personas a las que les funcionará un método más complejo, como el GTF; pero otras pueden alcanzar su máximo grado de productividad utilizando métodos más simples, como el de Ivy Lee.
¿Cuál es la única manera de saber qué es lo que funciona mejor para ti? Probando.
Por eso, si todavía estás buscando un método de productividad ideal para tu vida, te propongo que, durante los próximos tres meses, sigas los seis pasos que propuso Ivy Lee. Al final del día, escribe una lista con seis tareas ordenadas por importancia que puedes hacer al día siguiente.
Cuando empiece el día, ve haciendo las tareas una a una, según su orden de importancia. Pasa a la tarea siguiente sólo cuando hayas completado la anterior. Al final del día, si no has podido terminar las seis tareas, pasa las que te faltan a la lista del día siguiente.
Cuando termines este experimento, habrás hecho, por lo menos, noventa listas de tareas, con lo que habrás podido completar hasta quinientas cuarenta tareas muy importantes en un período de tres meses.
Aunque sólo llegues a la mitad de ese número, imagínate lo que habrán avanzado tus proyectos sólo por haberte centrado en hacer ahora las tareas más importantes que tienes entre manos.
Todo lo que necesitas para alcanzar tu máxima productividad es papel, boli, y una lista de seis tareas ordenadas por importancia. Si decides cada noche qué es lo más importante que vas a hacer al día siguiente y realmente te centras en llevar a cabo esas tareas, en poco tiempo habrás realizado una cantidad de tareas enorme. Muchas más que si estuvieses haciendo listas y automatizándolo todo en un sistema supercomplejo de productividad.
El método de productividad Ivy Lee puede ser exactamente lo que necesitas para conseguir ordenar y ejecutar las tareas más importantes para tu vida de forma simple, directa y objetiva.
Este método puede complementarse con otras técnicas de productividad, como los bloques de tiempo, por ejemplo. Para conocer algunas de esas técnicas, te invito a conocer el curso Productividad Ninja viendo una clase especial sobre gestión del tiempo accediendo a https://arata.se/gestiontiempo