¡Aprendizaje Arata! ¿Por qué muchas veces te pasas varias horas estudiando para un examen… y al final sacas una nota menor que otra persona que ha estudiado menos tiempo, pero ha sido mejor? Todo el mundo que se haya preparado para un examen ya sabe que estudiar es una cosa y, aprender, es otra.
Quedarte horas viendo clases o leyendo libros no garantiza que vayas a aprender ninguna asignatura o tema. Para aprender de verdad, tienes que practicar el estudio activo. Estudio activo.
Hay muchas definiciones para el estudio activo, pero me gusta una muy sencilla: el estudio activo es cuando estudias moviendo las manos.
Para aprender un tema, o una asignatura, de verdad, tienes que tomar apuntes, subrayar textos, crear mapas mentales, resolver ejercicios. Tienes que participar activamente en el estudio, y no quedarte leyendo libros o viendo clases de forma pasiva.
Sin embargo, incluso entre las formas de estudio activo, hay algunas que son mucho más eficientes que otras. Un estudio de la revista Psychological Science in the Public Interest [fuente: https://arata.se/source-4r9z ] evaluó varias técnicas e hizo una lista con las diez mejores formas de estudio, según criterios científicos.
Las técnicas fueron clasificadas en efectividad baja, moderada o alta. Vamos a conocer cada una de ellas, empezando por las más básicas y acabando en las más efectivas.
Las técnicas de baja efectividad son: subrayar textos, releer textos, la mnemotecnia, la visualización y los resúmenes.
Las técnicas de efectividad moderada son la interrogación elaborativa, autoexplicación, y el estudio intercalado.
Y las técnicas de efectividad alta son el examen práctico y la práctica distribuida.
En el episodio de hoy de la serie Aprendizaje Arata, vas a entender cada una de las técnicas. Te voy a contar cuáles son las precauciones a seguir para no cometer errores al usar las técnicas… y exactamente qué tienes que hacer para aprovechar al máximo cada una de esas técnicas.
1. Subrayar textos
Subrayar partes del texto mientras estás leyendo es una técnica de estudio muy popular. Casi todo el mundo subraya textos con un subrayador de colores mientras estudia, y hay una razón. Esta técnica es muy fácil, exige muy poco.
Por eso mismo, es una técnica de estudio con baja efectividad.
Al subrayar textos, tu cerebro no se está organizando, ni está creando ni conectando conocimientos. Por lo tanto, subrayar sólo puede tener alguna utilidad cuando se combina con otras técnicas o cuando ya estás cansado.
Es más, vas a ver algo en común en esta lista. Cuanto menos esfuerzo requiera la técnica, menos eficiente será para tu aprendizaje.
2. Releer textos
Releer un texto que ya habías leído antes no es muy eficaz para aprender contenido. Lo ideal sería que lo leyeses una sola vez y crees un resumen o mapa mental, para después sólo tener que volver a leer lo que ya has escrito con tus propias palabras.
Pero hay una excepción: la relectura masiva, inmediatamente después de leer el texto. La relectura masiva es volver a leer el texto justo después de la lectura inicial, varias veces seguidas. Por ejemplo, digamos que necesitas recordar un libro casi entero para conseguir tu objetivo. En este caso específico, la relectura masiva de un mismo texto es una técnica efectiva para este propósito tan específico.
3. Mnemotecnia
La palabra mnemotecnia significa algo relacionado a la memoria, algo que sirve para facilitar la memorización.
Siglas, frases divertidas, rimas y otros instrumentos pueden ser usados como códigos mnemotécnicos. Si conoces algún código mnemotécnico interesante, ¡compártelo con nosotros en los comentarios!
A pesar de que la mnemotecnia sea divertida, tiene una utilidad baja según el estudio científico que estamos comentando.
La mnemotecnia sólo es efectiva cuando las palabras clave son importantes y cuando el material estudiado incluye palabras clave fáciles de memorizar
Con la mnemotecnia, no se podrán aprender bien los temas o las asignaturas que no se adapten bien a la generación de palabras clave. Por lo tanto, tienes que usarla más en casos específicos y poco tiempo antes del examen.
4. Visualización
Los investigadores les pidieron a los estudiantes que se imaginasen figuras mientras leían textos. El único resultado positivo fue en relación a la memorización de frases. En cuanto a textos más largos, la técnica de visualización no fue efectiva.
La transformación de las imágenes mentales en dibujos en papel tampoco sirvió para aumentar el aprendizaje. Cuando la imagen estaba dibujada en papel, hacía que los estudiantes no tuviesen que imaginarse la figura. Es decir, dibujar acababa limitando la imaginación de los estudiantes.
Esto no invalida el uso de mapas mentales para estudiar, ya que los mapas no son sólo dibujos, sino la conexión de ideas y conceptos.
De cualquier forma, el resultado del estudio es que la visualización no es una técnica efectiva para los exámenes que requieran conocimientos provenientes de textos. Y antes de que venga alguien eufórico diciendo que solía hacer la visualización y los dibujos, y conseguía buenos resultados, debemos recordar siempre el coste de oportunidad. El tiempo que se gasta siguiendo una técnica de baja eficacia puede aprovecharse mejor con otras técnicas que te consigan resultados aún mayores.
5. Resúmenes
Resumir los puntos más importantes de un texto con las principales ideas siempre ha sido una técnica casi intuitiva de aprendizaje.
El estudio muestra que los resúmenes son útiles para los exámenes escritos, pero no tanto para los exámenes objetivos.
Aún así, la técnica de resumir sigue siendo más útil que subrayar y volver a leer los textos. Hacer resúmenes fichas y apuntes comprimidos de palabras clave puede ser una estrategia efectiva para estudiantes que ya tengan experiencia en sintetizar conocimientos.
Bien. Hasta aquí has visto técnicas de estudio muy populares y fáciles de hacer. Subrayar, releer, mnemotecnia, visualizar y hacer resúmenes no son las técnicas más eficientes de estudio, cuando los comparamos con las próximas técnicas que vamos aa prender. Las técnicas que vamos a ver ahora han sido clasificadas como utilidad moderada: interrogación elaborativa, autoexplicación y estudio intercalado.
6. Interrogación elaborativa
La técnica de interrogación elaborativa es aquella en la que tienes que crear explicaciones para la información que estás estudiando.
Por ejemplo, supongamos que estás estudiando nutrición y el texto dice que las proteínas son esenciales para construir masa muscular. En vez de sencillamente subrayarlo, resumirlo o memorizar esa información, tienes que preguntarte: ¿por qué?
Date cuenta de que este tipo de estudio requiere un esfuerzo mayor del cerebro, porque tienes que comprender las causas de esa determinada información, investigando sus orígenes. Esto puede estar en el material que estás estudiando, pero también puede ser que tengas que investigar en otros materiales.
7. Autoexplicación
La autoexplicación es una técnica útil para el aprendizaje de contenidos más abstractos. En la práctica, tienes que explicar el contenido con tus propias palabras, a ti mismo, sin consultar el material.
Esta es una técnica parecida a la famosa Ténica Feynman , un método de estudio que dice que enseñes el tema que estás estudiando de una forma tan sencilla que incluso un niño lo entendería.
De forma parecida, para aplicar la Técnica Feynman tienes que enseñarle el tema a un niño, real o imaginario, identificar tus errores en la explicación y, después, simplificarlo todavía más.
La autoexplicación es más efectiva si se utiliza durante el aprendizaje, y no después de estudiar.
8. Estudio intercalado
¿Es más efectivo estudiar centrado en un único tema? ¿O será mejor ir intercalando diferentes tipos de contenidos de una forma más aleatoria? Por ejemplo, ¿tienes que estudiar todo el contenido de una asignatura, y después ir a otro material de estudio? ¿O será mejor ir alternando?
Los científicos han concluido que la intercalación tiene más utilidad en aprendizajes que conlleven movimientos físicos y tareas cognitivas.
El principal beneficio de la intercalación no está tanto en el aprendizaje, sino en hacer que la persona pueda estar más tiempo estudiando, ya que alternar las asignaturas da una sensación de descanso o de que rompe la monotonía.
Por lo tanto, en caso de que sientas que estás perdiendo las ganas de estudiar por estar harto de la asignatura, prueba a cambiar de libros y temas. Si ves que esto renueva tus ánimos, entonces la técnica te será útil, ya que aumentará la cantidad de horas de estudio.
Enhorabuena por quedarte hasta aquí. Recuerda: esas técnicas que acabamos de ver son consideradas de utilidad moderada. La interrogación elaborativa, autoexplicación y estudi intercalado.
Ahora vamos a ver las dos técnicas que han sido clasificadas con una alta utilidad: el examen práctico y la práctica distribuida.
9. Examen práctico
Hacer exámenes prácticos sobre lo que estás estudiando es una de las mejores formas de aprendizaje. Hacer exámenes prácticos es hasta dos veces más eficiente que otras técnicas de estudio.
Nadie aprende a nadar leyendo un libro sobre cómo nadar. El examen práctico significa poner tus conocimientos a prueba, ya sea aplicando algo que hayas aprendido, o haciendo ejercicios.
Si el tema que estás estudiando tiene aplicación práctica, pruébalo. Siempre que estudies un contenido nuevo, pon a prueba lo que hayas aprendido.
Si es una asignatura más teórica, haz ejercicios. Después de estudiar algo de teoría, haz siempre ejercicios sobre ese tema. Pueden ser ejercicios del libro, de exámenes pasados o incluso creados por ti mismo en forma de flashcards. Lo que importa es que pongas en práctica lo que has estudiado.
Cuando estamos practicando, el cerebro necesita recuperar información, hacer asociaciones y probar hipótesis. Este tipo de esfuerzo, de estudio activo, es lo que realmente genera el aprendizaje a largo plazo.
10. Práctica distribuida
La práctica distribuida, también llamada repetición espaciada, es una técnica para distribuir tu estudio a lo largo del tiempo, en vez de concentrar todo el aprendizaje en un sólo momento. Es decir, es lo contrario a estudiar el día antes del examen.
El tiempo óptimo de distribución de las sesiones de estudio es del diez al veinte por ciento del periodo en el que tienes que recordar el contenido. Según esa cuenta, si quieres recordar algo durante un año, tienes que separar tu estudio sobre ese tema a por lo menos una vez al mes. Si lo quieres recordar durante una semana, tienes que estudiar una vez al día.
Hay aplicaciones para el estudio que hacen esos cálculos automáticamente, incluso teniendo en cuenta tu índice de acierto en preguntas y respuestas, uniendo las dos técnicas de estudio más eficientes: el examen práctico y la repetición espaciada. El más famoso de ellas es el Anki.
Estudiar es una cosa, aprender es otra. Cuanto más pasivo sea tu estudio, menores serán las posibilidades de aprender algo.
La próxima vez que vayas a estudiar, deja un poco de lado las técnicas menos eficientes como subrayar, releer y resumir, y prueba métodos más eficientes como la autoexplicación, el examen práctico y la repetición espaciada.
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