¡Hola! Seiiti Arata. Las cinco etapas del duelo (o cinco fases del dolor) describen los pasos para que superes alguna pérdida, duelo o tragedia. Estas cinco etapas son: 1) la negación, 2) la rabia, 3) la negociación, 4) la fase depresiva y, finalmente, 5) la aceptación. Cuando entiendas este modelo, podrás evitar un sufrimiento innecesario durante el duelo. Sin embargo, hay un error de interpretación de este modelo y algunas personas con buena intención pero mal informadas pueden darte consejos equivocados, diciéndote por ejemplo que tienes que expresar tu rabia porque solo así encontrarás la paz.
Ahora piensa un poco en tu vida. Localiza el evento negativo, traumático, la tragedia, pérdida o duelo que todavía está presente en tu vida. Primero vamos a entender cómo lidiar con ese evento negativo usando el modelo de las cinco etapas del duelo.
Durante el duelo, la negación es el rechazo simbólico a creer en lo que pasó. Cuando lo niegas, tienes la esperanza de que nunca haya pasado.
La negación es la primera de las cinco etapas del duelo. Esas cinco etapas corresponden al proceso mental por el que pasas cuando has sufrido alguna pérdida. Muchos psicólogos han colaborado para identificar este proceso, entre ellos la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross.
La negación sucede cuando te resulta difícil creer que esa persona querida no va a abrazarte nunca más. Has visto y constatado que esa persona se ha ido para siempre, pero a la vez sigues teniendo pensamientos de que eso no es real. Es como estar con el boli firmando los papeles del divorcio y a la vez pensando si no será todo un sueño.
La fase de negación te ayuda a procesar poco a poco lo que ha pasado. Tienes que acostumbrarte a la nueva normalidad en dosis graduales para sobrevivir a la pérdida. El mundo parece a la vez insignificante y amenazador. Nos preguntamos CÓMO podemos seguir adelante, SI debemos seguir adelante y POR QUÉ debemos seguir adelante. La negación nos ayuda a lidiar con la pérdida al hacer más lento el proceso de adaptación a una nueva realidad.
Y es el tiempo el que va a permitir que empieces a cuestionarte si realmente esto es el fin y puedes aceptar la respuesta de que ha terminado para siempre. En este proceso vas haciéndote más fuerte para poder lidiar con la realidad.
La segunda etapa del duelo es la rabia. Puedes enfadarte con los demás o contigo mismo. Mira y aprende. Utiliza la rabia como forma de levantarte.
Después de la negación, la segunda de las cinco etapas del duelo es la rabia.
La rabia va a surgir en algún momento. Puede ser que te enfades con la propia persona que se fue… que te enfades porque no se cuidó lo suficiente. O puede ser que te enfades contigo mismo por no haber hecho todo lo que podías para evitar lo que pasó, o para que durante vuestro tiempo juntos las cosas hubiesen sido diferentes. Puede que te enfades con los médicos, con los vecinos, con el gobierno, con cualquier persona que directa o indirectamente tuvo un papel o dejó de tener un papel en la situación.
También puede enfadarte oír consejos de quien nunca ha pasado por lo mismo por lo que tú estás pasando. Puedes gritar a esas personas, que es una manera de exteriorizar tu rabia… o puedes simplemente sonreír y darles las gracias, pero desear secretamente que también les pase algo igual de horrible, solo para que sientan en su carne lo mismo que estás sintiendo.
Tal vez te de vergüenza sentir rabia. O puede que tus mejores amigos acaben alejándose de ti por haberles ofendido en un ataque de rabia. Recuerda que en general nuestra sociedad considera que la rabia es un sentimiento malo, inadecuado. Pero si tus amigos no son capaces de tener empatía y entender tu rabia, el problema es suyo, no tuyo.
Examina tu rabia y aprende con ella. Reprimir la rabia es muy difícil y puede ser perjudicial para la salud. Por eso debes madurar, aprender, crecer al examinar tu rabia. ¿Qué es lo que te dice? ¿Qué fuerza puedes encontrar en tu rabia que pueda ayudar a levantarte?
Sé claro cuando analices las respuestas a esas preguntas. No confundas el deseo de que las cosas fuesen diferentes con el poder de cambiar las cosas. Cuando entiendes que tienes limitaciones, y que los demás también tienen limitaciones, te das cuenta de que no es culpa tuya. Y así disminuye tu rabia por la injusticia.
La negociación es la tercera etapa del duelo, que usa tu creatividad para imaginar otras posibilidades. Ese viaje mental te lleva a un lugar alejado del duelo.
La tercera etapa del duelo es la negociación. Como la negación y la rabia no han traído a la persona de vuelta, empezamos a pensar en lo que podríamos haber hecho para evitar que la pérdida hubiera tenido lugar.
La negociación a veces puede parecer una petición de intervención divina, en la que pedimos que la tragedia no ocurra y a cambio prometemos ser mejores personas. Nos decimos que si esa situación horrible no llega a ocurrir de verdad, sabremos apreciar y valorar más lo que tenemos. Abandonaremos nuestros vicios. Nos dedicaremos a causas altruistas.
Otra manera de negociar es en el mundo de la imaginación, en el que pensamos en la vida como en una película con diferentes finales posibles. Si no hubiese dicho tal cosa. Si no hubiera hecho tal otra. Y nos quedamos pensando lo que podríamos haber hecho diferente. En el fondo no creemos en esas historias, pero nos reconfortan momentáneamente, como si estuviéramos yendo a un lugar lejos del dolor.
La fase depresiva es la cuarta etapa del duelo. Parece que va a durar para siempre, sobre todo si no conseguimos encontrar una razón para seguir viviendo.
La cuarta etapa del duelo es la depresión y es una de las fases más difíciles. La depresión es cuando no vemos una razón para seguir adelante. Vemos algo bonito, pero nos da igual. Todo parece haber perdido el sentido. Tomas un postre rico hoy, pero piensas “¿y qué? Mañana ya no me acordaré de esto”. ¿Para que limpiar la casa si dentro de poco va a volver a estar sucia?
No confundas la fase depresiva por el duelo con la depresión clínica. En esta fase estamos hablando de una respuesta natural a una gran pérdida. Es normal venirse abajo después de una gran pérdida. Únicamente un profesional de la salud de tu confianza podrá prescribirte qué hacer en cada caso.
Por un lado, tenemos que entender que la tristeza es una reacción natural tras una pérdida… y basta con darle tiempo al tiempo. Por otro lado, no podemos dejar que una enfermedad perjudique nuestra calidad de vida y puede ser necesaria una intervención profesional con terapia.
La aceptación no significa que creas que todo está bien.
La quinta y última etapa del duelo es la aceptación. Hay un error recurrente en relación con la palabra aceptación. Dependiendo de lo que haya pasado, puede que nunca pienses que todo está bien. Cuando hablamos de aceptar, esa palabra se usa en el sentido de que aceptas la realidad. Puedes no aceptar la injusticia, pero tienes que enfrentarte a lo que pasó que no puede ser cambiado.
Aceptar no significa que apruebes la situación. Aceptar es darte cuenta de lo que has perdido y aprender a vivir los próximos pasos de la vida con esta nueva normalidad. Es encontrar la paz contigo mismo y con el mundo. Encontrar la aceptación es ser capaz de vivir tu vida y experimentar felicidad sin sentirte culpable por estar eliminando el recuerdo de quien ya no está en tu vida.
Las cinco etapas del dolor no son lineales. Cada persona es diferente y lidia con sus problemas de manera diferente.
Que existan estas fases del duelo no significa que tengas que pasar por cada una de ellas en orden secuencial para poder alcanzar la aceptación. No es un modelo que deba ser usado como receta para curar todos tus problemas.
Es un modelo que ayuda a que te comprendas mejor. En caso de que no hayas pasado, por ejemplo, por la fase de la rabia, no significa que la manera de superar la fase depresiva sea expulsando una supuesta rabia acumulada.
El duelo es real porque la pérdida es real. El dolor por la pérdida es tan fuerte como el amor que nos unía a quien ya no está en nuestra vida. El dolor de ahora es el otro lado de la misma moneda que representaba la alegría de antes.
Las fases del duelo son importantes para conseguir aceptar lo que no podemos cambiar.
Necesitas autoconocimiento y sabiduría para saber diferenciar lo que puede ser cambiado y lo que ya no puede ser diferente. Entender qué es lo que está en el pasado. Entender qué puede ser construido en el futuro.
Respetar el amor del pasado. Aceptar el dolor del presente. Encontrar nueva esperanza y propósito en el futuro.
Hay algunas críticas al modelo de las cinco fases del dolor por falta de evidencia empírica. La psicología positiva ha utilizado el método científico para encontrar prácticas que están más comprobadas para que te sientas bien, y te invito a visitar este link para seguir hablando.