Lo único, de Gary Keller

Sé que tienes un millón de cosas que hacer. Necesitas cuidar de tu salud y buena alimentación. Necesitas aprender habilidades útiles, alimentar tus buenas relaciones, concluir tus proyectos. Pero en este exacto momento, existe una única cosa que necesitas y puedes hacer.

Y, para ayudarte a descubrir qué es lo único importante en tu vida ahora mismo, vamos a hacer un resumen del libro Lo único, de Gary Keller, que demuestra cómo la concentración puede traerte resultados extraordinarios a tu vida.

Cuántas más cosas haces, peor las haces.

Mucha gente cree que puede hacer muchas cosas al mismo tiempo. Hasta presumen de conseguir equilibrar muchas actividades, creyendo que todo tiene la misma importancia.

Son personas que intentan ganar dinero como un inversor profesional, tener el cuerpo de un atleta olímpico, cocinar como un chef profesional, meditar como un monje y, al mismo tiempo, divertirse y viajar por el mundo como un nómada digital. Ahora imagina intentar hacer todo esto y seguir trabajando todos los días para llegar a fin de mes y cuidar de la familia.

Cuando todos nuestros compromisos parecen ser importantes y urgentes, tenemos un problema. La idea de que todo tiene la misma importancia y, por tanto, de que debemos hacer muchas cosas al mismo tiempo es una de las mentiras que más afectan a tu capacidad de concentración. Pero no es la única.

Existe el mito de que debemos colocar un poco de nuestro tiempo y atención en cada cosa. De esta forma daríamos pequeños pasos en varias direcciones y conseguiríamos equilibrar todo al mismo tiempo.

Esa idea es equivocada. No es eficiente intentar avanzar despacio al mismo tiempo en múltiples direcciones.

Tienes que avanzar lo suficiente en una única cosa y sólo después partir hacia el próximo destino.

Por ejemplo, imagina que quieres abrir una empresa y también te gustaría hablar alemán. Es mejor concentrarte primero en un negocio lucrativo y bien administrado. Y después de conseguir ese gran objetivo de hacer que tu empresa dé lucro, ya puedes ir tras tu próximo gran objetivo de aprender a hablar alemán con fluidez.

Es mejor buscar grandes resultados, uno a uno… que dividir tu concentración y hacerlo todo al mismo tiempo, aceptando los resultados mediocres de tener una empresa mal administrada que aún da pérdidas y hablar alemán básico y con muchos errores.

Cuando estableces tu gran objetivo y vas tras él, vas perfeccionándote a lo largo del camino. Tu pensamiento, tus habilidades, tus relaciones y tu noción de lo que es posible, también crecen durante la jornada rumbo al gran objetivo.

Por otro lado, los objetivos pequeños no requieren acciones extraordinarias, por eso no llevan a resultados extraordinarios. Es fácil abrir una empresa que no vende nada. Es fácil entrar en una aplicación gratis para aprender alemán, y aprender una docena de palabras y decirlo todo mal. Es fácil dividir la concentración y aceptar resultados mediocres con la ilusión de estar siendo equilibrado.

Incluso en una vida equilibrada, tendrás que ignorar varias áreas importantes de la vida.

En vez de tenerle miedo a lo grande, deberías temer a lo mediocre. La mediocridad es un desperdicio de vida, ya que no buscas alcanzar tu máximo potencial.

En otras palabras, la idea de una vida equilibrada y optimizada es algo imposible de ser alcanzado en la práctica. Por más que te esfuerces en hacer un poco de varias cosas de forma equilibrada, siempre habrá aspectos de tu vida que estarán incompletos.

Volviendo al ejemplo, aunque repartas bien tu tiempo para administrar la empresa y aprender alemán, probablemente notes que te ha faltado tiempo para dedicárselo a tus amigos, a tu familia, para alimentarte bien, para practicar un hobby, para aprender a hablar mandarín o para hacer ejercicio. Este ejemplo demuestra que es imposible hacer un poco de todo. Necesitas tomar decisiones.

Haz lo que sea realmente importante y acepta que habrá otras áreas de tu vida que estarán incompletas. Aceptar que algunas cosas estarán incompletas es el precio a pagar para alcanzar grandes resultados. Eso es «concentrarte en una única cosa».

El problema de depender de una disciplina perfecta es que la perfección no existe.

Existe el mito de que, si tienes una vida con una disciplina perfecta, consigues hacer más y mejor. El problema es que una disciplina perfecta es simplemente imposible. Tendrías que comportarte como un robot que sigue fielmente la programación original, manteniendo rutinas matinales y nocturnas perfectas, alimentándote correctamente el cien por ciento del tiempo y actuando siempre en base a la razón y no a la emoción. Y, por supuesto, nadie en el mundo tiene una disciplina perfecta, por tanto buscar algo imposible sólo va a frustrarte.

No necesitas hacerlo todo perfectamente. Solamente necesitas hacer una cosa bien. Cuando estás avanzando en la realización de una cosa correctamente, la cosa más importante, puedes liberarte de la expectativa surrealista de que tienes que tener una disciplina perfecta en todo.

Cuando ves una persona aparentemente disciplinada, lo que estás viendo en realidad es una persona que construye unos hábitos útiles para su propia vida. Probablemente concentra su energía en construir un buen hábito, concentrándose en aquello hasta que la actividad entra en piloto automático.

De esta forma, el truco para tener éxito es escoger el hábito correcto y concentrarte en él hasta que el hábito se establezca en tu vida. Pero eso sólo funciona si te dedicas cada vez a un solo hábito. Dejar a un lado algunas cosas por un tiempo es el precio que tienes que pagar para tener resultados extraordinarios a largo plazo.

Otro mito es el de que, si tienes fuerza de voluntad, vas a conseguir hacer más cosas aunque la disciplina te falle. Ese es un mito sobre el cual ya hablamos en el episodio 131 de la serie ¡Hola! Seiiti Arata.

En resumen: tu fuerza de voluntad es un recurso extremadamente limitado, que se gasta conforme lo usas, como si fuera la batería de tu móvil. La fuerza de voluntad no está siempre a disposición por lo que no debes crear una estrategia que depende de la fuerza de voluntad.

El camino para la productividad es la simplicidad.

Piensa en algo que hayas hecho bien en tu vida. Puede ser una actividad en el colegio, un deporte o algún trabajo profesional. Cuando obtuviste ese éxito, ¿estabas concentrado en aquella actividad o tu atención estaba en otras cosas?

Si te fijas bien, es probable que siempre que hayas conseguido un gran éxito en una área, tu concentración estaba sólo en una cosa. Y al contrario también: siempre que obtuviste resultados intermedios, probablemente tu atención estaba dividida entre varias preocupaciones. 

Cuanto más claro seas al buscar un objetivo, mejor. Ya debes haber oído hablar sobre el Principio de Pareto, que dice que el ochenta por ciento o más de tus resultados vienen del veinte por ciento o menos de tus acciones. Pero ¿te tomas en serio este principio de ser sencillo en tu día a día?

Ser claro significa ignorar todas las cosas que podrías hacer… Para preocuparte simplemente por aquello que debes hacer. Significa reconocer que no todo tiene la misma importancia e identificar con claridad las cosas que son más importantes. En resumen, significa comprender que los resultados extraordinarios están directamente determinados por tu capacidad de concentrarte en una única cosa.

Tu cantidad de tiempo y de fuerza es limitada y, por eso, debes ser selectivo y estratégico.

Todos tenemos la manía de querer hacer muchas cosas al mismo tiempo. Queremos que nos vaya bien en el trabajo, pero sin dejar la salud de lado. Queremos cuidar de nuestra salud, pero también divertirnos. Queremos diversión, pero sin perjudicar nuestras finanzas. Y así intentamos hacerlo todo al mismo tiempo y acabamos no haciendo nada correctamente.

El primer paso, por tanto, es tener claro que tienes una cantidad limitada de tiempo y de energía. Cuando repartes esa energía en diversas actividades, acabas distrayendote demasiado.

Parece contradictorio, pero no lo es. Necesitas pensar en tus objetivos como una serie de piezas de dominó alineadas. Cuando concentras tu energía en derribar la primera pieza, las demás irán cayendo en secuencia con más facilidad, aprovechando la energía de la pieza anterior. Tu éxito debe ser construido secuencialmente, pieza por pieza.

No confundas listas con estrategias. Si no tienes una estrategia, tu lista de tareas solamente sirve para mantenerte ocupado. Consigues sobrevivir un día tras otro sintiendo que estás siempre trabajando, pero es necesario que construyas una estrategia, de modo que cada tarea concluida te ayude a concluir las próximas tareas.

Para tu estrategia, en vez de pensar en una lista de tareas, piensa en una lista de éxitos. Una lista de tareas se convierte en una lista de éxitos cuando aplicas el Principio de Pareto, concentrándote en pocas tareas que representan la mayor parte de los buenos resultados que puedes obtener.

Lamentablemente, la metáfora de los dominós no se adapta perfectamente a la vida real. El mayor desafío es que, en la vida real, las cosas casi nunca se nos alinean, casi nunca nos muestran por dónde comenzar, dónde colocar primero nuestra energía. ¿Cómo hacemos esto? Utilizando la Pregunta de Enfoque.

La Pregunta de Enfoque es la mejor y más rápida manera de tener un mayor enfoque inmediatamente.

Saber cómo definir tu enfoque es clave para obtener resultados extraordinarios en poco tiempo. El problema es que definir en qué tarea concentrarte nunca fue una actividad fácil.

La Pregunta de Enfoque es una pregunta poderosa que es capaz de ayudarte a definir tu enfoque con gran precisión. Esa pregunta es capaz de traer, al mismo tiempo, cuestiones a largo plazo y, también, cuestiones prácticas sobre en qué tarea deberás concentrarte a continuación.

Presta atención y apunta esta pregunta en un lugar visible, porque puede revolucionar tu sistema de productividad personal. La Pregunta de Enfoque es la siguiente:

«¿Cuál es la ÚNICA cosa que puedo hacer para que, al hacerla, lo demás me resulte más fácil o se vuelva innecesario?»

¿Cuál es esa única cosa que puedes hacer para que, al hacerla, todo lo demás en tu lista de tareas se vuelva más fácil o hasta innecesario?

Al responder esta pregunta, tienes el objetivo de alcanzar claridad en lo que debes hacer. Concentra tu energía, tu tiempo y tus recursos exclusivamente en eso. Hasta que no hagas esa única cosa, el resto es una distracción.

Piensa que, cuando respondes esta pregunta, estás viendo tus objetivos a largo plazo y, al mismo tiempo, aquello que debes hacer ahora mismo para entrar en el camino correcto y no desperdiciar tiempo y energía en actividades irrelevantes.

La Pregunta de Enfoque es interesante porque demuestra cuán grandiosa puede ser tu vida y, al mismo tiempo, cuán simple necesitas ser para alcanzar esa grandiosidad. Piensa en ella como un mapa o una brújula que va a llevarte donde quieras llegar por el camino más fácil posible.

Difícilmente vas a conseguir resultados extraordinarios en tu vida si te comportas de forma aleatoria. No puedes decidir qué tarea de tu lista vas a hacer dependiendo de tu fuerza de voluntad o interés en un momento determinado. Quien actúa así se acaba pasando la vida entera saltando de rama en rama, colocando la energía y el tiempo de aquí para allá, sin conseguir realizar grandes proezas.

Los resultados extraordinarios raramente son obra del azar. Para conseguir este tipo de resultados, necesitas tomar las decisiones correctas y colocar tu tiempo y energía en aquello que has elegido. La Pregunta de Enfoque te permite decidir mejor sobre lo que debes hacer en este momento.

Tu dificultad para concentrarte en una única cosa proviene del miedo a no poder dejar de lado algunas áreas de forma temporal.

Quizá lo que estás pensando ahora es que no puedes concentrar toda tu energía, tiempo y recursos en una única cosa. No puedes dedicarte exclusivamente al trabajo y dejar tu familia de lado. No puedes dedicarte exclusivamente a tu salud y dejar tus finanzas de lado.

Este pensamiento de que no puedes concentrarte en una única cosa hace que cometas el error de dividir tu tiempo y esfuerzos en varias tareas al mismo tiempo, con la esperanza de llegar a una vida equilibrada.

Si ese es tu caso, entonces te pregunto: ¿eso te ha funcionado? ¿Estás avanzando en todas esas áreas al mismo tiempo, con resultados extraordinarios? ¿O simplemente consigues conquistas mediocres, con una carrera de nivel intermedio, una salud más o menos buena, finanzas mediocres y un ambiente familiar con una rutina aburrida?

Si no estás satisfecho con los resultados dedicándote simultáneamente a múltiples objetivos, intenta la estrategia de una única cosa. De esta forma, no vas a actuar en todas las áreas al mismo tiempo, pero tampoco vas a dejar ninguna atrás por mucho tiempo.

ENFOQUE - Seiiti Arata, Arata Academy

Aunque tengas el enfoque en una única cosa, las demás áreas de tu vida no se van a quedar atrás  por mucho tiempo.

El primer paso es identificar en qué vas a concentrar tus esfuerzos. ¿Cuál es esa ÚNICA cosa que puedes hacer ahora para que todo lo demás se vuelva más fácil o innecesario?

La respuesta depende de tu situación de vida actual. Si tienes una enfermedad con una crisis aguda, todos tus esfuerzos tienen que ser dirigidos a tu salud. Si tienes deudas que crecen exponencialmente, necesitas centrarte en tus finanzas. Si tienes graves problemas familiares, necesitas concentrarte en tu familia. 

Aunque tengas  todos esos problemas al mismo tiempo, es necesario escoger sólo uno en el que centrarte. Por más extraño que pueda parecer, tienes  que dejar las demás áreas de lado por un tiempo.

Si haces esto, ¿que va a ocurrir? Cuando pongas toda tu energía, tiempo y recursos en una única cosa, es bastante probable que obtengas resultados extraordinarios. Cuando esto ocurra, construye un sistema para que el resultado se convierta en un hábito en tu vida.

Por ejemplo, digamos que has pillado un virus altamente contagioso. Concentra todos tus esfuerzos en no contagiara otras personas y en curarte, dejando de lado por un tiempo tu trabajo, tu familia y hasta tus finanzas. No abandonas nada de esto, tan sólo haces lo básico, mientras centras tu atención en el área de la salud.

Con enfoque total, tu salud va a mejorar mucho más rápidamente. Cuando esto ocurra, crea un sistema para que las actividades que haces se conviertan en un hábito. Los hábitos consumen mucha menos energía, tiempo y recursos cuando se han formado.

Ahora, con el problema de salud resuelto, consigues el ánimo suficiente para atacar un segundo problema. En ese momento, debes preguntarte nuevamente: ¿Cuál es la ÚNICA cosa que puedo hacer para que, al hacerla, lo demás me resulte más fácil o se vuelva innecesario?

Después te concentras en tu carrera, en tu familia, en tus finanzas, o en lo que sea. Te concentras totalmente en eso, obtienes resultados extraordinarios y partes hacia el próximo objetivo. 

Y así, como en un efecto dominó, cada éxito te hace tomar impulso para el próximo, y vas construyendo una vida extraordinaria en varias áreas de tu vida aunque tengas que dejar algunas de lado momentáneamente.

Alinea tus prioridades a diario repitiendo la Pregunta de Enfoque de vez en cuando. 

La Pregunta de Enfoque abarca lo que hay en tu vida y también cuál es el enfoque en tu próxima tarea a realizar. De esta forma, puedes encontrar la dirección y actitud correcta que necesitan tu atención.

Claro que, debes tener un plan de vida que te dé una dirección a largo plazo, que te guíe a dónde quieres llegar. Pero es difícil hacer planes a largo plazo, ya que ocurren imprevistos.

Por eso, lo ideal es comenzar cada día preguntándose: ¿Cuál es la ÚNICA cosa que puedo hacer para que, al hacerla, lo demás me resulte más fácil o se vuelva innecesario?

Lo ideal es que la respuesta de hoy sea semejante a la del día anterior. Si un día te concentras en tu salud, otro día en tu carrera y otro día tu familia, en realidad no estás concentrándote en nada.

Alinear tus prioridades no significa cambiar de prioridades cada día, sino ajustar tu actuación ante a un cambio de contexto.

Repetir la Pregunta de Enfoque diariamente también te ayuda a transformar grandes objetivos en pequeñas tareas. 

Por ejemplo, si andas preguntándote «¿Qué puedo hacer para doblar las ventas en seis meses?”, lo mejor es transformarlo en una pregunta de enfoque. ¿Cuál es la ÚNICA cosa que puedo hacer HOY para doblar las ventas en seis meses de modo que, al hacerlo, todo lo demás resulte más fácil o se vuelva innecesario?

Esa pregunta va a llevarte al núcleo de la tarea, a lo más importante. Hasta que no realices esta tarea de hoy, todo lo demás es una distracción.

Nadie consigue alcanzar grandes resultados solo. Siempre es posible aprender de los demás.

Lo primero que debes hacer es preguntarte: «¿Alguien ha intentado o conseguido hacer esto o algo parecido?». La respuesta casi siempre es sí. Entonces, tu investigación empieza descubriendo lo que otros ya han intentado, lo que otras personas ya han hecho.

No hace falta necesariamente tener contacto directo con la persona que haya alcanzado ese resultado. Puedes encontrar lecciones documentales de forma objetiva en libros y trabajos publicados. Esta información te será útil para adoptar los procedimientos que llevan a esos mismos resultados.

El segundo paso es entender cómo la solución de aquella persona puede aplicarse a tu vida, con las condiciones y recursos que tienes actualmente. Eso te dará una respuesta original, por lo que vas a tener que reinventarte de alguna forma para llevar a cabo esa solución.

Tu enfoque debe reunir intención, prioridad y productividad en un bloque de tiempo.

En el modelo de psicología positiva de Martin Seligman, existen cinco factores que contribuyen a la felicidad: la emoción positiva y el placer, los logros, las relaciones, el compromiso y el significado. De todos ellos, el compromiso y el significado son los más importantes.

Si consigues volverte más comprometido con lo que estás haciendo, encontrando maneras de traer sentido a tu vida, vas a encontrar también una felicidad duradera. Esa felicidad proviene del hecho de estar diariamente realizando acciones dirigidas a un propósito mayor.

Por este motivo, tu enfoque debe reunir siempre intención, prioridad y productividad. La intención de conquistar grandes objetivos, de uno en uno. La prioridad de siempre concentrar tu energía, tu tiempo y tus recursos en una única cosa que puedes hacer para convertir todo lo demás en innecesario. Y la productividad para olvidar todo lo demás y concentrarte exclusivamente en aquella prioridad, reservando bloques de tiempo para cada tarea.

Imagina que, a partir de hoy, tuvieras la habilidad de concentrarte como un rayo láser en una única cosa. Ese rayo láser estaría concentrado en un único obstáculo, en una única barrera que separa lo que eres hoy de aquello que realmente deseas ser.

Ahora imagina que tienes la habilidad de destruir, una a una, cada una de esas barreras, sabiendo exactamente lo que hacer a continuación, siempre actuando con intención, prioridad y productividad.

¿Cómo sería tu carrera si consiguieses actuar de esta forma? ¿Cómo sería tu salud, tus finanzas o tu ambiente familiar?

La buena noticia es que tienes ese superpoder. Todo lo que necesitas hacer es identificarlo. ¿Cuál es la única cosa que puedes hacer para que, al hacerla, lo demás resulte más fácil o se vuelva innecesario? 

Si tienes interés en dominar el arte de la concentración en una única cosa, te invito a conocer nuestro curso ENFOQUE, accediendo a este link.