¡Productividad Arata! Estas pensando “¡Nuevo Año, Nueva Vida!” – ¿Es realmente lo que sólo quieres y puedes cambiar los resultados que vas a cosechar este año?
Basado en años anteriores, posiblemente recuerdes cuán difícil es cambiar nuestro comportamiento, inclusive si tenemos una gran voluntad.
¿Por qué será que ciertos viejos hábitos son difíciles de cambiar? ¿Por qué nos resistimos a cambiar? Y aquí viene una pregunta aún más interesante: ¿De dónde viene la ansiedad que nos paraliza y nos da paso a encontrar formas fáciles de tomar un descanso?
Todo comienza desde nuestra infancia. Cuando eras un niño, aproximadamente a la edad de siete años, ya estabas interactuando con los adultos y otros niños alrededor de ti con una serie de comportamientos aprendidos.
Como somos seres sociales, es muy importante capturar los signos del grupo social que nos rodea y conformarnos según las reglas del grupo para ser aceptado. Nuestra mente realiza una representación de la realidad, una interpretación de los hechos. Creamos reglas y creencias en nuestra cabeza.
1. Las primeras creencias están fuertemente influenciadas por el medio ambiente
Hay adultos que todavía viven de acuerdo a las creencias desarrolladas en la infancia, los cuales repiten el mismo programa de preferencias, miedos, nocividad y vicios como un niño de siete años.
Cuando somos niños, el entorno que nos rodea tiene una fuerte influencia ya que, todavía no tenemos sentido crítico. Tenemos una gran necesidad de aprobación y conexión y por lo tanto somos muy susceptibles a la influencia de aquellos a quienes admiramos.
Por ejemplo, es muy común en la adolescencia que los jóvenes comiencen a fumar al admirar a algún otro adolescente, por lo general unos pocos años mayor, que admiran.
En la infancia e incluso en la adolescencia todavía no tenemos la experiencia de vida necesaria para tomar decisiones conscientes. Es por eso que incluso la ley trae diferentes tipos de excepciones a la responsabilidad de nuestras acciones.
2. ¿Sera el momento de revisar tus creencias?
En la infancia, decimos que queremos ser tal persona, pensamos que no nos gusta esto o aquello, pero muchas de estas opiniones no son realmente el resultado de una convicción independiente o lúcida.
Estas son las condiciones que han caído en nuestras cabezas por la influencia de aquellos que formaban parte de nuestro entorno, de los medios que acompañamos. Y si no nos damos cuenta de este proceso, es muy posible que aún hoy, en la edad adulta, muchas de estas programaciones todavía permanezcan firmes en nuestras cabezas, intactas.
3. Las creencias en conflicto son una fuente de ansiedad
La ansiedad es uno de los grandes males de nuestro siglo. Hay varias fuentes de ansiedad y una de ellas es el conflicto entre las diferentes creencias internas.
Si por un lado tengo un gran deseo de prosperar financieramente, pero por otro lado sigo llevando una creencia de infancia de que el dinero está asociado con la codicia, la malicia, la explotación y la inmoralidad, tendré un conflicto que me perturbará.
Si quiero tener libertad sexual para relacionarme con más de una persona sin compromiso y al mismo tiempo condenar este tipo de comportamiento que estoy realizando, también tendré un conflicto.
En todos los momentos de caso habrá una discordancia que causará ansiedad. Y luego necesitaré una fuga, una válvula de escape.
4. El entretenimiento vacío es un escape del conflicto
Una manera fácil y rápida de lidiar temporalmente con las creencias en conflicto es embarcarte en el entretenimiento superficial es jugando videojuegos que ofrecen una experiencia de inmersión y nos hace olvidar la realidad, abriendo las redes sociales y quedarnos unas cuantas horas jugando en el teléfono celular o la computadora.
¿Por qué hay tal necesidad de escapar? Es para aliviar la ansiedad, para que pases el tiempo sin tener que enfrentarte a los conflictos que nos están dando una señal. Es hora de revisar nuestras creencias.
Si deseas lidiar mejor con esta ansiedad, entonces es importante que tomes el tiempo para hacer una evaluación seria de tu vida, tus comportamientos y tus creencias.
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