¿Por qué no te permites ser feliz?

¡Hola! Seiiti Arata. Una de cada tres personas vive sintiéndose infeliz, estresada, preocupada e incluso con rabia. La cantidad de personas que reporta nerviosismo, ansiedad, tristeza y preocupación es cada vez mayor. ¿Eres una de las personas que tiene problemas para ser feliz?

En algunos casos, se da incluso un sentimiento de culpa por ser feliz. Por sentir que la felicidad no es apropiada, no nos autorizamos a sentir felicidad. Y acabamos saboteándonos, actuando para acabar con esa felicidad que nos incomoda.

¿Por qué ocurre eso? ¿Por qué tantas veces actuamos contra nuestra propia felicidad?

Sentir felicidad puede dar origen al miedo de que las cosas empeoren.

Puede parecer extraño, pero algunas personas tienen miedo a ser felices. El miedo a sentir felicidad se da por creer que la felicidad no va a durar. Es como si la sensación de felicidad disparase un gatillo que nos recuerda que puede pasar algo no deseado en cualquier momento.

Piensa en el siguiente ejemplo. Por fin tienes algo bueno en la vida, un trabajo que te gusta, una bonita familia, o un objeto que finalmente has podido comprar. Te sientes feliz, pero tienes miedo a decir en voz alta que eres feliz.

Existe el miedo a que ocurra algo no deseado después de admitir tu felicidad. Puede que te despidan, que haya alguna discusión en la familia o que ese objeto que has comprado se rompa o lo roben. Algunas personas incluso creen que, si dicen que son felices, van a atraer mala energía de personas que quieren acabar con esa felicidad.

No autorizamos nuestra propia felicidad cuando tenemos miedo a que las cosas empeoren. Este miedo perjudica tu capacidad de aprovechar plenamente las cosas buenas que están pasando en tu vida. Pero no te pasa nada malo. Esa sensación es común e incluso tiene un nombre: falacia de la regresión, que es la tendencia a no darnos cuenta de que algunos eventos son aleatorios y siguen probabilidades estadísticas.

En la falacia de la regresión, creemos que los cumplidos y las celebraciones empeoran el futuro. También creemos que quejarnos y criticar es algo que mejora el futuro.

Las variaciones tienden a volver a la media. Repito: las variaciones tienden a volver a la media. Ahora lo vas a entender con un ejemplo que enseña Daniel Kahneman, usando el parámetro de aterrizajes de aviones.

Los instructores de vuelo solían hacerles cumplidos a los pilotos que hacían un aterrizaje perfecto… y criticar a los pilotos que hacían un aterrizaje malo o peor que perfecto. Pero entonces, los instructores vieron un patrón: después de recibir un cumplido, el próximo aterrizaje del piloto, era peor. Y también pasaba lo contrario: el piloto al que le acababan de regañar y criticar, normalmente mejoraba y ¡hacía un aterrizaje mucho mejor al próximo intento!

¿Qué harías con esta información? El cerebro humano sufre el sesgo cognitivo, dificultad a atribuir relaciones de causa y efecto instintivamente. Si piensas igual que los instructores de vuelo, la concusión sería que no puedes hacer cumplidos. El cumplido parece que relaja al piloto, se vuelve demasiado seguro, se distrae y tiene un peor rendimiento. También sería muy estricto, ya que los pilotos solo serían buenos si se llevan una buena bronca.

Pero esta es una forma errónea de pensar, que no tiene en cuenta la estadística de probabilidades y encaja en la falacia de la regresión. Siempre que estés lidiando con pilotos igual de cualificados, estadísticamente, a veces lo harán un poco mejor y, otras, un poco peor, independientemente de tus críticas o cumplidos.

Esta es la regresión a la media. Si el piloto acaba de hacer un aterrizaje perfecto, es probable que el próximo tenga imperfecciones. Y si el piloto ha hecho un mal aterrizaje, es muy probable que el próximo sea mejor.

Felicidad - Seiiti Arata, Arata Academy

Un evento excepcional normalmente es seguido por un evento normal. La variación tiende a volver a la media.

Para que se entienda muy bien, te voy a dar otro ejemplo. Imagina que te llevo a una heladería que tiene cientos de sabores. Te pido que cierres los ojos y pruebes cualquier sabor elegido al azar. Si dices que es el mejor sabor de helado que has probado en tu vida, la probabilidad estadística es que el próximo sabor te guste menos.

Estos ejemplos del rendimiento del piloto y del sabor del helado nos ayudan a entender lo que queremos decir con que “la variación tiende a volver a la media”. Cuando estás extremadamente feliz, es normal que el próximo cambio en tu vida te haga menos feliz. Si realmente estabas viviendo en el extremo de la felicidad y algo cambia, es difícil que cambie para que sea más extremo aún.

El error de interpretación, la falacia, es que empieces a creer que tu vida está peor POR EL HECHO de haber sentido felicidad. Este es el motivo que hace que algunas personas crean que es mala suerte disfrutar plenamente esos momentos de gran felicidad.

El Síndrome del Impostor no nos deja ser felices.

Otro motivo que explica que no nos permitimos ser felices es cuando sentimos que somos un fraude.

El Síndrome del impostor es el fenómeno psicológico que afecta a algunas personas que creen que no son suficientemente buenas para explorar una habilidad o conocimiento. Cuanto más avanzas en el conocimiento en un área determinada, más eres consciente de todo lo que todavía no dominas en ese área. 

Y cuando tienes interés en algún tema, empiezas a ver trabajos de personas que admiras y que tienen una maestría superior a la tuya.

Esto puede hacer que tengas una sensación de impotencia que reduzca la felicidad en tu área de actuación. 

Para ser feliz y superar el Síndrome del Impostor, es necesario tener la humildad de recordar que siempre habrá mucho que aprender y mejorar. Y también vamos a evitar la comparación excesiva con otras personas.

Felicidad - Seiiti Arata, Arata Academy

Buscamos la felicidad en el sitio equivocado.

Te voy a hacer una pregunta. ¿Qué quieres en la vida? Quizá me digas que quieres un trabajo con un mejor sueldo, una relación sentimental, quieres comprarte una casa, un coche, un teléfono nuevo o cualquier otro objeto, quieres viajar.

Pero si te pregunto otra vez por qué lo quieres, ¿cuál sería la respuesta? ¿Por qué quieres esas cosas? Probablemente la respuesta sea que, al fin de cuentas, quieres ser feliz.

El problema es que la felicidad no es una materia que se enseñe en la escuela, por lo menos no en la escuela primaria. La felicidad es un tema que hoy en día se da en cursos de postgrado, dentro del campo de la Psicología Positiva, y es un área de investigación bastante nuevo.

Como nunca hemos hecho una formación sobre cómo alcanzar la felicidad, buscamos la felicidad en sitios equivocados: en el trabajo, en las relaciones, en bienes materiales. Y el problema de buscar en el sitio equivocado es que no vamos a encontrar la felicidad, y podemos frustrarnos.

Por eso mucha gente dice que “el dinero no trae la felicidad”. ¡Claro! El dinero en sí es inútil, son hojas de papel. Lo que importa es lo que haces con el dinero. Por lo tanto, el dinero es sólo un medio, no es el fin.

El medio no tiene un valor intrínseco. El valor está en lo que obtienes usando el medio.

Si participas en algún programa de fidelidad, sabrás que los puntos o millas que vas coleccionando son inútiles hasta que los intercambias por alguna recompensa.

Entonces, si te estás esforzando mucho para coleccionar puntos, pero no los estas intercambiando por algo concreto, tu nivel de satisfacción será bajo. Además, esto es lo que ocurre con la mayor parte de los programas de fidelidad. Estoy seguro de que tienes varios puntos en varios programas, pero que no sirven de nada. Es algo que incluso provoca INfelicidad, cuando los puntos caducan… o cuando tienes que acordarte del número de miembro o los detalles para iniciar sesión y consultar el saldo de puntos. Es algo que aburre a mucha gente.

Es parecido a esforzarse mucho para ahorrar mucho dinero y no saber utilizar ese dinero con sabiduría. A diferencia de los puntos de fidelidad, el dinero tiene el potencial de intercambio inmediato. Pero si tu foco de atención está sólo en acumular el medio (dinero), puedes acabar ignorando cuál es la finalidad que realmente buscas

Como no podemos ver o tocar la felicidad, tendemos a centrarnos en el medio. Por eso buscamos la felicidad en el dinero, en el coche, en el objeto. La felicidad es un sentimiento abstracto. El coche nuevo es un objeto concreto.

Y así, buscamos la felicidad en el lugar equivocado. Valoramos el medio (el dinero, el objeto de consumo) creyendo que ese medio será una fuente de valor o de felicidad. Sin embargo, el cerebro no funciona así. El cerebro se acostumbra rápidamente y luego queremos más y más. Sólo tienes que pensar: ¿durante cuánto tiempo fuiste feliz al comprarte algo nuevo? ¿Cuánto tiempo tardaste en acostumbrarte y volver a tu nivel anterior de felicidad?

Las personas que se concentran en el medio corren el riesgo de trabajar demasiado. No sacrifiques áreas importantes de tu vida que podrían aportarte algo de felicidad ahora. Està comprobado que, para una persona que ya tiene sus necesidades básicas cubiertas, más dinero no significa más felicidad

Por eso, lo mejor que puedes hacer es no condicionar tu felicidad al dinero, al trabajo o a los bienes materiales. Céntrate en cultivar relaciones humanas, hábitos saludables, hobbies que te gusten. Es decir, en vez de buscar el medio, vé directo al grano, recordando la frase que dice que no existe un camino hacia la felicidad. La felicidad es el camino.

Si estás aquí, usando internet y teniendo tiempo para ver un vídeo sobre desarrollo personal, supongo que tendrás tus necesidades básicas de salud, educación, vivienda y alimentación cubiertas. Entonces, ¿por qué no te permites ser feliz? ¿Es por el miedo a que las cosas empeoren después, por el Síndrome del Impostor, o por estar buscando la felicidad en el lugar equivocado?

Valorar demasiado los medios y olvidar la finalidad significa sacrificar tu propio bienestar para conseguir otras metas, otros medios que crees que pueden hacerte feliz. No caigas en este error. Existen formas mucho más eficaces de aumentar tus niveles de felicidad.

Con la psicología positiva, puedes empezar ahora mismo a permitirse ser feliz. Para ello, te invito a ver las clases del curso Felicidad accediendo a este link.