¡Hola! Seiiti Arata. Quantified Self te ayuda a usar la tecnología para recopilar datos sobre ti mismo y, de esta forma, tomar mejores decisiones. Probablemente ya has intentado alcanzar alguna meta que era un poco abstracta y has tenido dificultades. Quizá ya te hayas dicho a ti mismo que quieres ser más saludable, tener más éxito profesionalmente o, incluso, tener más motivación.
El problema con este tipo de metas es que son muy frágiles, imprecisas, difíciles de medir. Y esto hace que la meta sea más difícil de alcanzar. ¿Cómo sabes si eres saludable o no? ¿Cómo defines si has tenido éxito en tu carrera? ¿Qué significa ser una persona con más motivación?
Una de las formas de resolver este problema es usar el conocido método SMART para convertir tus metas y hacerlas más específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo definido.
Eso está muy bien, pero puedes ir más allá. Si estás teniendo dificultades para cumplir cualquier meta, una técnica para avanzar en este objetivo es transformar todo en números y usar las matemáticas para medir tu progreso.
Los números pueden ser el camino para transformar sueños abstractos en realidad concreta.
Seguro que has escuchado que para cumplir una meta es mejor que sea más objetiva. Por ejemplo, en vez de definir que quieres adelgazar, determina perder nueve kilos en los próximos tres meses usando una dieta flexible y practicando natación dos veces a la semana.
Sin embargo, muchas veces determinar números solo para el objetivo final, no es suficiente. De la misma forma que transformas tu objetivo final en algo medible, puedes ir más allá y transformar todo tu camino en números.
Los números son una excelente herramienta para alcanzar metas porque no es posible distorsionar las matemáticas. Decir que has alcanzado el éxito financiero es algo muy subjetivo. Pero comprobar si tienes un millón invertido o si tu patrimonio está evolucionando un cinco por ciento al mes, es mucho más fácil.
Cuando transformas tus objetivos en números, cada decisión que tomas para alcanzar tu meta puede ser medida. Cada paso adelante o atrás que des hacia el objetivo final puede observarse y analizarse para seguir haciendo lo que funciona y evitar lo que no funciona.
Puedes pensar en las matemáticas como una herramienta que transforma un camino que antes era abstracto, subjetivo, difícil de definir, en algo que ahora es mucho más concreto, exacto, objetivo.
Para transformar tus metas en números, necesitas tener los parámetros correctos y limitar tus opciones.
Casi todas las metas pueden transformarse en números. Pero necesitas definir los parámetros que vas a usar para hacer este cambio de sueños abstractos en objetivos concretos.
Algunas metas son muy evidentes. Por ejemplo, en el caso del proceso de adelgazamiento, puedes definir un número final que quieras ver en la báscula, en la cinta métrica o en el medidor de porcentaje de grasa.
En el caso del proceso de enriquecimiento, puedes definir exactamente cuánto quieres tener invertido para considerarte una persona rica. Incluso con éxito profesional, puedes transformar tus objetivos en algo más concreto definiendo el salario del puesto o trabajo que representaría que tu meta ha sido alcanzada.
Pero tienes que tener cuidado. No por el hecho de que PUEDAS transformar todas tus metas en números, significa que DEBAS hacerlo.
Seguir correctamente tu progreso usando las matemáticas requiere mucho trabajo. Tienes que recoger los datos, analizar los números, observar el impacto de los números en tus resultados…. Es como si usases el método científico que comenté en el episodio 174 de la serie ¡Hola! Seiiti Arata para ser un científico de datos de ti mismo.
Hacer todo ese análisis de datos con una o dos metas es una cosa. Pero no exageres. Hacerlo con TODAS las metas de TODOS los aspectos de tu vida puede acabar siendo contraproducente. Por eso, limita tus opciones. Aunque tengas muchas metas, elige una o dos para transformarlas en números y seguirlas con mayor rigor. Después de haber cumplido estas primeras metas, puedes hacer lo mismo con otros objetivos.
El Quantified self solo funciona si tienes las herramientas correctas. Tiene que haber un seguimiento constante.
Hace unos años, cuando los dispositivos portátiles y smartwatches empezaron a hacerse populares, apareció un movimiento de autoconocimiento basado en datos, conocido como Quantified Self.
La idea de Quantified Self es usar la tecnología para recoger datos sobre ti mismo y tomar decisiones basadas en números para mejorar tu cuerpo, tu mente y tu productividad.
Para transformar tus metas en números, necesitas las herramientas correctas para recoger y analizar los datos. Por ejemplo, tu meta de ser una persona físicamente más activa puede significar una cierta cantidad de pasos por día. Sin una tecnología que haga esto automáticamente, es inviable contar cada paso que das.
Muchos datos pueden recopilarse desde tu smartphone. La cantidad de tareas que has cumplido durante el día, cuánto has gastado, cuántas calorías has quemado, cuántas horas has pasado usando las redes sociales, incluso cuántos pasos has dado. Hay otros datos que necesitan dispositivos específicos como relojes, pulseras o anillos inteligentes.
Aún así, hoy en día la recogida de datos es la parte más fácil. Lo más difícil es analizar estos datos y ver cómo están impactando en tus metas.
¿Dando esa cantidad de pasos por día estás consiguiendo tu objetivo de adelgazar? ¿O el ejercicio extra te hace tener más hambre y, por lo tanto, la cantidad de calorías que acabas consumiendo es superior a la que has gastado?
Recuerda que la idea no es transformar tu objetivo final en un número específico y alcanzable. Lo ideal es que cada decisión que tomes, pueda ser medida. En estos casos, lo que parece evidente, no siempre lo es. Por eso, tienes que actuar como un científico de datos de ti mismo y analizar cómo están impactando tus acciones en los resultados que obtienes.
Como científico, necesitas tener un método. Define un período para el análisis de los datos. Te recomiendo un plazo de una semana para analizar los resultados y hacer ciclos de mejora usando la técnica PDCA, como expliqué en el episodio 203 de la serie ¡Hola! Seiiti Arata. Pero debes elegir el momento que sea más adecuado para tu objetivo específico.
La vida es mucho más que números. No uses nunca las ciencias exactas para medir lo que es abstracto.
Una de las mayores críticas hechas a libros, vídeos y cursos sobre desarrollo personal es que todo es muy abstracto, subjetivo, y algunas veces hasta esotérico. Palabras como poder, motivación, éxito, energía y otras muy parecidas, son muy comunes cuando hablamos de desarrollo personal.
Transformar metas en números resuelve parte de este problema. Con objetivos concretos y midiendo cada acción, transformas tu jornada en algo mucho más palpable. Pero las matemáticas no son la solución para todos tus deseos.
No todo en la vida se reduce a números. No conseguimos medir con números de forma exacta la satisfacción de tener un trabajo reconocido, la alegría de viajar a un lugar especial o el placer de tomar un café con un amigo de la infancia.
No cometas el error de querer usar las matemáticas para medir cosas abstractas. Deja los números para las metas y acciones que pueden ser cuantificadas, y explora otras formas de verificar el cumplimiento de una meta en el caso de objetivos concretos.
Los números pueden ser unos excelentes aliados para transformar sueños abstractos en objetivos concretos. No solo puedes transformar tu meta final en algo medible, sino que puedes transformar en números todo tu camino para alcanzar ese objetivo.
Para hacerlo, necesitas tener las herramientas correctas y analizar periódicamente los datos para encontrar las acciones que te hagan conseguir los mejores resultados.
Esto exige mucha resiliencia por tu parte. Si quieres saber cómo usar la resiliencia para persistir en tus metas, he grabado una clase especial del curso Planificando Tu Vida sobre cómo ser más resiliente. Puedes ver esta clase accediendo a https://arata.se/masresiliencia