Solo he venido a mirar

¡Hola! Seiiti Arata. Para un momento y piensa: ¿de dónde viene el sufrimiento?

Antes de responder, no confundas sufrimiento con dolor. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. El sufrimiento es la sensación desagradable cuando te afecta algo durante más tiempo del necesario.

Piensa en alguna situación reciente en la que hayas sufrido mucho. ¿Cuál es la explicación del sufrimiento?

Sufres cuando no aceptas la realidad.

Por eso la sabiduría popular dice que “hay que asumirlo”. Hay mucha sabiduría en la decisión de aceptar la realidad. Así es. Aceptar la realidad es una decisión. Puedes escoger aceptar la realidad, o negar la realidad. Si quieres aumentar tus niveles de felicidad, lo mejor que puedes hacer es decidir aceptar las cosas tal y como son.

Además de aceptar la realidad, hay otra decisión que es igual de positiva para tu felicidad: silenciar el ego. Silenciar esa voz interna que juzga, evalúa y critica a los demás y a nosotros mismos. Solo he venido a mirar.

Por desgracia, muchas personas viven en un piloto automático y no se dan cuenta de que están juzgando. Por eso, enhorabuena por estar aquí aumentando tu grado de consciencia sobre tus decisiones.

Y existe algo todavía peor que no darte cuenta de estar en piloto automático. Es tener una interpretación equivocada de lo que significa aceptar la realidad. Es confundir aceptación con resignación. Confundir observación con sumisión. Paz con conformismo.

Son conceptos completamente diferentes, y sobre esto es de lo que vamos a hablar ahora, ya que es un tema muy importante.

Felicidad - Seiiti Arata, Arata Academy

Para actuar de forma asertiva sin sufrir, primero tienes que aceptar la realidad.

Vivimos en una época de opiniones extremas. En todas partes hay personas que se están polarizando en debates sobre cualquier tema habido y por haber.

Por la falta de consciencia, las personas que inicialmente estaban interactuando intercambiando puntos de vista, de repente se encuentran cada vez más distantes, más separadas, más alienadas, incluso con odio, pena o asco entre sí por pensar diferente… y esto, obviamente, provoca mucho sufrimiento.

No tienes que ser sumiso ni estar de acuerdo con la opinión de los demás. Puedes tener asertividad y comunicar tu propia opinión, sin tener que entrar en discusiones acaloradas que sólo hacen daño a todas las personas implicadas. La comunicación asertiva te ayuda a mantener tu compostura, tu dignidad, siendo honesto contigo mismo.

Y para que esto ocurra, necesitas aceptar un simple hecho. El hecho es este: distintas personas piensan de forma distinta.

Este es un hecho simple, pero hoy vivimos bajo una ilusión colectiva de creer que “tengo razón y los demás no”. Esta creencia de que sólo tú tienes razón y que los demás que piensan de forma diferente no tienen razón es la causa de tu sufrimiento, porque estás negándote a aceptar la realidad.

Y la realidad es que nunca habrá un momento en el que todos piensen igual que tú.

Repito: nunca habrá un momento en el que todos piensen igual que tú.

Aprende a lidiar con esto. Aprende a lidiar con la realidad. Madura. Aprende a silenciar tu enorme ego que quiere que todo el mundo tenga unas preferencias iguales a las tuyas, ya que eso NUNCA va a pasar.

Saber observar la realidad es una forma de aprender a convivir con los demás, de aprender a lidiar con la realidad.

Y además de aprender a convivir con los demás, también tienes que aprender a convivir contigo mismo.

Y esto no es fácil porque los seres humanos tenemos sueños, deseos, aspiraciones por algo mejor.

La distancia entre lo quees y lo que podría ser forma parte de la propia definición de lo que representa “algo mejor”. Algo mejor es la comparación de lo que tengo en mis manos con lo que está a un paso de distancia. El “algo mejor” es el espejismo del agua en medio del desierto. Cuando te acercas, el espejismo también se aleja.

Por lo tanto, por definición, mis aspiraciones siempre serán mayores que mis realizaciones.

Para dejar de sufrir, empieza a observarte sin juzgar.

Tu conversación mental deja bastante claro como tus aspiraciones son mayores que los logros:

– ¿Por qué soy tan perezoso? – Debería empezar con mis proyectos. – Este año voy a aprender más idiomas. – Odio cuando como pasteles y me miro la barriga hinchada en el espejo. – Necesito más dinero para ser feliz.

En todos estos casos, mis aspiraciones, mis sueños, son mayores que mis logros. Me gustaría tener más. Me gustaría ser más. Me gustaría experimentar más, vivir más. Todo esto es normal. Es la emoción por la vida. El brillo en los ojos. Son las ganas de mejorar, de perfeccionarte.

Sin embargo, te juzgas cuando tu ego empieza a evaluar lo que has visto. Cuando te das cuenta de que has hecho menos de lo que soñabas, corres el riesgo de sufrir al juzgarte.

Cuando clasificas la realidad juzgando estar en una situación equivocada, injusta, vergonzosa, creas un nivel innecesario de sufrimiento por no tener la realidad que te gustaría tener. Esto es condicionar la felicidad.

Condicionar la felicidad significa inventar condiciones sin las que no me autorizo a ser feliz.

Es un error poner cualquier condición para ser feliz. La psicología positiva nos enseña que no tiene sentido condicionar la felicidad a conseguir un sueño de mejora social, profesional, física, amorosa, económica o familiar. En poco tiempo, nos adaptamos y acostumbramos a todos esos logros y desearemos algo nuevo.

Puedes ser feliz ahora, independientemente de las condiciones que tu ego te esté imponiendo.

Por desgracia, parece que ser feliz sólo por ser feliz, sin cualquier condición, causa mucha extrañeza. Si esbozas una sonrisa real, y un amigo te pregunta qué ha pasado, y le respondes que no ha pasado nada, tu amigo puede creer que estás escondiendo el verdadero motivo. O que estás loco. Esta es la sociedad en la que vivimos, siempre creyendo que es necesario que pase algo para poder sentir felicidad.

Condicionar la felicidad es creer que es necesario que ocurran ciertas cosas. Sin embargo, siempre que tus necesidades estén cubiertas, no necesitas ningún elemento externo para ser feliz.

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Libera tu mente del miedo de que la realidad no sea como tú quieres.

La libertad mental se puede activar ahora. La mente libre es la que no depende de condiciones, de juicios, de creencias o de pensamientos automáticos del ego.

La voz interna puede convertirse en una prisión que nos limita en estados emocionales de miedo.

Una mente libre no tiene miedo de vivir. La libertad mental es aceptar que la vida tiene de todo, aceptar que la realidad también tiene partes indeseadas.

La realidad también incluye a personas que tienen preferencias diferentes a las nuestras. La realidad incluye que consigamos menos de lo que soñamos. La realidad también nos aporta eventos indeseados, pero que forman parte de la vida.

Con una mente libre, no tienes que huir de la realidad y no tienes que impedir que ocurran cosas indeseadas. Con una mente libre, entiendes que todas esas cosas pueden ocurrir, y probablemente vayan a ocurrir.

Esta mayor aceptación se basa en sencillamente observar, y esto te da paz de espíritu. Y de ninguna forma significa resignación, conformismo o sumisión.

Obviamente puedes hacer todo lo que esté en tu mano para alcanzar tus sueños e intentar evitar lo indeseado. Pero cuando pase algo indeseado y veas que no hay forma de solucionarlo, lo observas, lo aceptas y sigues adelante.

Solo he venido a mirar. Presto atención para notar cómo mi ego empieza a tener monólogos de sufrimiento en mi cabeza. Cuando me cuesta lidiar con la realidad, puedo creer que las personas que son diferentes a mí tendrían que ser canceladas. O me enfado conmigo mismo por no ser la persona que me gustaría ser, o por no tener lo que me gustaría tener.

Este sufrimiento provoca estrés y reduce mi rendimiento, causando procrastinación, falta de creatividad, dificultad de comunicación. La buena noticia es que ahora mismo puedes tomar una decisión que aumentará tus niveles de felicidad y paz para poder liberar tu mente.

Dentro del curso Felicidad, que puedes visitar en este link, comparto contigo prácticas sencillas de hacer que van a aumentar el equilibrio mental que necesitas para liberarte del miedo. Te espero para entrenar juntos tu habilidad de tener mayor consciencia, presencia plena y felicidad.