¿Todavía merece la pena hacer planes para el Año Nuevo?

¡Hola! Seiiti Arata. Todos los fines de año son iguales. Tienes el deseo de cambiar tu vida. Haces propósitos de año nuevo. Y tras algunas semanas, la motivación desaparece y todo vuelve a ser como antes.

Año tras año se repite la misma rutina. Por eso surge la duda: ¿Todavía vale la pena hacer planes para el Año Nuevo?

Me gusta citar un estudio que hizo un seguimiento a doscientas personas para ver si cumplían sus propósitos de año nuevo. La conclusión fue la esperada: el setenta y siete por ciento de las personas abandonan sus propósitos a lo largo de la primera semana del año. Y sólo el ocho por ciento de los propósitos se hicieron realidad.

En realidad, la mayoría de nosotros ni siquiera necesitaría una investigación científica para saberlo. En la práctica, cada principio de año ya sabes que tus planes difícilmente van a hacerse realidad de la manera en la que los has planeado.

Pero incluso así, te digo que sí, todavía vale la pena hacer planes para el Año Nuevo.

Los planes son inútiles. Pero la planificación es indispensable.

Esta frase la hizo famosa el presidente Dwight Eisenhower, que dirigió Estados Unidos en la década de 1950. Antes de ser presidente, Eisenhower fue un general de cinco estrellas que sirvió como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.

Un general sabe muy bien que ningún plan sobrevive al campo de batalla. Por bueno que sea el plan, la vida real presenta tantas variables que, en la práctica, el plan se vuelve completamente inútil.

Por ejemplo, prometes que el año que viene vas a aprovechar más la vida al aire libre, vas a salir más de casa, vas a conocer por lo menos un lugar nuevo de tu ciudad cada semana. Incluso haces un plan detallado de los sitios que quieres visitar. Pero entonces llega la vida real. Tu energía varía, se te pasan las ganas de salir de casa, llega una epidemia y obliga a todo el mundo a quedarse en casa. Tu plan no sobrevive al campo de batalla.

Nuevo Año Nuevo - Seiiti Arata, Arata Academy

Entonces, si los planes son inútiles, ¿por qué seguimos diciendo que planificar es esencial?

Hay varias razones para ello. La más importante es que planificar hace que sigas en el camino hacia tus objetivos. Digamos que tienes el sueño de ser una persona supersana. Todos los años tomas la decisión de perder algunos kilos, hacer más ejercicio, comer mejor.

Esos propósitos no llegan a hacerse realidad tal como los planeaste. No quemas la cantidad de grasa corporal que habías decidido. No haces tanto ejercicio como habías prometido. No abandonas completamente el azúcar como habías escrito en tus propósitos para el año nuevo.

Incluso en ese caso, esos planes han hecho que prestes atención a tu salud. Empezaste el año bien, luego fuiste relajando tus compromisos, hasta que llegaste al final del año con la sensación de que estabas muy mal en comparación con lo que habías prometido.

Aunque hayas fallado el año anterior, hacer propósitos parecidos este año puede resultarte útil. Puedes verlo como si fuese una renovación de un ideal que tienes, de algo que valoras, de una esperanza que tiene que ser alimentada constantemente.

Los propósitos de Año Nuevo existen para que sigas adelante.

La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos y se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se aleja otros diez. Por más que camine, nunca voy a alcanzar el horizonte. Entonces, ¿de qué sirve la utopía? Sirve para esto: para seguir adelante.

Esta idea del cineasta Fernando Birri explica bien para qué sirven los propósitos de año nuevo. Después de un año difícil, o ante un futuro incierto, los propósitos de año nuevo funcionan como un faro, como una guía que te mantiene en marcha para convertirte en la persona que quieres ser.

Aunque todos tus propósitos de año nuevo fallen, no son inútiles. Soñar no es inútil. Una parte importante de lo que nos hace humanos es nuestra capacidad de soñar, de alimentar la esperanza, de imaginar un futuro mejor.

¿Qué otra alternativa cabría? Si crees que ya no merece la pena hacer planes para el año nuevo, puedes empezar a pensar que tampoco vale la pena ponerte objetivos, perseguir metas, alcanzar cualquier cosa en la vida.

Esta forma de pensar es peligrosa. Puedes acabar convirtiéndote en una persona sin sueños, que solo intenta sobrevivir cada día, repitiendo las mismas tareas año tras año sólo para pagar las facturas y llegar al final de la vida preguntándote si eso era todo.

Haz planes para el nuevo año como si fuera la primera vez. No tienes nada que perder.

Hay varios vídeos en el canal con consejos prácticos para que aumentes tus oportunidades de llevar a cabo tus propósitos de año nuevo. Si eso es lo que estás buscando, puedes hacer una búsqueda en el canal con la palabra “propósitos” y encontrarás varias técnicas para hacer que tus promesas se hagan realidad.

Pero en la charla de hoy no vamos a hablar de esas técnicas. En esta conversación estamos hablando de algo más, de lo que hay detrás de la idea de planear el futuro, de comprometerte contigo mismo, de alimentar tus sueños.

Por eso, aunque ya hayas fracasado muchas veces, aunque sepas que tus propósitos difícilmente vayan a hacerse realidad de la manera planeada, te repito que sí debes hacer planes para el año nuevo.

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Es más, haz esos planes como si fuera la primera vez. Escribe cuáles son tus sueños, qué es lo que quieres hacer, qué tipo de persona quieres llegar a ser. Piensa en actitudes prácticas para transformar esos propósitos en realidad, pero valora tus sueños por sí mismos. Ellos son los que te mantienen en marcha. 

Estadísticamente, es muy posible que no consigas tus propósitos de año nuevo. Pero no debes verlo como un fracaso. Puedes cambiar tu mentalidad y pensar que no tienes nada que perder.

Si consigues alcanzar tus propósitos exactamente como los planeaste, genial. Pero si no lo consigues, como mínimo vas a aprender una forma que NO sirve para alcanzar ese objetivo. O, por lo menos, habrás avanzado un poco hacia esa meta. Y seguro que no te has desviado mucho de la persona que realmente quieres ser.

El año nuevo siempre es una época para renovar las esperanzas. Has pasado por un año difícil y tienes un futuro incierto por delante, así que no dejes que la dureza de la vida haga desaparecer por completo tus sueños.

Coge papel y boli y escribe tus planes para el año que viene. Escribe las cosas que quieres hacer, los objetivos que deseas alcanzar, en quién quieres convertirte. Esos sueños son los que van a mantenerte en marcha durante el año.
Pero está claro que no debes simplemente hacer promesas y esperar que se hagan realidad ellas solas. Si quieres descubrir nuevas formas de hacer realidad tus promesas de año nuevo, te invito a ver una clase especial del proyecto Nuevo Año Nuevo accediendo ahora mismo a https://arata.se/nuevoanonuevo